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Reformas Curriculares Y Cultura: Una Relación De Poder


Enviado por   •  16 de Agosto de 2013  •  3.297 Palabras (14 Páginas)  •  476 Visitas

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Reformas Curriculares y cultura: una relación de poder

Referencia Bibliográfica:

Coll, César y Elena Martín. Vigencia del debate curricular. Portal UNESCO http://portal.unesco.org/geography/es/ev.phpURL_ID=9813&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html 24/06/2012

Dussel, Inés (2006) Estudio sobre gestión y desarrollo curricular en países de América Latina. OREALC/UNESCO. Santiago de Chile.

Popkewitz, Thomas (2009) El cosmopolitismo y la era de la reforma escolar. Morata. Barcelona

Tadeu Da Silva (2001) Espacios de identidad. Octaedro. Barcelona.

Goodson, Yvor (1995) Historia del curriculum. Pomarés - Corredor. Barcelona.

Introducción

El siguiente análisis bibliográfico se sustenta en las lecturas realizadas de los textos antes citados. Luego de este ejercicio, consideré relevante tomar dos conceptos centrales como ejes temáticos que darán forma a este análisis bibliográfico: Cultura y Reforma.

Estos términos, de acuerdo a lo extraído de los textos y al razonamiento propio, juegan un papel fundamental en el proceso educativo construido en correspondencia al curriculum, pues a través de él se desarrollan los elementos particulares de la cultura de las comunidades a las cuales aplica.

De este mismo modo, las reformas curriculares consideran tanto los elementos culturales propios de una comunidad, como aquellos que son deseables para esta, de acuerdo a diferentes miradas que se profundizarán en el desarrollo de este escrito.

Posteriormente realizaré un ejercicio reflexivo acerca de los temas mencionados, a través del cual pretendo entregar conclusiones que integren la comprensión de los textos analizados.

Desarrollo de conceptos.

I. Cultura

Uno de los ejes que determinan las reformas educativas, es la evolución en las formas de vida de las localidades, sus cambios sociales, políticos y económicos, en definitiva, el cambio cultural de la sociedad.

En este sentido, las reformas educativas en relación con las formas culturales que tan presurosamente evolucionan deben considerar la diversidad de formas de vida para ofrecer igualdad de oportunidades educativas a todos y todas los estudiantes, independiente de donde o como vivan.

Es en este sentido que la llamada diversidad cultural, puede parecer una abertura y aceptación de las sociedades hacia el respeto y tolerancia con las minorías étnicas, sexuales e incluso de género. Sin embargo, en un análisis más profundo del tema y siguiendo la línea de Da Silva es posible visualizar, como las cuestiones culturales están estrechamente ligadas a las cuestiones de poder.

“La diversidad cultural, es, aquí fabricada por uno de los más poderosos instrumentos de homogeneización” (Da Silva. 2001: pp 103)

Esta paradoja se explica en el sentido de que el multiculturalismo, al ser aceptado como algo positivo para las relaciones sociales, como una evolución en la tolerancia y como la aceptación del otro, es también visto como una herramienta que soluciona los problemas que estas minorías acarrean a los grupos hegemónicos.

Los grupos minoritarios pertenecientes a la diversidad cultural, son vistos tan solo por ser minoritarios como algo negativo, fuera de lo “normal” y por ende sus formas culturales escapan a las normas socialmente aceptadas o dominantes. Por otra parte, aquellas culturas hegemónicas, están dentro de los parámetros aceptados por la mayoría y por ende sus formas de vida son escasamente cuestionados e incluso validados por aquellos que aunque no comulgan con la misma forma cultural la validan y legitiman.

Un ejemplo de esto es la idea de tolerancia social, que tanto aplica a los grupos multiculturales o minoritarios. Identificada como el respeto hacia ideas, creencias o prácticas diferentes a las propias, la tolerancia también supone la idea de superioridad, ya que quien tolera es correspondientemente superior a quien es tolerado.

Cultura y Curriculum.

La estrecha relación existente entre cultura y curriculum, radica en que el curriculum puede interpretarse como una expresión de las formas de vida que caracterizan a una comunidad y sobre la cual se construyen los procesos educativos de acuerdo a la evolución social de los sujetos que la componen.

En este sentido, el curriculum es un instrumento de poder, ya que es por excelencia reproductor de las culturas y clases sociales existentes, no genera movilidad social. Sin embargo esta relación abarca mucho más que la segmentación por nivel socioeconómico.

“Luego se hizo evidente que las relaciones de desigualdad y de poder en la educación y en el curriculum no podía limitarse a las clases sociales” (Da Silva. 2001: pp 121)

Las minorías culturales representadas en razas, etnias, género y aquellas identificadas por cuestiones sexuales, aun hoy poseen escaso acceso a un curriculum respetuoso de sus individualidades, que reconozca su cultura pero que al mismo tiempo entregue igualdad de oportunidades, es decir que les permita acceder con igualdad y equidad a las oportunidades de educación.

Desde cierto punto de vista, para que esta situación de desigualdad de oportunidades dada en las minorías culturales, insertas en el concepto (quizá positivo o negativo) de multiculturalidad tenga fin, debiera aplicarse a la educación un pensamiento posmodernista.

Fundamentado en la evolución de las sociedades, el posmodernismo representa un escape a las teorías de masas, donde la relación de dominio de las grandes mayorías son vistas como productos del pensamiento moderno los productos de su influencia cultural.

El pensamiento posmodernista, cuestiona las relaciones de poder que generan las teorías absolutas del pensamiento moderno. Desde este punto de vista y considerando a la escuela como un producto netamente moderno, y los actuales escenarios sociales y culturales, las estructuras curriculares que en esta se aplican pueden ser del todo cuestionable.

Un curriculum centrado en la idea posmodernista, supone una crítica a las formalidades del curriculum moderno, a sus características disciplinarias y rígidas, a su estructura secuencial, segmentador y reproductor. Un curriculum posmodernista, quizá sea capaz de dar respuesta a las demandas de las sociedades actuales y a sus formas culturales, a sus componentes provenientes de diferentes culturas, a las minorías de todo ámbito que desde esta perspectiva, tal vez no se agruparían en el término multiculturalidad.

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