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LA ÉTICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO: ENSAYO ANALÍTICO

tatiana99HMEnsayo15 de Marzo de 2021

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LA ÉTICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO: ENSAYO ANALÍTICO

Capítulo 1: Las aventuras de una palabra.

En el primer capítulo, el autor establece las diferencias básicas entre los términos ética y moral, comenzando principalmente con el origen de ambos términos, así como sus significados, dando a conocer que el término ética es derivado del griego <èthos> el cuál posee varias definiciones tales como hábitat, carácter, costumbres y comportamientos de los seres vivos. Todo lo anterior, relacionado con los modos de comportarse, vivir y desarrollarse en una sociedad conformada por reglas, normas y leyes; sin embargo, surge la necesidad de generar una adjetivo más significativo para determinar el saber relativo al comportamiento mental humano, por lo cual, nace la palabra –èthikè- y con esta la búsqueda de la mejor manera de comportarse, determinando y distinguiendo entre comportamientos “buenos” y “malos” basándose en juicios normativos y entre valores positivos y valores destructivos.

Años más tarde, la cultura romana decide adoptar el mismo significado, pero en su propia lengua, naciendo así la palabra -mos- siendo el equivalente de -èthos- (costumbres) en latín (mores en plural), pero con el fin de expresar lo relativo a las costumbres, surge el derivado -moralia- dando paso a lo que hoy día conocemos como ‘moral’.

Con base en lo anteriormente explicado, el autor se fundamenta en que la palabra ‘moral’ es simplemente una traducción de la palabra ‘ética’ desde la lengua griega a la romana o latín, entendiendo así que ambos términos tienen un mismo significado y que ambos se enfocan en los valores diferenciando entre el bien y el mal.

El autor entonces, hace referencia a la ética y la moral como normas establecidas en la sociedad cuya diferencia yace en que la moral se encuentra basada en las costumbres y una normatividad heredada, mientras que la ética es una construcción contante a través de diferentes ramas como pueden serlo las profesionales sociales (medicina, enfermería, entre otras) y que también dependen según la comunidad o espacio en la que estas se desarrollen.

Por otro lado, la moral desde sus inicios, se ha considerado que vienen a ser estas normas heredadas, que a través de la historia y por medio de instituciones o religiones han establecido normatividades que hablan de comportamientos positivos o destructivos y que estos definen el carácter del individuo dentro de la sociedad. Mientras que la ética viene a ser las normas que están en continua creación y que por lo tanto tienen una mayor flexibilidad con el cambio y evolución de las sociedades en el tiempo.

Por lo tanto, y a forma de conclusión, en la actualidad lo común es encontrar que actualmente las personas identifican la moral como aquellas normas o reglas que debe seguirse y cumplirse porque han sido previamente establecidas por alguna institución ya sea política o religiosa, para establecer caracteres de justicia conforme al bien social, representando de esta manera una satisfacción o felicidad tras el buen actuar de una persona ante la comunidad, resumiéndose como un “acuerdo social” sobre conductas humanas “correctas” e “incorrectas” establecidas encaminadas a forjar un “buen carácter” individual para un bien colectivo; y la ética es en sí, la aplicación de dichas normas de comportamiento, conductas y costumbres en la sociedad. Convirtiéndose ambos términos en un conjunto inseparable de normas y acciones que sirven de parámetros y principios que rigen a una sociedad y que les permiten juzgar el comportamiento de las personas como individuos dentro de esta 1.

Capítulo 2: Un ámbito sin fronteras

En esta ocasión, el autor indica, que la ética se ocupa de las acciones y decisiones que tomamos en momentos determinados, siendo un conjunto de reflexiones derivadas de dos cuestiones principales: primero, ¿qué debo hacer? y segundo, ¿cómo debo actuar?, estas incógnitas con el fin de siempre llegar a la tomar la “mejor opción” o la “mejor decisión”; dejando en claro que aquí es donde se complican las cosas, ya que no necesariamente actuamos únicamente para nosotros, sino que la toma de decisiones, la intencionalidad de nuestras decisiones y los criterios que adoptamos, varían según el lugar el contexto, la cultura o sociedad en donde se tomen o se decidan (así se tengan en cuenta los valores y reflexionemos sobre la justicia) y, que con estas decisiones se ofrece indirectamente un modelo de conducta para las demás personas, incluso sin pensarlo o sin quererlo, llegando a construir un modelo de ética para los demás con nuestro ejemplo.

Pero, cualquiera podría preguntarse: ¿no es el ser humano suficientemente desarrollado como para generar sus propias conductas totalmente independientes sin la necesidad de seguir guías o ejemplos de otros durante el proceso de la toma de decisiones?

Pues no, pero, la respuesta correcta sería que: los seres humanos exploran y seleccionan información en función de su validez y a las predicciones que obtengan en pro de una mejora individual (más que grupal), pero, este proceso de selección de información se complica cuándo, entre los bienes comunes se habla de los bienes individuales, lo cual varía dependiendo de la estructura causal del entorno de las personas, la información que obtengan y lo que represente un alto valor para ellas, es decir, durante la toma de decisiones se evalúa qué decisión facilita el aprendizaje, el desarrollo y la supervivencia del ser humano en el entorno donde vive2;

Entonces, con esto se entiende que, el humano al ver o presenciar actos que él pueda desarrollar y que estos para él sean beneficiosos, los implementará y adaptará a su estilo de vida generando un proceso en cadena que se repetirá infinitas veces de individuo en individuo a través de los años y es por esto que toda decisión que se tomen individualmente serán indirectamente decisiones comunes.

Esto se da ya que el humano tiende a tener un pensamiento egocéntrico3, es decir, un pensamiento guiado a beneficio propio (aun cuando se evite al máximo generar un daño a otras personas), como consecuencia a esto, las actuaciones y lo que se decide de manera individual, va de manera indirecta e igual para todo el mundo y que todas las elecciones que se hagan, de algún u otro modo, serán egoístas, aunque no lo parezcan y aunque no afecten a los demás. Así que cuando se actúa de la mejor manera (a consideración), estamos a la vez, planteando reglas de conducta y criterios de decisión para los demás.

Establece entonces el autor que la ética es en primer lugar la preocupación por los demás, ya que humanos desde el inicio de los tiempos han estado en relación y convivencia con más seres y que es por esto que en nuestro actuar encontramos problemas éticos (en función a nuestras relaciones con los demás) generando la necesidad de pensar que toda acción tomada de manera individual influye en los demás y que todo actuar debe no perjudicar o hacer daño a los demás (siempre dentro del margen del respeto).

Es por esto que, como última instancia, se decide elaborar reglas que ayuden a vivir mejor, porque el problema de la reflexión y de las decisiones éticas es: que, aunque haya reglas generales, siempre van a haber casos particulares que representen para las personas problemas éticos dentro de una comunidad.

Capítulo 3: Entre religiones y filosofías

En este capítulo plantea el autor las siguientes incógnitas: ¿de en dónde surgen las actitudes éticas?, ¿surgen en las religiones o en las filosofías?

Y como respuesta a esto, nos indica que según su punto de vista surgen en ambas teorías (tanto la religiosa como la filosófica), connotando que aun así existen diferencias entre la moral religiosa y la laica y, entre la ética de la religión y la ética de la filosofía, dice, que de esta manera, el origen de los de los valores morales, de lo que llamamos “bien” y “mal”, y de eso que nos impulsa a “preocuparnos por nuestros comportamientos” así como del origen de la ética, se divide en tres respuestas.

La primera de ellas nos guía hacia la religión, en dónde nos dicen que las verdades eternas y los valores vienen del espíritu de Dios y son transferidas desde Dios hacia los seres humanos (a través de un profeta), ya que la ética no es una invención del hombre, ni viene de la imaginación del hombre, sino que el hombre ve las verdades eternas a través de la razón (transmitida por el espíritu de Dios) y que para muchas personas que creen en una religión, esta es la teoría más acertada.

Sin embargo, la segunda teoría, nos habla de que los valores morales simplemente residen en nuestra realidad, que habitan en nuestro mundo y que proceden de las realidades naturales y humanas más no, necesariamente de un orden divino; qué es esa “voz de la conciencia” (la voz de la naturaleza) que nos muestra el bien y el mal o que nos hace sentirnos orgullosos o avergonzados de nuestros actos, que es un impulso natural y que ligada a ella viene la “piedad”, la cuál es el punto de partida de la moral porque muestra que la ética es un impulso natural y que surge y posee al humano como una reacción innata; dando a entender que las bases de la ética no están en el cielo, sino en nosotros en la tierra y en la naturaleza.

La tercera teoría, nos habla de que el hombre por sí solo inventó la ética y que ésta no es divina o terrenal, sino que proviene del humano y que se va adaptando a

través de las sociedades, épocas y culturas, que fabrican sus normas y valores morales; con la idea central de que la humanidad crea un sentido para atribuírselo al mundo, con el fin de garantizar su propia supervivencia y serenidad de espíritu y que por lo tanto, es fundamental para el humano revelarse contra la injusticia, en pro de su dignidad y su bien; creando por tanto, del hombre y para el hombre la ética.

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