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gibaor20 de Marzo de 2014
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DOCTRINAS FILOSÓFICAS Y SU INFLUENCIA EN LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI
Existe un horizonte muy importante en la vida de cada ser humano, y es la visión que se tenga de ésta, la forma como conciba su existencia y propósito, por ello, incluso desde los siglos antes de Cristo, se ha segmentado claramente la vida animal y la humana en su diferencia de ser pensante, siempre con el propósito de hacerlo más comprensible dentro de sus alcances y a la vez más confortable. Es por esto que en el transcurrir de la historia humana el hombre ha tratado de analizar y comprender la esencia del mundo; por ende, la manera de ver las cosas y de enfrentar la vida es fundamental en el desarrollo de las personas, en la individualidad y sobre todo en la colectividad. En este reflexionar surgen diferentes corrientes o escuelas filosóficas que han impactado la historia de la educación, ya que ellas influyen en la forma de pensar del hombre y conciben una visión sobre el mundo acorde a los fundamentos y planteamientos que orientan.
En el presente ensayo se busca realizar en primera instancia, un esbozo fundamental sobre el impacto de las grandes doctrinas filosóficas en la educación, así como detallar la contribución de las teorías explicativas a la educación del Siglo XXI, la influencia de las diferentes teorías sobre la educación actual y finalmente se realiza un paralelo contextual y actual sobre las doctrinas que sustentan la educación para el siglo XXI según la propuesta por la UNESCO en el informe Delors, finalizando con el dilema de si la educación es un problema filosófico o no.
Un modelo conceptual que provee un marco de referencia inicial es el Materialismo, Carlos Marx, representante principal de ésta doctrina filosófica, consideraba que la educación tiene un papel muy importante en la transformación de la sociedad; sin embargo, esta doctrina cree que todo lo que existe es materia, el mundo material va progresando a nuevas formas. En este sentido, el verdadero poder formativo está en la materia de enseñanza, es decir, en los contenidos que el alumno aprende o intenta aprender; conforme a esta teoría, una persona tendría un menor o mayor grado de cultura según la mayor o menor cantidad de material asimilado.
Otro abordaje interesante nos lo proporciona Juan Herbart, considerado como el máximo exponente de la doctrina Realista: “el padre de la ciencia de la educación”, quien intentó basar los principios pedagógicos en estudios sobre la conducta humana, su mayor injerencia consiste en afirmar que el fin de la educación es el carácter del hombre, visionando un ser culto, con gran sensibilidad estética. Este pensador vislumbró la educación como una disciplina con problemas, metodología y un cuerpo de conocimientos propios; en este orden de ideas resalta como el fin de la educación la realización de la vida “buena”, tanto a nivel individual como colectivo, dando por hecho que el currículo debe incluir conocimientos, destrezas, y actitudes, dado que los conocimientos, por su carácter universal, son necesarios para la educación de todos los hombres porque el hombre es un ser social.
Para los Realistas, la materia es real; la materia es una realidad independiente de la mente humana, se le da importancia a los hechos observados desde la realidad en el contacto con la naturaleza. Esta doctrina se preocupa por el modo de transmitir los conocimientos y el orden en el que deberán presentarlos para lograr mayor efectividad a la hora de ser usados, se centra en el contacto con la naturaleza, directamente con el objeto de estudio, no con textos al respecto.
Por otra parte, dentro del Idealismo, la educación va dirigida a crear en el alumno la voluntad de que use una conciencia moral racional y el educador debe tener presente que la vida actual no lo es todo. Dentro de ésta doctrina encontramos los pensamientos de Platón, Descartes y Kant, entre otros. Con base en sus postulados, el alumno es considerado un ente imperfecto, espiritual, y deberá realizarse plenamente en su dimensión espiritual, dominando su parte animal instintiva con ayuda de la razón para llegar a la idea del Sumo Bien.
Platón se opone al Materialismo y al Realismo, ya que para él, las ideas existen antes o independientes de la materia, es decir, al mundo físico. Para Descartes, por el contrario, el método es importante en la educación ya que es necesario no recibir ninguna cosa como verdadera, el verdadero conocimiento es claro y distinto; dividir cada dificultad en tantas partes como se pueda; conducir con orden nuestros pensamientos y hacer enumeraciones tan detalladas y revisiones tan generales para estar seguros de no omitir nada.
En este mismo sentido encontramos el Idealismo Crítico de Kant, quien considera que el conocimiento de la realidad está determinado por nuestra conciencia; de igual forma visiona la educación orientada hacia la autonomía, es decir, a que cada uno sea capaz de conducirse a sí mismo. Comparte el concepto de ilustración, afirmando que es la salida del hombre de su condición de menor edad (incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la dirección de otro) de la que él mismo es culpable. En consecuencia, afirma que el hombre es la única criatura que requiere educación, ya que requiere de disciplina e instrucción llegando a ser hombre perfecto y alcanzando su destino.
En este orden de ideas, surge el Idealismo Alemán, como transformación del pensamiento de Kant, afirmando que detrás de la educación se esconde el secreto de la perfección de la naturaleza humana. El espíritu que se desarrolla para encontrar la libertad deseada –que es lo que el espíritu es– sólo puede ser obtenida por la educación, a través de la enseñanza de vida y la construcción del ser humano, como ser humano en cuanto tal.
Por otro lado, dentro del Racionalismo encontramos que la razón es el único criterio de validez del conocimiento en tanto que privilegia una enseñanza de disciplinas abstractas que ayudan a la lógica, al desarrollo del pensamiento abstracto y al entendimiento. En oposición a esta doctrina filosófica, se puede apreciar el Empirismo, el cual afirma que el origen del conocimiento no está en la razón sino en la experiencia; éste expone que el conocimiento no es ilimitado dado que solo podemos conocer aquello que ha sido objeto de nuestra experiencia, por tanto, sólo se consideran válidos los conocimientos adquiridos mediante ella. Por su parte el Positivismo rechaza toda metafísica, todo conocimiento a priori, ya que para esta doctrina la observación es el único fundamento de todo conocimiento, concluyendo que el único verdaderamente válido es el conocimiento científico. En educación, persigue conseguir un individuo inflexible, individualista y sin la capacidad de exponer su punto de vista crítico, no permitiendo la exposición de formulaciones que tengan un carácter crítico, de tal manera que forma individuos pasivos que aprendan memorísticamente.
A fin de entender el impacto de la educación, al examinar la sociedad a principios del siglo XX en la que existían epidemias, problemas de transporte y comunicación, altos costos en tecnología y una agricultura pobre, sin lugar a dudas es necesario darse cuenta que el sistema de educación ha realizado grandes aportes para el cambio de la sociedad (moderna) y para el desarrollo del conocimiento y el avance de la tecnología.
En este orden de ideas, la teoría del Neofuncionalismo orienta sobre cómo integrar elementos microsociales ausentes a través de los lazos que se van produciendo en los sectores socio-económicos. En este sentido, en el proceso de integración, esta teoría dentro del campo educativo del siglo XXI aboga por la formación de procesos y de organizaciones políticas en aras de conseguir una mayor cooperación. En consecuencia, podría decirse que la integración en la educación, constituye un proceso dialectico determinado por la lógica de la integración entre los sujetos protagonistas (docentes y estudiantes), que se encuentran inmersos en una sociedad.
Desde otro punto de vista vemos el aporte de la teoría de Marx y Engels cuando establece la imposibilidad de que en las escuelas se impartan disciplinas que conduzcan a interpretaciones partidistas, es decir a materias opinables, ya que estas deben aprenderse en la vida y en la familia. Indiscutiblemente podemos afirmar, de acuerdo a esto, que a lo largo del tiempo la educación ha venido siendo influenciado por las diferentes doctrinas filosóficas y por ende por las diversas teorías.
El interaccionismo simbólico, por ejemplo, afirma que para la educación una de las bases fundamentales dentro de sus procesos comunicativos es la comprensión clara y amplia del lenguaje que no es otra cosa más que un gran sistema de símbolos que permiten la interacción mediante procesos comunicativos. Otro aspecto no menos influenciador es la etnometodología que se ocupa del común de las personas y en un ambiente micro como la escuela o el hogar, dando importancia a las prácticas explicativas, las cuales tienen diferentes significados de acuerdo con el contexto en el que se les emplee.
Para el constructivismo, por su parte, la experiencia facilita el aprendizaje a medida en que se relacione con el pensamiento, esta corriente parte de la psicología genética; basada
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