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CLAVES PARA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA

febarajas6 de Abril de 2015

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CLAVES PARA LA

ENSEÑANZA DE LA HISTORIA

Jaime Jaramillo Uribe y

Jorge Orlando Melo

Nota introductoria

El presente trabajo es resultado de un informe que los autores rindieron al Ministerio

de Educación Nacional durante los años setenta. El objeti vo era ofrecer orientaciones

teóricas y prácticas a los profesores de la enseñanza primaria y secundaria

encargados de los cursos de historia de Colombia. Siguiendo las orientaciones de la

moderna historiografía, los autores subrayan la importancia de los conceptos y el

valor estraté gico de los ejemplos para conferir vida a los marcos de referencia. Por la

claridad, la pericia de los autores y el acervo bibliográfico que acompaña el ensayo,

los editores de la Revista Colombiana de Educación creen que su difusión sería de

gran utilidad para los maestros en ejercicio y para los programas de didáctica de la

historia que actualmente se ofrecen en las Facultades de Educación.

Ambos autores tienen una amplia experiencia no sólo en el ámbito de la docencia

sino en el campo del diseño y promoción de textos para la enseñanza. Jaime

Jaramillo Uribe, egresado de la Escuela Normal Superior y en una época director de

su escuela anexa —la institución adjunta destinada a las prácticas pedagógicas—,

fue el director científico del Manual de historia de Colombia (1978-80), la obra

colectiva que tantos servicios ha prestado a la propagación de los estudios históricos

en nuestro medio. Algo similar ocurre con Jorge Orlando Melo, quien ha destinado

buena parte de su esfuerzo académico a promover vastos programas de divulgación.

Durante los últimos quince años su nombre ha estado vinculado con los proyectos

nacionales más ambiciosos de difusión de materiales históricos. Es el editor de la

Historia de Antioquia (1 988), uno de los asesores de la Nueva Historia de Colombia

(1989), el director académico de varias entregas de la Grau Enciclopedia de

Colombia (1991), el editor de la Historia de Medellín (1996) y el actual animador

científico de Credencial Historia, el intento de mayor envergadura realizado en el país

por llevar la reflexión histórica a manos del gran público. A esto se suma su texto

Raíces 5 (1989), un manual escolar que ha vendido más de 60.000 ejemplares en el

competido mundo de las cartillas destinadas a la enseña nza primaria.

El texto de Jaramillo Uribe y Melo ofrece una cuidadosa bibliografía para nutrir los

temas objeto de estudio. Como buena parte de ella se ha enriquecido en los últimos

años con investigaciones nacionales y extranjeras, los editores de la Revista

Colombiana de Educacion sugieren a los lectores remitirse a la actualización

bibliográfica hecha por J. O. Melo en su libro Historiografía colombiana, realidades y

perspectivas (Medellín, 1996). Allí podrán encontrar un completo inventario de obras

generales y libros especializados sobre el mundo precolombino, el Descubrimiento,

la Conquista, la Colonia, la Independencia y los siglos XIX y XX. Esta bibliografía

*

Jaime Jaramillo Uribe, historiador, profesor de la Universidad de Los Andes y autor de numerosos trabajos

sobre la Colonia y el siglo XIX. Jorge Orlando Melo, historiador, autor de libros sobre la historiografía

colombiana, el descubrimiento. la conquista y el siglo XIX. En la actualidad se desempeña como director de

la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco dc la República.

*

viene acompañada de breves y provocativos comentarios dirigidos a facilitar su

consulta ya promover su estudio por parte de estudiantes y profesores.

G. Cataño

Objetivos

1. El programa está dividido para que los alumnos obtengan un conocimiento integral de

la Historia de Colombia, que comprenda sus instituciones sociales, políticas y culturales, a

través de sus datos más significativos. El conocimiento histórico debe lograr que el

estudiante aprenda a pensar los hechos de la Historia en sus conexiones hacia adentro y

hacia fuera, es decir, a relacionar en sus influencias mutuas los hechos inmediatos que

pertenecen a la propia realidad colombiana y a éstos con los hechos exteriores que

pertenecen a la Historia Universal directamente ligada a la nacional. Por ejemplo, durante

el período colonial la vida de las colonias no puede aislarse de los aconteceres de la

metrópoli española. Las guerras que sostenía España en los siglos XVI, XVII y XVIII,

repercutían en las colonias en forma de medidas políticas, económicas y culturales. Lo

mismo ocurría con los cambios en la orientación de la cultura o la educación de la

metrópoli. No podrían entenderse, por ejemplo, el movimiento de la Expedición Botánica y

las tendencias de las ideas en la Nueva Granada a fines del siglo XVIII, sin relacionarlas

con la política cultural de los Borbones españoles en la misma época. Podríamos tomar

también el caso de la independencia. No sería posible comprenderla sin hacer referencia

a hechos como la invasión de Napoleón.

Algo semejante podría decirse si pasamos al siglo XIX. Uno de los resulta dos del

movimiento de independencia fue abrir el país al contacto con el mundo, especialmente

con países europeos y con los Estados Unidos. El estudiante debe aprender a ver las

relaciones que se fueron presentando con la historia de esos países, los nuevos flujos

educativos, tecnológicos, económicos, políticos que recibió el país y la influencia que los

hechos de la política mundial pudieron tener en la Nueva Granada. Un objetivo básico del

programa y de su enfoque metodológico, es acostumbrar al estudiante a ver la Historia

Colombiana Como una parte, un aspecto de la Historia Universal, por lo menos del sector

de la Historia Universal más directamente ligado a la Historia Nacional como es la de

Europa (España, Inglaterra, Francia), la de los países hispanoamericanos y la de los

Estados Unidos. No puede llegarse a una verdadera comprensión de la Historia Nacional

si no se establecen estas relaciones. Así se aprende simultá neamente la Historia Nacional

y la Universal, en una conexión que las hace más interesantes e inteligibles.

2. Un segundo objetivo sería llevar al estudiante la idea de que la Historia tiene hechos

significativos para la vida de los pueblos y que ella no está hecha de anécdotas y

nimiedades. Por lo tanto que el aprendizaje de la Historia no es una cuestión de

memorizar datos. fechas y anécdotas de sus hombres, sino una labor de razonamiento

metódico, sobre los hechos y circunstancias. En fin, que como hemos dicho, los hechos

de la historia no aparecen al azar o al capricho de los hombres sino que siguen una lógica

y entre ellos existen unas relaciones de condicionamiento. Que la voluntad del hombre

puede modificar las circunstancias en que se desarrolla su vida, pero hasta cierto límite y

en todo caso tomando en cuenta las circunstancias que le ponen límites a esa voluntad.

3. El programa y la metodología respectiva tienen también por objeto lo grar que el

conocimiento histórico no sea un cúmulo de datos eruditos, que atiborran la mente de

datos, fechas y nombres sino un medio para dar al individuo una capacidad de

razonamiento para comprender los fenómenos políti cos, sociales y culturales que forman

la materia de la historia.

4. La enseñanza de la Historia, tal como se plantea en el programa, busca también

formar una conciencia nacional firme y positiva. No se trata de fomentar el chauvinismo, ni

una deformada actitud nacionalista, pero sí un sentimiento de orgullo y una valoración

positiva de la tradición nacional, de sus valores humanos y de lo que los colombianos han

hecho en medio de grandes dificultades, en un medio hostil, a base de su propio esfuerzo

y muchas veces en lucha con poderes e intereses externos.

5. El anterior objetivo no es antagónico con la idea de que la Historia puede ayudar a

formar una conciencia de solidaridad humana y de la necesidad de interdependencia entre

los pueblos y culturas. Las referencias comparativas permitirán ver lo que todos los

pueblos han aportado al bienestar y al progreso del hombre.

6. La Historia deberá desarrollar también valores morales como la tolerancia, el amor a

la verdad y valores vitales y científicos como el sentido de la realidad y el rigor en las

opiniones y juicios sobre hombres, pueblos y circuns tancias. El profesor de historia no

deberá hacer afirmaciones sin la debida documentación, ni la adecuada prueba. Así

desarrolla el sentido de responsabilidad en el juicio. Al mostrar condiciones reales en que

tienen que desarrollarse las empresas históricas y las grandes dificultades que los

pueblos tienen para lograr ciertos objetivos, desarrolla el sentido de la realidad y el

verdadero criterio histórico que es lo

...

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