El proceso de enseñanza/aprendizaje de Víctor, personaje principal de la película “L’enfant sauvage de François Truffant”

El proceso de enseñanza/aprendizaje de Víctor, personaje principal de la película “L’enfant sauvage de François Truffant”

¿Se imaginan pasar los primeros años de su infancia viviendo en medio de la naturaleza sin ningún tipo de interacción con la especie humana? Parece utópico, difícil de creer, pero realmente tuvo lugar.

Concretamente, esta es la historia de Víctor, un niño salvaje que encontraron en L’Aveyron, un pueblo al sur central de Francia. En este pequeño ensayo trataremos de reflexionar sobre lenguaje y socialización, el proceso de enseñanza-aprendizaje al que nuestro protagonista estuvo sujeto, además de observar los tipos de inteligencias o teorías comunicativas que nos pueden ayudar a entender más este curioso caso.

La persona que va a emprender y explorar el proceso de aprendizaje del niño es Jean Itard, un médico pedagogo francés especializado en educación, el cual procurará enseñar al pequeño todo lo que está en sus manos para que hable y pueda integrarse en su nuevo entorno. El doctor hará uso principalmente de las bases de la teoría conductista utilizando el refuerzo positivo con el niño al cual llamará “Víctor” por cómo reacciona este al escuchar el sonido de la vocal “O”.

Pero vayamos por pasos y dedicamos un momento a un aspecto importante. ¿Cuáles eran las inteligencias que poseía Víctor tras vivir solo en el bosque? En primer lugar queremos recordar la frase citada por el profesor estadunidense Howard Gardner (2010), el cual afirma que:

La inteligencia, lo que consideramos acciones inteligentes, se modifica a lo largo de la historia. La inteligencia no es una sustancia en la cabeza como es el aceite en un tanque de aceite. Es una colección de potencialidades que se completan.

Este autor destaca una visión pluralista de la mente, en la que podemos reconocer muchas facetas de la cognición y que, además, acentúa los diferentes potenciales cognitivos de las personas. De allí su teoría sobre las Inteligencias Múltiples como constata la ciencia cognitiva y la neurociencia. Dentro de esta teoría Gardner expone ocho tipos de inteligencias de las que, a continuación, vamos a nombrar y reflexionar sobre aquellas que poseía Víctor.

Así pues, podríamos decir que nuestro protagonista principalmente manifestaba un mayor control en la inteligencia naturalista, debido al dominio que tenía de todo el contexto salvaje en el que había vivido. Asimismo, presentaba una inteligencia musical que utilizaba para protegerse y huir al escuchar el ladrido de un perro o el ruido de una rama quebrada. Por todo lo anterior, Víctor tenía un excelente manejo de su propio cuerpo, había conseguido adaptar sus capacidades motrices a las necesidades que el contexto le obligaba, por lo que podemos afirmar que también poseía una inteligencia corporal y cinestésica. Mientras que el desarrollo del resto de las inteligencias era prácticamente nulo.

Una vez que Víctor se instala con el profesor Itard, este inicia un proceso de enseñanza-aprendizaje que tendrá como objetivo principal conseguir la inserción de Víctor en la sociedad, para ello se implica en educarlo para conseguir que este hablara. Si es cierto que antes de iniciar su investigación con el pequeño, Itard era muy optimista en cuanto a la consecución de estos objetivos, a medida que la investigación avanza, los resultados obtenidos apenas dejan evidencia de ello despertando en él un sentimiento de fracaso y frustración.

A pesar de que no consiguiera los objetivos planteados, sí que fueron muchos los conocimientos que Itard hizo durante su investigación. Al inicio de la misma, observa como Víctor es capaz de reaccionar ante ciertos sonidos, sobre todo los más sutiles, consiguiendo así descartar la hipótesis inicial de que este pudiera ser sordo. Por otro lado, el profesor consigue grandes avances en cuanto al desarrollo de las necesidades más básicas, ya que logra que Víctor aprenda a caminar erguido, comer con cubiertos, vestirse y dormir en una cama; aprendizajes imprescindibles para la socialización del niño. Posteriormente, Itard comprueba las capacidades cognitivas de Víctor. Posee un excelente olfato. Los sonidos de la naturaleza le llaman la atención, como por ejemplo los paseos en carretilla por el campo, la lluvia que lo moja, la luna por la noche, mirar a través de la ventana. Se puede observar que tiene buena memoria visual, de hecho, a través de los juegos destaca que el niño tiene una inteligencia adecuada para recordar: los ejercicios que le propone con los objetos de asociación, el abecedario, identificación de símbolos con herramientas. La invención de un portatizas será una creación de gran orgullo para el profesor.

Queremos destacar también como Itard descubre que Víctor tiene emociones: le encanta ver la lluvia caer (seguramente le recuerda la naturaleza en la cual había vivido libre hasta entonces), beber agua frente a la ventana mirando el paisaje exterior así como salir a pasear. El profesor Itard utiliza estos recursos de recompensa para intentar enseñarle a hacer las cosas de manera correcta. Si bien la educación es difícil, lenta e intermitente, a través del proceso estímulo-respuesta empieza una etapa significativa, o sea, un aprendizaje por repetición e imitación; por ejemplo utilizar cubiertos a la hora de comer, colocar y relacionar objetos con dibujos, cosas que nunca había hecho antes. Incluso consigue escribir su nombre en una pizarra. Otras emociones que quedan patentes durante su proceso de aprendizaje son el vínculo afectivo que crea con Madame Guerin, así como la ansiedad, la frustración o incluso el llanto.

Un avance de gran importancia para Itard es el momento en el que descubre como Víctor toma conciencia de la justicia, de lo que está bien y está mal, rebelándose ante una situación injusta provocada por experimento por el doctor. Este es un momento clave, donde Itard empieza a considerar a Víctor como un ser civilizado. No obstante, no son muchos más los resultados obtenidos en su cometido por socializar al pequeño.

No podemos olvidar que nuestro personaje es un niño que ha estado viviendo durante casi diez años en un bosque, como un animal, sin tener ningún tipo de contacto, ni de relación con otros seres humanos. El hecho de haber vivido durante la edad infantil (etapa primordial para el desarrollo de las neuronas) totalmente aislado y abandonado, ha provocado que el niño presentara una conducta salvaje y fuera de lo normal. La falta total del contacto físico con el ser humano, el afecto y la carencia de la comunicación verbal hace que Víctor no pueda alcanzar las facultades básicas y elementares para relacionarse en una sociedad. Ni siquiera tras ser sometido a un periodo intensivo y agotador de alfabetización, el profesor

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