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COMPETENCIAS COMUNICATIVAS


Enviado por   •  26 de Marzo de 2014  •  2.473 Palabras (10 Páginas)  •  379 Visitas

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UNIDAD 11: LA COMPETENCIA COMUNICATIVA

Por: Carlos Alberto Rincón C.

“La competencia comunicativa es el término más general

para la capacidad comunicativa de una persona, capacidad

que abarca tanto el conocimiento de la lengua como la

habilidad para utilizarla. La adquisición de tal competencia

está mediada por la experiencia social, las necesidades y

motivaciones, y la acción, que es a la vez una fuente renovada

de motivaciones, necesidades y experiencias”.

Dell Hymes

“La competencia comunicativa es una capacidad que

comprende no sólo la habilidad lingüística, gramatical,

de producir frases bien construidas y de saber interpretar

y emitir juicios sobre frases producidas por el hablanteoyente

o por otros, sino que, necesariamente, constará,

por un lado, de una serie de habilidades extralingüísticas

interrelacionadas, sociales y semióticas, y por el otro, de

una habilidad lingüística polifacética y multiforme”.

Gaetano Berruto

“La competencia comunicativa comprende las aptitudes y los conocimientos que un individuo debe tener

para poder utilizar sistemas lingüísticos y translingüísticos que están a su disposición para comunicarse

como miembro de una comunidad sociocultural dada”. (María Stella Girón y Marco Antonio Vallejo, 1992)

Desde nuestra infancia, los seres humanos vamos adquiriendo y desarrollando una capacidad relacionada

con el hecho de saber cuándo podemos hablar o cuándo debemos callar, y también sobre qué hacerlo, con

quién, dónde, para qué y en qué forma.1 Es decir, desde niños adquirimos un conocimiento no sólo de la

gramática de nuestra lengua materna sino que también aprendemos sus diferentes registros2 y su

pertinencia; somos capaces de tomar parte en eventos comunicativos y de evaluar la participación

nuestra y la de los otros.

Aún más, podemos afirmar que esa competencia 3 es integral, puesto que también involucra actitudes,

valores y motivaciones relacionadas con la lengua, con sus características y sus usos, y con los demás

sistemas de comunicación en general. Naturalmente, la adquisición de tal capacidad debe estar ligada a

una experiencia social, a unas necesidades, a unas motivaciones y a una acción.

1 Al respecto, Basil Bernstein afirma que “Cada vez que un niño habla o escucha, se refuerza la estructura social de la

cual forma parte y se constriñe su identidad social”.

2 Un registro es una variante de nuestra lengua condicionada por factores socioeconómicos y culturales. Los hablantes

autorregulan permanentemente su forma de hablar. Por eso, a cada situación comunicativa corresponde un registro

lingüístico.

3 La competencia comunicativa implica un conocimiento (implícito, tácito) y un uso contextualizado de ese

conocimiento (o una actuación).

El modelo de lengua que subyace en este concepto de competencia, implica, desde luego, que la única

función de las lenguas no es nombrar, sino que ellas también están organizadas para lamentarse,

alegrarse, rogar, prevenir, defender, atacar; están relacionadas con las distintas formas de persuasión,

dirección, expresión y juegos simbólicos. El verdadero sentido de las lenguas humanas sólo puede llegar

a ser comprendido en el ámbito natural de su uso para permitir la conversación, la interacción

comunicativa, el trato verbal cotidiano, la vida en sociedad. Así entendidas, las lenguas dejan de ser

meros sistemas semióticos abstractos, inmanentes, ajenos a las intenciones y a las necesidades de los

hablantes, y se convierten en teatros, en espacios de representación, en repertorios de códigos

culturales cuya significación se construye y se renueva de manera permanente por medio de estrategias

de participación, de cooperación y de convicción. Como bien lo afirmábamos en la Introducción, las

lenguas no son sólo instrumentos para comunicar a otros lo que pensamos, sino también una forma de

actividad, regulada y pública.

En la década de los años setenta, los primeros etnógrafos de la comunicación (Gumperz y Hymes)

postularon la existencia de una competencia para la comunicación o competencia comunicativa, que

comprende lo que un hablante-oyente real, dotado de ciertos roles sociales y miembro de una

determinada comunidad lingüística, debe saber para establecer una efectiva comunicación en situaciones

culturalmente significantes, y para emitir mensajes verbales congruentes con la situación. Para estos

teóricos, la competencia comunicativa es un conjunto de normas que se va adquiriendo a lo largo del

proceso de socialización y, por lo tanto, está socioculturalmente condicionada.

Así pues, esa Competencia Comunicativa exige no sólo la habilidad para manejar una lengua sino además

saber situarse en el contexto comunicativo de cada comunidad

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