LA VERDADERA EDUCACION: HACIA EL DESARROLLO SOCIAL E INDIVIDUAL

La educación se constituye en un medio para lograr el desarrollo social e individual. Por lo menos ésta es la consigna que tradicionalmente se le ha otorgado a pesar de las corrientes teóricas que han surgido históricamente al respecto, que van desde el mero utilitarismo del conocimiento transmitido como ciencia, para satisfacer el desarrollo del capitalismo, hasta la crítica reveladora y propositiva, que apunta a la construcción de una conciencia social mediante la emancipación del individuo.

No cabe duda que la educación por si misma debe ser una herramienta de construcción, definitivamente no tendría un concepto antagónico pese a las diferentes perspectivas teóricas, pero tendría que evaluarse el paradigma bajo el cual ha sido impartida a través de los tiempos y de cómo ha impactado en la evolución de la sociedad.

Teniendo en cuenta el desarrollo de la sociedad actual y de su problemática histórica (la cual no pasa desapercibida para nadie y cabe remontarnos a la imaginación para explorar todas las posibilidades), surge la interrogante a cerca de la eficacia, eficiencia de la formación del individuo como unidad conformadora del emporio humano. Actualmente el individuo moderno se encuentra en la “era de la información” donde por medio del desarrollo tecnológico, en el área de las comunicaciones, se hacen disponibles grandes cantidades de “información útil”. Mucha de esta información obtenida dentro de los procesos que en conjunto son ciencia o técnica, da cuenta del progreso global, y ha sido utilizada dentro de los procesos de formación de individuos dentro de un marco utilitarista, llevando al desarrollo de la sociedad capitalista, dado que se obtiene un individuo con contenidos programados por medio de un proceso educativo, para maximizar la producción, obedeciendo principalmente a intereses particulares, por lo cual, no es un secreto que el conocimiento obtenido sin una orientación analítica del individuo respecto a su contexto, falto de pensamiento crítico, sin posibilidad de ser realmente propositivo con miras al desarrollo colectivo, otorga una falsa sensación de libertad que en ultimas se traduce en simple arrogancia, de la forma más patética, pues se sigue siendo esclavo del sistema.

A pesar de esta realidad, en este punto la educación cumple su cuota, la de construir sociedad, pero ¿Qué clase de sociedad?, una sociedad en la cual sus individuos son seres programados a sus quehaceres, individuos en razón de la producción.

La educación debe orientarse al desarrollo del pensamiento del individuo en pro del verdadero desarrollo individual con miras a la conservación de la especie de la forma más natural, logrando así, de la forma más benévola, el desarrollo de una justicia social. Lograr formar un individuo verdaderamente libre y constructivo.

Habermas identifica que el interés por la autonomía y emancipación es común dentro de la teoría de la sociedad, de la filosofía y la ciencia, dado un proceso que además de tener en cuenta la formación individual, también depende del contexto histórico – sociocultural y de la situación de la especie humana.

Dentro de lo descrito por Habermas, la finalidad de las ciencias crítico-sociales con una actitud teórica es el de evitar una falsa realidad valorativa, puesto que desenmascara cualquier intento de distorsión o ideologización ya sea de conocimiento o de la realidad misma. El punto identificable con la problemática de cualquier sociedad es la formación de ideología, entendida como una falsa conciencia, formada a falta del carácter crítico del pensamiento.

La formación de intereses particulares conlleva muchas veces al origen de la ideologización, puesto que entra en juego el juicio subjetivo, la mayoría de las veces dogmático, que no admite la introspección critica ni la aceptación de las debilidades,

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