Estudio de Caso: Colegio ESFUERZO

Estudio de Caso: Colegio  ESFUERZO

Antecedentes

El Colegio ESFUERZO, fue fundado en la década de los 50, siendo su objetivo enseñar  a niños y jóvenes de la periferia de Santiago y darles una formación basada en la disciplina, el esfuerzo y la responsabilidad.

Sus profesores todos normalistas, colocaban mucho esfuerzo y motivación para disciplinar a los niños y hacer de ellos personas valiosas para la sociedad.

Efectivamente, el colegio se caracterizó por sus logros académicos y sus alumnos  pudieron proyectarse  muy exitosamente en el mundo laboral, incluso algunos, alcanzaron a obtener títulos técnicos, lo que enorgullecía a familias, profesores y colegio.

El colegio no presentaba problemas de conducta ya que la disciplina se mantenía a toda costa, muchas veces con un tirón de pelos, tal vez de patillas o un reglazo, arreglaban cualquier problema que se presentara. Cuando los niños se quejaban de este trato, los papás respondían que por algo el profesor lo hacía, razón por la cual todo quedaba allí. Se hacían trabajos en grupo que ayudaban al colegio y a la comunidad y entre los profesores existía un buen clima laboral.

Con el transcurso del tiempo y en vista de los logros del colegio sumado a la disciplina y corrección que presentaban los alumnos, empezaron a llegar algunos con serios problemas de conducta. Estos eran enviados por sus padres para que aprendieran disciplina y se educaran al menos. Los resultados fueron muy buenos y se logró el objetivo.

Un par de décadas más tarde la situación comenzó a cambiar, los alumnos que empezaron a ingresar, no solo presentaban problemas de conducta sino que la constelación familiar no ayudaba en nada a lo que hacía el colegio y es más algunos de los apoderados comenzaron a amenazar a los profesores.

En los años siguientes el cambio fue aún mayor, los profesores muy jóvenes venían de diversos planteles de educación y tanto su metodología, como motivación marcaron la diferencia y entre los alumnos se hizo sentir.

Los padres no cooperaban y peor aún le exigían a los profesores que educaran y formaran a sus hijos porque “para eso estaban.”

Ya los alumnos no eran los mismos y por ello algunos padres buscaron otros colegios en que se sintieran más seguros y que la educación estuviese dentro de las expectativas por ellos consideradas. Algunos de los alumnos alcanzaron a entrar a la universidad con becas y fue un orgullo para todos. Cabe señalar que los alumnos considerados como buenos, se fueron del colegio.

Los fondos venían de diversas fuentes de financiamiento, gran parte de ella provenía del estado hasta que pasó a ser particular subvencionado

Su dotación es hoy en día de 38 profesores de media y básica más el Director y un jefe de UTP  que hace las veces de subdirector, 2 inspectores y personal administrativo y de servicios en orden no mayor a 5.

El director fue elegido por ser el mejor profesor del colegio y como premio se le dio el cargo, por su trayectoria. Era el que se suponía iba a llevar al colegio a recuperar el añorado sitial que se tuvo en un momento.

Los profesores se dividían entre los normalistas que eran los más antiguos, seguidos por los que provenían de una universidad tradicional y los más jóvenes que venían de institutos, universidades particulares etc.

Esta demás decir que las diferencias de visión, motivación, actitud y madurez eran completamente distintas entre los profesores.

Para que hablar de la metodología de enseñanza y aprendizaje, variaba desde una enseñanza  autoritaria, pasando por una democrática y en algunos casos laisse-faire.

La conducta de los alumnos es muy mala, es normal ver a alumnos a diferentes horas deambulando por los pasillos del colegio producto de que el profesor les envió a la inspectoría, a la que nunca llegaron  y nadie tampoco los controló.

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