Nutricion Infantil
Goboleis5 de Octubre de 2012
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La importancia de la alimentación en el crecimiento de los niños
Cómo influye una buena nutrición en el crecimiento del bebé
Durante toda la vida, la alimentación juega un papel esencial en el desarrollo del niño, pero aún más en momentos de crecimiento acelerado.
Durante el primer año, la lactancia materna, la introducción de alimentos nuevos y la transición a la comida de los mayores deben controlarse para evitar problemas de nutrición.
Lactancia materna, oro líquido para el bebé
El alimento ideal para el recién nacido es la leche. Ningún otro alimento puede sustituirla, ya que cubre las necesidades de energía, proteínas, vitaminas, minerales y agua, que necesita el bebé para crecer y desarrollarse adecuadamente. El calostro, que es el fluido que producen las glándulas mamarias durante los primeros días posteriores al parto, es rico en proteínas, vitaminas y minerales.
Además, contiene anticuerpos y agentes anti infecciosos y antiinflamatorios, entre ellos las inmunoglobulinas, que tienen una gran importancia en el fortalecimiento del sistema inmunitario, y enzimas y hormonas, que son beneficiosas para el desarrollo y crecimiento del bebé. Además, evita el riesgo de enfermedades infecciosas, tanto estomacales como respiratorias, alergias, cólicos y malformaciones de huesos y dientes.
Los 4-6 primeros meses de vida se caracterizan por ser un periodo de crecimiento rápido, especialmente para el cerebro, y como la leche materna contiene aminoácidos y ácidos grasos, resulta ideal para satisfacer dichas necesidades.
Introducción de los alimentos sólidos
Durante los 12 primeros meses de vida, el bebé triplica su peso y su estatura aumenta en un 50 por ciento. Estos incrementos en peso y estatura son los principales índices utilizados para la evaluación de su estado nutricional y se miden a intervalos regulares, comparándolos con curvas de crecimiento estándar. Estas mediciones son herramientas importantes a la hora de evaluar el progreso del niño, especialmente entre los 6 y los 12 meses de vida. Al mismo tiempo que crece, el bebé va desarrollando gradualmente sus funciones corporales y sociales, lo que demanda una gran cantidad de energía que necesita ingerir a través de la alimentación.
La incorporación de alimentos sólidos complementarios es un proceso gradual, que debe comenzar en torno a los 6 meses de edad. El momento exacto depende del bebé y de la madre, y refleja el hecho de que aunque la leche materna es suficiente durante los primeros meses, cuando el niño crece ya no aporta por sí sola todos los nutrientes adecuados. Sirve también para que el niño desarrolle la capacidad de masticar y de hablar. La calidad, cantidad y variedad de alimentos sólidos se va aumentando a un ritmo que, normalmente, impone el propio niño.
Los cereales son generalmente los primeros alimentos que se incorporan a la dieta de un lactante, mezclados con leche materna o con preparados, y después se introducen los purés de verduras y frutas, y la carne. Si se amamanta al bebé durante los primeros 4 o 6 meses de vida, habrá menos probabilidades de que desarrolle alergias. Los alimentos más propicios a causar reacciones alérgicas en niños sensibles son la clara del huevo y el pescado, que se incorporan generalmente después de los 12 meses.
Alimentación complementaria para su crecimiento
A partir del sexto mes, se recomienda complementar la lactancia materna con otros alimentos como:
• Cereales. Ricos vitaminas del grupo B, que intervienen en la síntesis de las proteínas y son esenciales para el crecimiento y el desarrollo.
• Frutas y verduras, ricos en vitaminas y minerales.
• Yema de huevo. De forma gradual y bien cocida. Contiene vitaminas liposolubles A y D, esenciales para la formación de los huesos y los tejidos.
• Carnes. Primero, las menos grasas (pollo y pavo) y, gradualmente, la de ternera y cerdo. Contienen cantidades importantes de hierro, que es un componente de la hemoglobina, necesario para transportar el oxígeno y el anhídrido carbónico en la sangre, y para los glóbulos rojos, que intervienen en procesos de obtención de energía.
• Pescados. Por orden, primero los blancos y pasado el año de vida, los azules. Ricos en ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6, vitaminas del grupo B y zinc, que colabora en los procesos de obtención de energía, es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario o de defensas del organismo y tiene acción antioxidante.
La importancia del hierro en la alimentación del bebé
Un aspecto a tener en cuenta en el primer año de vida es la cantidad de hierro que aporta la dieta, y por esto durante la infancia, se vigila rutinariamente la aparición de anemia ferropenia. La utilización de preparados o cereales enriquecidos con hierro y el consumo de alimentos ricos en hierro como carnes trituradas, pueden ayudar a prevenir este problema.
Edad de introducción de los distintos alimentos en la dieta del lactante
Alimentación para bebés de 0 a 4 meses
Una buena alimentación asegura un buen crecimiento a los niños
La leche materna o formula de inicio-1 se administrará cada 3-4 horas. La madre debe lavarse las manos con agua y jabón antes de cada toma. Debe limpiar el pezón y la areola cuidadosamente con agua fría y hervida previamente antes y después de darle el pecho a su hijo. Debe sentarse cómodamente, con la espalda bien apoyada y recta, el ambiente tranquilo, con la luz adecuada y si es posible siempre en el mismo lugar de la casa. El bebé debe estar en posición incorporada y la madre debe comprimir el pecho alrededor del pezón con los dedos pulgar e índice para que la nariz del niño quede libre. La madre debe suprimir durante toda la época que dure la lactancia materna el tabaco, alcohol, té, café y medicamentos sin receta médica.
Una buena técnica de lactancia materna consistirá en dar un pecho durante unos 7-8 minutos y pasar al segundo hasta que el niño se canse y quede satisfecho. En la siguiente toma se empezará por éste último y así sucesivamente, para evitar a que el bebé se canse, trague aire y le cause cólicos.
Lo que la madre no debe ingerir durante la lactancia
1. Bebidas estimulantes: Café, té, bebidas con cola, chocolate y cacao
2. Bebidas alcohólicas: Vino, aperitivos, cerveza (incluido las denominadas sin alcohol) y licores en general. El alcohol ingerido pasa a la leche materna y perjudica al niño.
3. Vegetales: Coliflor, col, alcachofas, espárragos, pepino, pimientos ya que pueden cambiar el sabor natural de la leche materna.
4. Medicamentos: No debe auto medicarse, solo los estrictamente recomendados por su médico.
Alimentación para bebés de 4 a 6 meses
El bebé empieza a ingerir nuevos alimentos
A partir del cuarto mes de vida, el bebé puede iniciar la alimentación complementaria. Generalmente, comienza con la papilla de frutas por la tarde, que corresponderá a una merienda con un aporte de vitaminas naturales y fibra que son importantes para la salud del niño. Durante este periodo, se deben ir introduciendo con prudencia alimentos no lácteos, que deben ser preparados de forma adecuada en consistencia y cantidad para no alterar el ritmo de maduración digestiva y renal del bebé, así como el progresivo desarrollo neuromuscular. Esta etapa es propicia para favorecer el paso de la succión a la cuchara, lo que permitirá saborear mejor el alimento, y cambiar la textura, de líquido a triturado, y cuando ya tenga dientes a los trocitos.
Introducción de los nuevos alimentos
Las pautas de alimentación del bebé se debe de adaptar a la capacidad digestiva y al estado de desarrollo fisiológico y neuromotor, haciendo paulatina la introducción de nuevos alimentos. La capacidad gástrica del recién nacido es de 10 a 20 mililitros (ml) y aumenta durante el transcurso de su primer año hasta los 200 ml, lo que va a permitir que el niño haga comidas más abundantes y menos frecuentes.
1. Los cereales. Se pueden empezar a introducir en la alimentación del bebé a partir de los 4-6 meses, pero nunca antes de los cuatro. Al principio, se deben escoger los cereales sin gluten (arroz y maíz) para evitar sensibilizaciones e intolerancias a esta proteína (trigo, avena, centeno y cebada contienen gluten). A partir de los 7-8 meses, siguiendo las recomendaciones de su pediatra, se pueden mezclar. Los cereales constituyen una fuente de energía y aportan proteínas, minerales, vitaminas (tiamina, especialmente), ácidos grasos esenciales e hidratos de carbono de absorción lenta a la dieta del bebé, por lo que permiten un mayor distanciamiento entre las tomas. Para preparar las papillas se puede usar la leche habitual y añadir el cereal necesario, manteniendo así el aporte mínimo de 500 centímetros cúbicos de leche diarios. Son menos recomendables los preparados que contienen de origen cereales y leche, y se preparan con agua, ya que es más difícil calcular la cantidad de leche usada.
2. Las frutas. A partir de los 4-6 meses, es recomendable la introducción de las papillas de frutas en la dieta del bebé por su aporte vitamínico. Nunca deben sustituir a una toma de leche, sino complementarla. Para su preparación, se deben emplear frutas variadas (naranja, manzana y pera) al principio, y después ir introduciendo una a una, el plátano, la uva o la ciruela, para educar el gusto. Otras como el melocotón y la fresa, deben evitarse por ser más ale génicas y retrasarse hasta que el bebé cumple
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