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Resumen La Adolescencia Normal- Aberastury/Yasky- Resumen

David GomesApuntes14 de Noviembre de 2017

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La adolescencia normal

Arminda Aberastury, Mauricio Knobel

Capítulo 1: El adolescente y la libertad

La entrada al mundo de los adultos implica para el adolescente la pérdida de la condición de niño y, con esto, una nueva relación con sus padres y con el mundo.  Para esto, debe elaborar tres duelos: duelo por el cuerpo de niño, por la identidad infantil y por la relación con los padres de la infancia.

Durante este período, el adolescente fluctúa entre la dependencia y la independencia extremas.  Las contradicciones caracterizan este período confuso, ambivalente y doloroso en el que hay roces con la familia y la sociedad.

En un principio, el adolescente ve como una invasión los cambios en su cuerpo y las exigencias del mundo, por lo que quiere retener sus logros infantiles y refugiarse en su mundo interno.  De a poco, va buscando una nueva identidad.

Para que surja esta nueva identidad y que acepte los cambios de su cuerpo, el adolescente tiene que aceptar los aspectos de niño y adulto que presenta en simultáneo.

        El adolescente se presenta a sí mismo como varios personajes que pueden dar versiones opuestas sobre sí mismo.  Es una combinación inestable de varios cuerpos e identidades.

        En cuanto a los padres, les cuesta aceptar el crecimiento de los adolescentes.  Sienten rechazo frente a la genitalidad y a la libre expresión que esta implica.  Muchas veces, este rechazo se oculta bajo una libertad excesiva que les otorgan a sus hijos.

        Los padres viven duelos por los hijos.  Pierden el cuerpo del hijo pequeño, su identidad de niño y su relación de dependencia infantil.  Los hijos adolescentes los juzgan, son rebeldes y los enfrentan.  Los padres deben dejar ir al hijo pequeño y comenzar la relación con el hijo adulto.

        Al mismo tiempo, los padres deben aceptar el envejecimiento y la muerte, a lo que se debe enfrentar al ver que el cuerpo de su hijo niño se perdió para siempre.  Ya no es la figura de líder o ídolo,  ahora debe aceptar críticas de parte de su hijo adolescente.  Para seguir ejerciendo poder sobre los hijos, los padres utilizan la dependencia económica, que genera un resentimiento entre las dos generaciones.

        Todos los cambios que se van produciendo en el adolescente conducen al incremento de la intelectualización ya que busca la solución teórica a todos los problemas.  La inserción en el mundo del adulto es lo que define la ideología y la personalidad del adolescente.  Con esto, va distanciándose del presente y fantasea con su proyección a futuro.

        El adolescente se presenta hostil frente a sus padres y al mundo en general.  Frente a esta realidad, se siente atacado, enjuiciado, molestado y amenazado.  En la sociedad actual, el adolescente busca ideales pero se encuentra con la violencia y el poder, a los que también utiliza.

En este período, los adolescentes se definen en la procreación y la eclosión de una gran capacidad creativa.  Buscan alcanzar una meta y encuentran satisfacción en esto.  Si sus logros son desestimados por los padres y la sociedad, el adolescente sufre y se siente rechazado.

El adolescente plantea a sus padres tres exigencias básicas de libertad: a) libertad en salidas y horarios, b) libertad de defender una ideología y c) libertad de vivir un amor y un trabajo.  Los padres se ocupan mayormente de la primera, aunque el control sobre los horarios y las salidas implica el control sobre las otras libertades.

El adolescente necesita tener sus propias experiencias y comunicarlas.  O quiere consejos ni críticas de parte de los padres.

Durante la adolescencia temprana, los adolescentes dependen profundamente de sus padres, tanto o más que cuando eran bebés.  Esta necesidad de dependencia puede estar seguida por una necesidad de independencia.  A partir de esto, los padres pueden tomar dos caminos: a) dar libertad sin límites, lo que equivale al abandono del hijo adolescente, o b) dar una libertad con límites, que implica seguir la evolución de las necesidades y los cambios del hijo.

La adolescencia no solo implica el aspecto individual, sino que influye el medio cultural, histórico y social en el que desarrolla el adolescente.  Es un momento crucial de la vida y se necesita la libertad adecuada y la seguridad de normas que vayan ayudando a adaptarse sin entrar en conflictos graves consigo mismo, con su ambiente y con la sociedad.

Capítulo 2: El síndrome de la adolescencia normal

La adolescencia se exterioriza dentro del marco socio-cultural dentro del que se desarrolla.  Este marco influye enormemente en las manifestaciones de la adolescencia, pero no deben dejar de considerarse los aspectos psicobiológicos que le dan características universales a este período.

El período de transición entre la pubertad y la adultez, la adolescencia, varía según las distintas sociedades en las que se da.  La adolescencia es un proceso universal de cambio y desprendimiento pero las connotaciones externas propias de cada cultura dan otras características que varían de acuerdo contexto socio-cultural que puede favorecer o dificultar el proceso, de acuerdo a las circunstancias.

El concepto de adultomorfismo implica abstraer la adolescencia del marco del proceso evolutivo y estudiarla solo como una etapa preparatoria para la adultez.

El autor del texto define a la adolescencia como “la etapa de la vida durante la cual el individuo busca establecer su identidad adulta, apoyándose en las primeras relaciones objetales-parentales internalizadas y verificando la realidad que el medio social le ofrece, mediante el uso de los elementos biofísicos en desarrollo a su disposición y que a su vez tienden a la estabilidad de la personalidad en un plano genital, lo que sólo es posible si se hace el duelo por la identidad infantil”.

El mundo es muy cambiante y, frente a él, un individuo tan cambiante como el adolescente se maneja en forma especial, lejos de lo que un adulto considera “normal”.

Lo que se considera normal varía en relación con el medio socioeconómico, político y cultural.  La normalidad se establece sobre las pautas de adaptación al medio, que llevan a la utilización de los dispositivos existentes para lograr las satisfacciones básicas del individuo.

Una personalidad integrada no siempre es la mejor adaptada, pero tiene fuerza para darse cuenta cuando una aceptación temporaria del medio entra en conflicto con la realización de objetivos básicos, y puede modificar, según las circunstancias y las necesidades que presentan, su conducta.  Si este aspecto de la conducta está en equilibrio durante la adolescencia, se advierte una anormalidad.

La adolescencia no es una etapa estabilizadora, es un proceso, un desarrollo.  Por lo tanto, debe admitirse y comprenderse su aparente patología para poder ubicar sus desviaciones dentro del contexto de la realidad que rodea al adolescente.

El síndrome de la adolescencia normal son todos los desequilibrios e inestabilidades por los que atraviesa el adolescente.  Hay períodos de ensimismamiento, audacia, timidez, desinterés, apatía, etc. que se relacionan con conflictos afectivos, crisis religiosas, intelectualizaciones, conductas sexuales que van desde el heteroerotismo hasta la homosexualidad, etc.  Estas características varían en los distintos marcos socioculturales.

Hay dis        tintos síntomas que identifican al síndrome de la adolescencia normal:

1) Búsqueda de sí mismo y de la identidad.

La utilización de la genitalidad en la procreación determina una modificación fundamental en el logro de la identidad adulta y, al mismo tiempo, es una característica de la identidad inestable del adolescente.

Al entrar a la adolescencia, el niño tiene conflictos que se identifican en ese momento y luego se estabilizan en la madurez, cuando se llega a la personalidad de adulto.  El cuerpo y el esquema corporal son dos variables en la definición de la identidad.

Durante la pubertad, ocurren cambios físicos que se dividen en tres niveles.  El primero, es la modificación sexual.  Luego, el desarrollo de las características sexuales primarias y, por último, el desarrollo de las características sexuales secundarias.

El esquema corporal es la representación mental que el adolescente tiene de su propio cuerpo.  El duelo por el cuerpo infantil llevan a la modificación del esquema corporal que implica el reconocimiento físico de sí mismo.  A medida que el sujeto va cambiando, logra un autoconcepto que se integra con las concepciones que tienen sobre él otras personas, grupos, instituciones y se asimilan al ambiente social.  De esta forma se empieza a formar el sentimiento de identidad, que es la capacidad del yo para seguir siendo el mismo frente a lo cambiante.  En la búsqueda de una identidad,  se puede recurrir a situaciones que en ese momento se presenta como favorable.  También puede ser que el adolescente busque identificarse con figuras negativas reales (identidad  negativa).  Otros tipos de identidades que el adolescente puede tomar, son: identidad transitoria, ocasional y circunstancial.

En el período de la adolescencia, todo es intenso, por lo que los cambios obligan a llevar a cabo reestructuraciones tanto internas como externas que el adolescente considera intrusiones en el equilibrio que tenía en la infancia.

Los cambios físicos que se producen en la adolescencia generan perturbaciones que llevan a una despersonalización.

El procedo de la adolescencia es largo y la búsqueda de la identidad produce angustia.  A esto se suma el cambio de relación de los adolescentes con sus padres, cuya presencia empieza a ser innecesaria.

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