Mexico Rural

MÉXICO RURAL

Los liberales dieron el nombre de guerra de la segunda Independencia a la lucha contra la intervención francesa y el Imperio. Lo fue, en efecto, siendo también el último episodio del enfrentamiento entre las viejas clases dominantes originadas en la Colonia y las nuevas fuerzas históricas que habrían de caracterizar al México contemporáneo.

El ejercito conformado a partir de 1810 a través de las innumerables luchas internas desapareció, y6 la “mano muerta” del clero fue quebrada para dar paso a una nueva clase social, o mas bien, a una fracción de clase, que accedería al control económico y político del país a partir del triunfo reformista.

En el último cuarto siglo XIX, un sector de la burguesía pudo consolidarse como dominante, en buena medida, gracias a la coyuntura internacional. El capitalismo estaba en auge; las potencias viejas y nuevas ampliaban sus imperios coloniales y sus áreas de dominio, o iniciaban sus imperios coloniales y sus áreas de dominio, o iniciaban su carrera expansionista, respectivamente; Inglaterra y Francia intensificaban sus campañas en Asia, África y Oceanía; en 1874, Indochina quedaba bajo el poder de Francia, en 1877 la Reina Victoria se coronaba emperatriz de la India, mientras ambas potencias, junto con Alemania, Rusia y Japón, se repartía China. En el norte de África, Francia instauraba sub protectorado sobre Túnez en 1981; en el Pacifico en 1892 finalizaba la conquista Inglesa de la nueva Zelanda con el virtual exterminio de los maoríes. España y Portugal preservaban los restos de sus antiguos imperios frente a los países industrializados, mientras Holanda, Bélgica y la recién unificada Italia y Alemania trataban de competir con Inglaterra y Francia en zonas todavía “ libres” o de obtener territorios a través de arreglar y tratados Internacionales. En 1905 como consecuencia de su victoria sobre Rusia, Japón asumía el poder de potencia mundial.

Los Estados Unidos, cuya expansión había sido interrumpida desde su independencia fueron hasta el inicio de la época que nos ocupa, un territorio abierto con una frontera móvil y cambiante que significaba un potencial prácticamente ilimitado para el desarrollo económico capitalista de la sociedad Norteamericana. Esto no excluyo la compra de territorio ni las guerras de agresión que se verificaron a lo largo del siglo XIX. En el último tercio del mismo, el cielo de crecimiento territorial estaba virtualmente cerrado, y el país comenzó a desarrollar una política de penetración económica más que de expansión colonial directa, aunque esta ultima también se llevo efecto cuando fue necesario para garantizar la primera-.4- La América Latina y el Asia Oriental fueron las zonas del mundo en que los intereses Norteamericanos entraron en fuego, a lado y frente de las potencias Europeas.

La dinámica del capitalismo exigió la extensión de formas de relación propias del sistema en el mundo entero. La “segunda revolución industrial” genero un gran aumento en el ritmo de crecimiento de la siderurgia, los transportes y la electrificación, e hizo mas agudas las diversas necesidades: materias primas industriales; alimentos para una población urbana cada vez mayor; metales; carbón de piedra y posteriormente petróleo, que fueron sustituyendo a la leña y al carbón vegetal; mercados para la manufacturas excedentes, cuya existencia y aumento hacia eminente la crisis de no encontrárseles salida, así como para los capitales cuya abundancia era amenazada de devaluación monetaria. Todo esto llevo a la división internacional del trabajo. En forma esquemática puede decirse que ciertos países que conservaban niveles preindustriales de desarrollo tuvieron que aceptar el papel de proveedores de todo aquello que era necesario al sistema para consolidación, es decir, para ir paleando los problemas sociales que tenían planteados y que no podían salvar si la concurrencia de los países y territorios “exteriores”.

Ya desde el siglo XVI , la historia se hizo universal al iniciarse la expansión de los países Occidente Europeo, América, Asia y África desempeñaron una función decisiva en la paulatina consolidación del capitalismo a través de la lucha de una burguesía mercantil y banquera que pugnaba por romper los obstáculos que feudalismo ponía al crecimiento y desarrollo de sus actividades económicas y a su asenso social; pero fue a partir del ultimo tercio del siglo XIX cuando el control se hizo mas rígido y cuando desapareció para las sociedades no capitalistas – en porción inversa a sagrado de desarrollo - toda posibilidad de eludir la imposición de formas trabajo de intercambio y de vida ligadas al mercado internacional. Las más diversas formas de la violencia fueron empleadas y justificadas con el fin de imponer el dominio del orden capitalista. Para cada nación, su ingreso al mercado mundial significo simultáneamente una serie de trasformaciones económicas y un replanteamiento una serie de transformaciones económicas y un replanteamiento de las relaciones y de la lucha de clases.

En los países latinoamericanos mucho de los dirigentes que se perfilan a mediados de siglo representado los intereses de los terratenientes liberales y la burguesía comercial esgrimen, contra las viejas oligarquías y los métodos feudales de control económico, las teorías de libre cambio; en esta forma la integración de este región geográfica en la nueva economía monopolista mundial se ve facilitada en extremo. La dependa de plata, hierro, cobre, salitre, petróleo, fibras textiles, hule, ganado, azúcar, café, tabaco y otros productos favorece la consolidación de los liberales en el poder permitiendo un desarrollo económico notable.

Los nuevos gobiernos enarbolando la bandera la civilización y del progreso contra la barbarie y el atraso, justifican la vinculación dependiente de sus países con las metrópolis y al mismo tiempo su propia política de opresión interna, llevaba a efecto contra las economías y relaciones sociales que entorpecen el desarrollo del capitalismo y la acción del imperialismo.

Las campañas contra los patagones en el sur y los gauchos en norte argentino en la becada de los años 70, contra los araucanos en Chile y los 80, contra los guaraníes en el Paraguay durante la guerra con Brasil, Uruguay y Argentina 1864 y 1870 y contra los mayas y los yaquis en México, son manifestaciones similares del mismo hecho.

El resultado político mas notorio de este ingreso latinoamericano al mercado mundial capitalista es el surgimiento del “autócrata reformador” o “tirano honrado “ que contiene su carrera como caudillo popular y termina instaurando una dictadura que aunque personalista

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