Educacion Para La Paz

TÍTULO: “Educación para la paz para el desarrollo sostenible”

Autoras:

Lic. Noevia Torres Díaz. Profesora asistente. noevia@ucp.vc.rimed.cu

Dr.C. Susana Arteaga González. Profesora consultante. susanaa@ucp.vc.rimed.cu

UCP “Félix Varela”. Facultad: Humanidades

RESUMEN

La Educación para la Paz y la Educación Ambiental son dos facetas de un mismo problema por cuanto el ambiente geográfico y social son condiciones de la existencia y contexto del hombre y la Paz es condición de su supervivencia, en tanto el hombre como ser bío-psico-social se distingue de la naturaleza por su capacidad de pensar, el carácter creador de su conciencia y su papel transformador de la naturaleza y de sí mismo; pero en tanto ser biológico pertenece a la naturaleza, está sometido a sus leyes y sólo el conocimiento de estas y la actuación consecuente podrá evitar los efectos de la acción irracional sobre el medio. Por tanto, todo lo que haga la escuela en esta dirección, tanto en el aprendizaje de las leyes de la naturaleza, en el desarrollo de la capacidad reflexiva para valorar la conducta humana, en la interiorización de los valores que le permitan regular la conducta es un paso hacia ese mundo mejor que todos soñamos y que cada día se aleja más. En este trabajo se reflexiona acerca de la necesidad de desarrollar una Cultura de Paz centrada en los valores morales por el papel regulador que tienen en la conducta del sujeto.

INTRODUCCIÓN

La Educación para la Paz, según Jones (1992), es un proceso educativo, continuo, permanente, fundamentado en los conceptos de paz positiva y la perspectiva del conflicto que a través de los métodos problematizadores pretende desarrollar la Cultura de Paz que ayude a los hombres a develar críticamente la realidad compleja y conflictiva para situarse ante ella y actuar en consecuencia. Significa educar para el conflicto, hecho inevitable, porque se considera que hacer la paz supone, entre otras cosas, tomar conciencia críticamente de los grandes hechos de violencia para buscar salidas constructivas a los mismos, por supuesto, por medios no violentos

Sharp (1984) enfoca la Educación para la Paz como mediación y solución de conflictos, paz interpersonal, orden mundial, a la vez que la orienta hacia un proceder que tienda a la abolición de las relaciones de poder. Martínez y Escarbajal (1997) la consideran como búsqueda de la armonía, dimensión continua y permanente del sistema educativo, a la vez que estímulo para estudiar las causas de los conflictos y la violencia. Al mismo tiempo entienden la Educación para la Paz como proceso mental y dinámico que tributa a la transformación personal y social y a proyectos críticos e inconformistas.

Conceptos fundamentales y términos recurrentes como paz, con sus diversas acepciones y derivaciones: pacífico, pacifismo, conflicto, tranquilidad, guerra, violencia, entre otros, adquieren connotaciones particulares en el tratamiento de la Educación para la Paz. El estudio de la precisión del contenido de tales vocablos, en el contexto de los procesos educativos, propicia la búsqueda y precisión del necesario aparato categorial.

Por otra parte, es frecuente encontrar un estrecho vínculo entre la Educación para la Paz y la Educación de los Derechos Humanos (EDH), lo cual se explica en el contexto de una época en la que a los derechos humanos de la primera generación (civiles y políticos) y a los de la segunda (económicos, sociales y culturales), se adicionan los de la tercera generación, o sea, los llamados derechos de la solidaridad, porque solo pueden ser alcanzados con el esfuerzo conjunto de distintos sectores de la sociedad en el plano nacional e internacional, tal es el caso por ejemplo, de los derechos al desarrollo, a un medio ambiente sano y equilibrado, a la paz, así como aquellos orientados hacia grupos específicos que representan minorías desfavorecidas (niños y niñas, mujeres, ancianos, grupos étnicos o raciales, religiosos, retrasados mentales, etc.).

Los derechos de la tercera generación reflejan las nuevas necesidades del hombre y las sociedades en el mundo de hoy y sin embargo, no siempre se insertan con facilidad en el esquema clásico de los derechos humanos de las anteriores generaciones (Blanco, 1992). La separación en generaciones obedece al momento histórico en que se precisan los diversos grupos de derechos humanos; el conjunto de ellos constituye un sistema integral y como tal debe abordarlo el proceso educativo escolar y no escolar. En fin, independientemente de la diversidad de corrientes: entre las que se encuentran algunas con posiciones extremistas que limitan la Educación para la Paz al plano subjetivo individual o las que evaden el estudio de conflictos sociales, en particular las guerras, existen otras que se proyectan por un objeto de estudio más abarcador y en este sentido es frecuente encontrar el tratamiento de aspectos como los siguientes:

q Contenido y métodos de la Educación para la Paz.

q Relaciones entre Cultura de Paz y Educación para la Paz.

q Técnicas y materiales pedagógicos para la Educación para la Paz.

q Tratamiento de cuestiones pedagógicas concretas, por ejemplo:

§ Cómo abordar el problema de las armas nucleares en clase.

§ Solución de conflictos en la escuela a través de la expresión teatral y el video.

q La Educación para la Paz en los diversos niveles de enseñanza, desde preescolar hasta la educación superior.

q Formación de docentes en Educación para la Paz.

q Papel de la educación no escolarizada en la Educación para la Paz.

q Investigación para la Paz.

q Obstáculos que encuentra la Educación para la Paz.

q Cooperación entre instituciones de diversos países en Educación para la Paz.

q Análisis y discusión de problemas que afectan la paz:

§ desigualdad, pobreza, analfabetismo, consumismo, crisis de valores

§ solidaridad entre los pueblos, comprensión internacional

§ derechos humanos, género y sexo, multiculturalidad, tolerancia

§ derechos de los niños y las niñas

§ solución de conflictos entre las personas, incluyendo conflictos escolares

§ formación ciudadana, contaminación ambiental y salvaguarda del planeta

§ armas nucleares, desarme, historia universal y nacional y su relación con la paz.

Bajo este término se acogen varias dimensiones:

§ Educación para la comprensión internacional.

§ Educación para los Derechos Humanos.

§ Educación mundialista y multicultural.

§ Educación para el desarme.

§ Educación para el desarrollo.

§ Educación para el conflicto.

En este trabajo se reflexiona acerca de la necesidad de desarrollar una Cultura de Paz centrada en los valores morales por el papel regulador que tienen en la conducta del sujeto.

DESARROLLO

1. La Educación para la Paz en el proceso formativo. Sus dimensiones

La Educación para la Paz, tiene como tarea educar desde una visión integradora y transformadora de la realidad. Es necesario apostar por una educación activa y participativa así potenciar un pensamiento dinámico, crítico y generador de nuevas ideas.

La Educación para la Paz es un concepto pluridimensional. Esta noción incluye un conjunto de elementos y prácticas que van, desde las acciones de sensibilización, comprende la necesidad de contar con información confiable, objetiva y actualizada, hasta prácticas concretas de una formación sólida que busque como objetivo concreto y explícito el mantenimiento. Educación para la Paz se considera una especie de práctica pedagógica preventiva contra los conflictos, medio esencial para construir una cultura de la tolerancia y de la paz, de respeto a los derechos humanos y de construcción de prácticas democráticas por la ciudadanía que refleje las demandas más sentidas de cada sociedad.

La Educación para la Paz es un proceso formativo, continuo y dinámico, que se fundamenta en los conceptos de paz positiva, orden mundial real, derechos humanos y la perspectiva de la solución pacífica de los conflictos sobre la base de la regulación ética, es educación en valores, tributa a la formación de una persona que en el plano personal y social devele críticamente la compleja y conflictiva realidad para situarse ante ella y actuar en consecuencia con una Cultura de Paz que asegure una convivencia ciudadana pacífica en los distintos contextos de actuación. Arteaga (2005)

Jacques Semelin, citado por Ramírez, especialista de la no violencia, señala que la Educación para la Paz debería de tener como objeto, la educación para el control o dominio de los conflictos, es decir, el aprendizaje de la gestión del conflicto por medios que no sean la agresividad o la violencia. Propone recurrir a la historia, a la búsqueda del diálogo, a la educación ciudadana, al conocimiento y comprensión de otras realidades.

Consuelo Viciedo (2000: 14) al referirse a la Educación para la Paz establece las dimensiones: personal,

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