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CONFORMACION DE LA NACION COLOMBIANA S. XIX

s4n7ia60Ensayo14 de Junio de 2017

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NACIONES Y REGIONES I

CONFORMACION DE LA NACION COLOMBIANA S. XIX

PRESENTADO A:

PROFESOR: WILLIAN JIMENEZ

PRESENTADO POR:

DORELLY MARIA SAMBONI S.

PROGRAMA DE HISTORIA

UNIVERSIDAD DEL CAUCA

POPAYAN-CAUCA

26 / 11 / 201

CONFORMACION DE LA NACION COLOMBIANA S. XIX

El ser humano en su constante  búsqueda por encontrar respuestas  que le permitan entender la esencia de las sociedades que se han conformado y de las que él hace parte como sujeto,  forma  su propia cosmovisión, su concepción del mundo de la vida,  forja una cultura, crea una identidad que los hace miembros de una comunidad y traza una ruta que establece criterios  y  una forma de pensar, sentir  y actuar; en este contexto se da la creación del concepto de nación, como elemento que intenta unificar los pueblos, donde se incluye lo político, lo económico, lo cultural  y social, en este sentido “el poder simbólico de la nación y la historia nacional no deberían ser subestimados, ya que la nación mantiene su capacidad aglutinante y de interpelación, particularmente entre comunidades dispersas en la diáspora.”   (Carcamo-Huechante & Bravo Fernandez, 2010) En este caso se puede decir que la nación es un sistema simbólico en el que está presente  el pasado, la cultura, las costumbres, la identidad y la proyección de un futuro; siendo así una pieza que reúne  grupos humanos, generando  trasformaciones sociales, sentido de pertenencia y colectividad.

En este sentido se puede hablar de que la nación es un proceso en construcción que tiene un inicio y que intenta llegar a un final y  en ese intento por lograr  su culminación, sigue un conjunto de líneas que están en el entorno y que permanente  están en contacto con este, por lo tanto la nación es:

El producto de una creación histórica moderna, lo que le dio fuerza y continuidad fue la esfumación en el imaginario colectivo de su carácter de "invención en el tiempo", y su sustitución por una imagen de la nación propia como algo inmanente, además de singular y auto afirmativo, y en tanto tal receptáculo de todas las lealtades. (Qujiada, 1994, pág. 12).

En definitiva se estaban construyendo las bases que hacían parte del discurso de libertad, el cual tenía la intención de hacer que todas las comunidades se sintieran incluidas, y que fuera esta la fuerza que se necesitaba para lograr consolidad la nación que se había anhelado durante mucho tiempo, es decir lograr forjar un proyecto de Nación Moderna  en el cual hayan cambios sociales, políticos, económicos, culturales y tecnológicos, una nación que intenta obtener la soberanía de sus territorios y dejar de depender económica y políticamente de la Corona Española, creando su propio sistema de gobierno que legitimaria la toma del poder y  ocuparía el lugar dejado por el rey, es decir que: los hispanoamericanos legitimaron sus guerras de independencia apelando al derecho de restitución de la soberanía a la nación, y trasladando a esta última la lealtad colectiva hasta entonces depositada en la autoridad dinástica (Qujiada, 1994, pág. 10) .

En este sentido “la nación, como soberanía colectiva que remplaza la del rey; el ciudadano, como el componente elemental de este nuevo soberano” (Guerra, 1999, pág. 33), en este caso la nación se muestra como una entidad en la  cual las personas pueden ver reflejados sus anhelos de libertad y de  la soberanía sobre sus territorios, al mismo tiempo que se da la denominación de ciudadano a los individuos que hacen parte de esta nación en construcción, garantizando su representación dentro de los pueblos, atendiendo a la idea de que: “la nación como surgida no tanto de un contrato entre los individuos sino de un pacto entre los pueblos y por tanto, a considerar a los representantes como procuradores de ellos” (Guerra, 1999, pág. 38).

En este sentido en la consolidación de la Nación  no solo es necesaria  la  identidad y la conciencia nacional que permitía dar legitimidad a la forma de gobierno que se estaba formando, sino que se necesitaba de otros ingredientes que le permitieran consolidarse como nación como la libertad política, la autonomía y el crecimiento económico, siendo asi que la nación se considere como:

Una asociación política de solidaridad integrada por ciudadanos, la cual estaba legitimada  por el principio de la soberanía del pueblo, sobre el cual se ejercía un control  constitucional  y se regía por el precepto de la separación de poderes (König, 1994, págs. 336-337).

En efecto la utilización del término ciudadano  para presentar <> a la Republica de Colombia, permite que se haga la distinción entre ciudadanos activos y pasivos, de primera y segunda clase, al mismo tiempo que fue usado en discursos y proclamaciones  reiterativamente, desempeñando así un papel decisivo en cuanto a la retórica política que se usaba  dentro la Nación y en los esfuerzos pos consolidar los nuevos Estados:

Por una parte, con el todavía podían asociarse los objetivos de “libertad”, “autodeterminación” y las “posibilidades de desarrollo económico” y por otra parte, el concepto de ciudadano se mostró como el medio de integración adecuado para una sociedad cuya formación étnica era muy heterogénea (König, 1994, pág. 338).

Sin embargo la concepción de ciudadano no era aplicada a cabalidad a pesar de que en el proceso de consolidación de la Nación se habla de libertad, integración e igualdad ciudadana como el camino viable para la integración social,  la unidad y las posibilidades de desarrollo.

De modo que en la construcción de la nación  la concepción de ciudadano que se empieza a tener parece tomar un papel importante, puesto que la ciudadanía que se empieza a construir indica que se está dejando atrás el antiguo régimen, generando una ruptura  que logra trascender en al ámbito social político y económico, es decir se logra modificar en cierta medida la sociedad en la cual se convive, cambiando así las perspectivas y los modelos que se han utilizado por décadas arraigados estos al antiguo régimen, siendo asi que la ciudadanía en construcción tomo al individuo como un sujeto o actor dentro de la sociedad, que contribuye en su construcción y que interviene en procesos sociales, políticos y administrativos, es así como: “el ciudadano moderno puede caracterizarse por los atributos de universalidad, igualdad e individualidad, a los que nosotros añadimos el de la abstracción” (Guerra, 1999, pág. 41).

Es preciso menciona que a pesar de haberse constituido la concepción de ciudadano dentro de la Nación que se está forjando y de hecho se ha constituido como uno de los elementos que muestra los cambios que se han logrado, aun no se ha establecido como tal en la práctica, pues se trata más de un ideal que de un hecho que pueda ser palpable con las personas, ejemplo de ello es el hecho de que no todos los ciudadanos tenían el derecho a votar y elegir a sus representantes, pues este era un privilegio que tenían solo unos pocos ciudadanos que cumplían con algunos requerimientos como tener un cierto nivel de educación, tener propiedades y ser mayores de 21 años, en consecuencia se habla de que el ciudadano tenía cierta igualdad ante las leyes pero no ante la política, es así como <> se convirtió en uno de los factores que generaron inestabilidad y profundas crisis en la nación que se intentaba establecer, ya que: “ el ciudadano aparece definido en muchos artículos por su pertenencia a una comunidad abstracta __la nación__; en otros se lo concibe solo como un miembro de una comunidad concreta” (Guerra, 1999, pág. 48).

Por otro lado la nación  es entendida como un organismo que se mantiene unido a través de tradiciones, costumbres, una religión, un idioma y lo más relevante,  la convicción de una vida que gire en torno a las necesidades  e intereses colectivos, teniendo presente que la nación es un imaginario en el cual la construcción de ideales  se dirige hacia la creación de identidad con criterios propios, volcados hacia la unicidad de la nación, siendo así que:

El hombre no es esclavo ni de su raza, ni de su lengua, ni de su religión, ni de los cursos de los ríos, ni de la dirección de las cadenas de montañas. Una gran agregación de hombres, sana de espíritu y cálida de corazón, crea una conciencia moral que se llama una nación (Renan, 1882, pág. 12).

Considerando  que  la nación es un imaginario que se construye, en función del cual  actúan los seres humanos en el que se empieza a generar un sentimiento de nacionalismo, libertad, autonomía y una identidad propia, de ahí que se considere que:

“Las naciones no son cuerpos ni organismos  biológicos, sino construcciones históricas susceptibles de ser desarmadas en sus diversos componentes, resaltando incluso sus quiebres internos, diferencias estructurales e históricas de fragmentación” (Carcamo-Huechante & Bravo Fernandez, 2010, pág. 14).

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