LITERATURA Y CIENCIA EN EL SIGLO XIX. LOS VIAJES EXTRAORDINARIOS DE JULES VERNE
barbi_3 de Junio de 2013
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En el siglo XIX aparece un nuevo tipo de literatura de divulgación científica, en cuya génesis influyen de manera destacada dos concepciones intelectuales de la época: el socialismo romántico y el positivismo. El primero, por su énfasis en la ciencia y la industria como elementos que habrían de guiar al hombre hacia un porvenir de felicidad y armonía, dentro de un mayor progreso material y moral; ello supondría la configuración de una sociedad más feliz y adecuada al hombre del mañana. El positivismo, en segundo lugar, lleva consigo una nueva visión del mundo y una nueva manera de actuar en todos los campos de la actividad humana. Con él, la razón se convierte en el único principio válido. En la literatura, las ideas positivistas de Comte, influirían en la aparición de un nuevo tipo de novela, la novela "realista", basada en una completa verosimilitud de todos sus elementos.
Sería injusto adjudicar al auge científico y tecnológico del siglo XIX la aparición de la divulgación científica en la literatura. Es mejor afirmar que es en este siglo cuando nace una verdadera necesidad de vulgarizar todos los conocimientos amasados por la ciencia. Necesidad que estaría vinculada con la formación del nuevo hombre del mañana y la sociedad futura.
Los Viajes extraordinarios de Jules Verne nacen en un buen momento. En el instante en que la ciencia y la industria estaban en pleno florecimiento y favorecidas, en Francia, por el ambiente político creado bajo 1a dictadura de Napoleón III. Momento plenamente optimista en el que parecía cumplirse la profecía de una Nueva Edad de Oro que propugnaba Saint-Simon.
Las novelas de Jules Verne responden a un plan educativo diseñado por su editor, el sansimoniano J. Hetzel, y dirigido a la formación de la juventud. Consistiría, en principio. en despertar el interés por la ciencia, divulgar los conocimientos científicos, y formar a los dirigentes de la sociedad del futuro.
Pero haríamos mal en querer simplificarlo de este modo. Los Viajes extraordinarios no sólo consideran el saber científico. Pretenden, además, formar a esa juventud en unos determinados valores como son la solidaridad, la fraternidad, la justicia. Valores, todos ellos, que responden a los ideales socialistas románticos.
¿Qué es un Viaje extraordinario? Michel Serres nos lo define así: "Es un viaje ordinario en el espacio (terrestre, aéreo, marítimo, cósmico) o en el tiempo (pasado, presente, porvenir: Ayer y Mañana), un recorrido de tal punto dado a tal otro deseado"; "en segundo lugar, es un viaje enciclopédico: la Odisea es circular, recorre el ciclo de la Sabiduría"; "por último, es un viaje iniciático en el mismo sentido que el periplo de Ulises, el Éxodo del pueblo hebreo o el itinerario de Dante".(1)
Los relatos de Verne pertenecen a la literatura de divulgación científica. Son novelas llenas de saber científico presto a ser divulgado, enseñando sin dolor. El lector, a través de los Viajes extraordinarios, y a diferencia de otras formas de vulgarizar el saber, se introduce en la aventura aprendiendo por la propia experiencia. Recorre de la mano del iniciador el espacio de los conocimientos, el espacio de la mitología. Todo ello sin perder de vista la Razón. De esta forma, las novelas de Verne responden a esa llamada positivista que inundaba la literatura de finales del XIX. El protagonista de sus aventuras nunca penetrará en el campo de lo inverosímil, lo imaginario. Nunca serán "ciencia ficción" y sus anticipaciones no serán muy afortunadas, limitándose a ser meras reconstrucciones noveladas de proyectos que estaban en el ambiente científico del momento. Se rompe así, cualquier idea preconcebida sobre este autor.
No obstante, a pesar del desencanto, nos introduciremos en el mundo Verne a través de un interesante itinerario. En primer lugar, para acercarnos al por qué de la necesidad de los Viajes Extraordinarios, daremos una visión del ochocientos basada en la influencia del socialismo romántico y en el desarrollo científico. Seguiremos, en segundo lugar, destacando la consideración que otorgan estos relatos a la ciencia. Por último, nos centraremos en el interés que desde el punto de vista geográfico pueden tener estos Viajes extraordinarios. No debemos olvidar el interés que despertó la geografía entre el público del siglo XIX, ya sea por los nuevos descubrimientos y exploraciones, o por el afán de aventura. Por otro lado, sabemos que J. Verne estuvo muy atraído por ella, la más romántica, descriptiva y la que mejor respondía a los designios de los profetas de la Nueva Era, quienes propugnaban el completo dominio del planeta por el Hombre.
Acerca de Jules Verne
Jules Verne, primogénito de una familia de cinco hermanos, nació en la ciudad de Nantes el 28 de febrero de 1828 en el seno de una familia acomodada. Su padre, Pierre Verne, era abogado hijo de juez. Su madre, Sophie Allote de la Fuye, descendía de una familia de armadores enriquecida gracias al comercio colonial. La situación económica de sus padres le permitió una esmerada educación. Los dos hijos mayores varones, Jules y Paul, estudiarían, primero, en el Petit Séminaire y, más tarde, en el Licée Royal de la citada ciudad.
La vida de Jules estaba ya determinada. Como hijo mayor habría de seguir la carrera de su padre. De nada serviría su desmesurado y temprano amor por el mar, el espacio de la libertad y la aventura que le llevarían a los once años a una primera fuga del hogar. Durante su infancia merece destacarse la influencia negativa del padre ("hombre pío, implacable y exacto"),(2) el amor no correspondido hacia su prima Caroline, el amor fraternal hacia Paul, y su pasión por el mar y la navegación. Cada uno de estos aspectos se verá más tarde reflejado en su obra. Estudia el bachillerato en el Liceo (1845), y será en esta época que se descubren sus primeras manifestaciones literarias: es asiduo a una tertulia literaria que se desarrolla en una vieja librería de Nantes.
Hacia 1847 un hecho crucial marcó y cambió el rumbo de su vida. La negativa de Caroline a su propuesta de matrimonio le conminó a salir de Nantes. Sus estudios de leyes se convertirían en la excusa para esta huida, iría a Paris.
Estamos en 1848. Verne vive medio emancipado en la capital francesa y es la época de la revolución. A pesar de que sólo vivirá ciertos momentos de estas luchas, madurará sus simpatías y su pensamiento político. Las consignas son amor a la libertad, a la república, y odio al despotismo.
Instalado en el barrio latino de París, rodeado de deslumbrantes figuras literarias, asiste a los "salones de Madame" donde se realizan tertulias de todo tipo, pero frecuentemente literarias. En este ambiente conoce y traba amistad con A. Dumas (padre) quién se convertirá en su mentor literario. El le abrirá las puertas de su Teatro Histórico en el cual estrenará obras sin excesivo éxito.
Todo el periodo comprendido entre su decisión de vivir de la pluma y sus primeros éxitos con sus novelas en la editorial Hetzel, constituye una etapa de penuria económica en la que debe alternar la literatura con otros medios para ganarse el sustento. Pero no todo es miseria. Es en este momento que concibe su gran proyecto. Su asistencia frecuente a la Biblioteca Nacional, único medio para olvidar el hambre, le permite descubrir el pensamiento social de Saint-Simon y Fourier y la importancia de las ciencias en la actualidad. Para su futuro plan literario era preciso, ante todo, poseer una buena base de información científica, y para ello se requería una sólida posición económica a fin de eliminar preocupaciones.
A partir de ahora, parece que la suerte le viene de cara. Obtiene trabajo como agente de Bolsa a través de la que sería su futura esposa, Honorine Viane, joven viuda con dos hijas que le causarían innumerables problemas. Se esposaría con ella el 10 de enero de 1857.
El último gran suceso que le encaminaría en la creación de una novela de la ciencia sería el descubrimiento de su editor: J. Hetzel. Este le abriría las puertas al mundo y a la fama. Serán más de cuarenta años de producción literaria en la que subyacerá una sola idea: la visión enciclopédica de un hombre que vivió inmerso en los avances científicos y tecnológicos de su tiempo y que supo reflejarlo de forma insuperable en sus relatos. Unos relatos, sin duda extraordinarios, cuya elaboración no puede desligarse de dos ideas profundamente sentidas por su autor: el socialismo romántico y su fe en la nueva ciencia. Antes de adentrarnos en el análisis de la obra literaria será preciso aludir al marco social e intelectual en el que se desarrolla.
Socialismo romántico
Llamamos socialismo romántico a aquel movimiento que aparece tras la Revolución francesa al abrigo de la estabilidad napoleónica, y cuyos elementos definitorios son su fe en el hombre y en el progreso. Alexandrian(3) nos lo define así: "el socialismo romántico es la infancia y la juventud del socialismo; [...] la infancia con su frescura de alma, sus nuevas esperanzas, sus temores, su deliciosa imaginación; su juventud con sus turbulencias, su avidez de conocimientos, su impulso a favor de la justicia y la libertad». Es, en definitiva, «un amor ardiente por la humanidad".
Si durante la Revolución francesa, Robespierre y Babeuf realizaron los primeros intentos de implantar el socialismo, convirtiéndolo en algo que podía llevarse a la práctica, tras ella volvería a sumergirse en el plano teórico y no seria
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