La filosofía: Su alcance

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-Escuela Normal Superior “Olegario Víctor Andrade”.

• Profesorado de Educación Primaria.

-Ciclo lectivo: 2023

-Cátedra: Filosofía.

-Profesor: Lezcano, Darío.

-Alumnas:

• Avile, Yanel Alejandra.
• Maciel, Florencia Stefania.

-Curso: 2 “B”

-Turno: Vespertino.

- Fecha de entrega: 07/07/2023

Introducción:

La filosofía existe desde hace más de dos mil años. Apareció en Grecia en el siglo VI a.C. Se dice que uno de los siete sabios de la filosofía griega fue tales de Mileto es el primer filósofo y padre de la filosofía por haber sido en dar una explicación racional sobre el origen del universo.

La filosofía es una de las disciplina de más larga data en la historia de la humanidad, su importancia no es exclusiva de las humanidades y de los estudiosos del arte o de la historia. Su crecimiento en las diferentes ramas y especializaciones le permite pensar en las dudas del ser humano y aplicarse a diferentes áreas del saber y edades.

En otras palabras, es el estudio de diversas problemáticas como lo son el conocimiento, la mente, la conciencia, la ética, el lenguaje, la belleza y la moral entre algunas mencionadas.

La filosofía: Su alcance.

No es fácil, para quien recién se inicia, establecer el alcance de la filosofía y mucho menos abarcar los distintos significados que se han distribuido a lo largo de la historia del pensamiento humano. A pesar de ello, podemos esclarecer su contenido si nos detenemos a considerar:

1. ¿En qué circunstancias la Filosofía hace su aparición en la historia? ¿Como comenzó este estudio, esta investigación que se llama filosofía?
2. ¿Existe alguna causa que ha movido y mueve al hombre y al filósofo a hacer filosofía?

Cuando la filosofía hace su aparición en la historia.

La búsqueda de un saber racional. La filosofía es un saber que se viene elaborando desde la más remota antigüedad, que para llegar a la madurez ha necesitado de un largo proceso.

Históricamente su iniciación puede situarse en Grecia, a fines del siglo VI a.C. En un principio era el conocimiento de todas las cosas, abarcaba todos los dominios del saber (la física, las matemáticas, la geometría, etc.).

En el umbral de la filosofía encontramos según Aristóteles, el mito. El mito es la fe del vulgo que sugiere lo que se ha de pensar al enfrentarse con las grandes cuestiones en torno al origen del mundo, de los dioses, del hombre o de otros problemas tales como el origen del mal, la vida tras la muerte y otros temas parecidos. Los mitos que se mantienen por la tradición, son creaciones imaginarias, una respuesta más o menos fabulosa o poética de los grandes problemas que preocupan al hombre. Maestros en la sistematización de estas creaciones fueron Hesiodo, con sus poemas sobre el origen de los dioses (teogonía), o del mundo (cosmogonía) y Homero, en la mitología que emplea de la Ilíada y en la Odisea.

La filosofía nació en Grecia cuando sus sabios renunciaron a los mitos y se entregaron a la búsqueda de una explicación racional de todas las cosas. “El día en que el hombre ha reflexionado ese día la filosofía ha comenzado”

El acontecimiento tuvo lugar, no precisamente en Atenas, sinoen una de las colonias griegas del Asia Menor, en Mileto, activa ciudad que traficaba con el Oriente próximo. Ese movimiento comercial hacia llegar a Mileto toda clases de informaciones relativas a la astronomía, a la geografía, a las matemáticas y a otros conocimientos realizados por egipcios y caldeos. Por eso la filosofía, en sus comienzos, se presenta asociada con la ciencia de ese tiempo.

La curiosidad de los primeros filósofos griegos gira alrededor de una explicación de la Naturaleza, a ello se debe que la Física y la Filosofía marcharon unidas durante  siglos. A estos sabios les preocupaba la realidad del mundo físico y del orden cósmico.

En otras palabras: buscaban el principio, la esencia, el orejé, como lo llamaban, de toda realidad.

Cada filósofo procuraba plantear los problemas y dar su solución. En este período de nacimiento de la filosofía se procura dar las primeras respuestas a los problemas que plantea la naturaleza. Así, en forma embrionaria, las doctrinas fueron constituyéndose y hasta dieron lugar a la aparición de nociones, como la de espacio, tiempo, número, materia, identidad, contradicción, y otras que todavía hoy se siguen empleando sin recordar que son herencia de este primer momento de la filosofía.

Cuando Milato fue destruido por los persas (494 a.C.), felizmente el centro filosófico ya había trasladado a las colonias griegas del sur de Italia, a las Magna Grecia, y había penetrado en la Grecia continental.

A la preocupación por la filosofía de la naturaleza sucedió el periodo de apogeo de la filosofía, que ocurre en Atenas. En este nuevo período, iniciado por Sócrates, la filosofía amplia notablemente el primer horizonte de sus temas. Ya no le interesa la sola investigación de la naturaleza, sino que quiere saber qué es el hombre, cual debe ser su conducta, en qué consiste su felicidad, como debe organizada la sociedad, etc. En esta tarea la filosofía alcanza sus cumbres con pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles. Estos pensadores comenzaron a distinguir ciencia y filosofía, es decir entre fenómenos de la naturaleza y conducta autónoma del hombre, y en esta forma iniciaron la fundamentación de las disciplinas filosóficas, como la lógica, la psicología, la ética, la metafísica y propusieron a la posteridad los grandes temas de la filosofía como el alma, el lenguaje, la verdad, la belleza, la política, etc.

Como se plantearon los verdaderos problemas filosóficos y la calidad de las respuestas, nada mejor que recordar a los precursores de la filosofía como Tales, Anaxímenes y Pitágoras.

El primer principio de las cosas.

A comienzo del siglo VI  a.C., en Miletos enseño Tales, conocido como uno de los “siete sabios de Grecia”. Comerciante, hombre de estado, matemático y astrónomo, se entregó a la investigación desinteresada. Aristóteles nos dice que Tales creyó encontrar el principio de todas las cosas en el agua: el agua de los mares es el límite de la tierra y más allá de nuestro mundo, aseguraban los navegantes, se extendía un océano infinito, perforamos nuestro suelo encontraremos frecuentemente el agua. El agua desciende del cielo y hace brotar la vida en las plantas, el agua es bebida para animales, el agua se transforma por la temperatura. Parece justificado suponer que el principio de todas las cosas se encuentran en el agua.

Anaxímedes, en cambio, sostuvo que el principio común de las cosas era el aire. Un elemento eterno, invisible, ilimitado, penetrante, que es el principio del movimiento, de la vida (respiración) y de todas las cosas. El mundo para Anaxímedes es parecido a un animal viviente.

Anaximandro, iniciador de la astronomía griega, sostenía que el principio o fondo común de todas las cosas no debe ser el agua, como sostenía Tales, sino una sustancia indeterminada, invisible y amorfa, de donde el agua y todos los elementos de la naturaleza proceden, llamó a este principio ápeiron, algo no determinado, de lo cual provienen y a lo que cual retorna todos los seres.

Poco después de estos filósofos (siglo V). Pitágoras fundó una asociación que era, a la vez comunidad religiosa, una escuela filosófica y un centro de enseñanza de la matemática.

Sabemos sin embargo, que conoció toda la ciencia de su época, realizando grandes viajes y se inició en la ciencia egipcia. Matemático, creador de la aritmética y de acústica, reformador moral, no escribió ningún libro, pero sus discípulos propagaron su doctrina. Tal era la veneración por Pitágoras que ellos se le atribuye la frase “El maestro lo ha dicho” (magister dixil).

Aristóteles expreso que “los pitagóricos conciben las cosas como números, porque conciben los números como cosas”. En los números los pitagóricos creyeron encontrar el principio que los filosóficos de Milato habían creído descubrir en los elementos naturales.

Los padres de la metafísica.

Así como Pitágoras había supuesto que el número es el principio que hace que las cosas sea lo que son, dos filósofos posteriores, Heráclito y Parménides, sostuvieron, respectivamente, que el cambio o desavenir era la esencia de todas las cosas, y que no lo es el cambio, sino el ser, uno, eterno e inmutable.

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