ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Historia De La Pena De Muerte


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2014  •  2.707 Palabras (11 Páginas)  •  871 Visitas

Página 1 de 11

HISTORIA DE LA PENA DE MUERTE

La pena de muerte o pena capital ha existido a la par con la humanidad, es bien sabido que los griegos tuvieron gran influencia cultural en Roma, si bien los romanos destacaron por su vasta jurisprudencia y aquellos por ser grandes filósofos, binomio que hizo surgir la filosofía del Derecho, de ahí la regulación de las relaciones entre los hombres y el Estado, así como consecuente castigo a quienes cometen violaciones a las leyes impuestas por este último.

Ya los hebreos dejaron testimonio de la existencia de esta sanción.

En Roma el primer delito castigado con la pena de muerte fue el de Perduellio, por traición a la patria, más adelante, en las XII Tablas, se reglamentó también para otros delitos y era esta, la pena imperante; un tiempo después y aunque sin ser abolida cayó en desuso, restableciéndose posteriormente con los emperadores. Así pues esta sanción es conocida desde los primeros tiempos de la humanidad, y puede decirse que en todas las culturas, teniendo algunas variantes como por ejemplo el tipo de delitos por los que se imponía, siendo el más común el delito de homicidio. Se imponía, igualmente por los delitos que actualmente conocemos como patrimoniales, delitos sexuales, delitos contra la salud (como lo era la embriaguez consuetudinaria) delitos del órden político, así como militar, lo mismo para lo que hoy conocemos como delitos del fuero común y federal.

Las formas de ejecución de la pena fueron muy variadas de acuerdo a los usos y costumbres de los diferentes pueblos, había entre otras: la lapidación, la rueda, el garrote, la hoguera, todas eran formas muy crueles ya que su finalidad consistía en imponer el mayor sufrimiento al delincuente condenado a dicha pena.

Durante la vigencia de las XII Tablas, la autoridad podía dejar la aplicación del Talión al ofendido o a sus parientes, sin embargo existían también funcionarios encargados de la ejecución.

La pena de muerte inicialmente fue concebida como una aflicción, retributiva originada por la comisión de un delito apareciendo así en las leyes antiguas.

Posteriormente, al llegar el cristianismo que predicaba el amor por el prójimo el carácter divino de la vida, sentó las bases de las tendencias abolicionistas de esta sanción.

Por lo que respecta a las sociedades precolombinas , se sabe que aplicaban las penas consistentes en palo tormentos o la muerte, siendo el gran sacerdote quien las imponía, ordenaba las ejecuciones y se cumplian.

Entre los aztecas , las leyes se caracterizaban por su estricta severidad, entre las penas existentes, se encontraba, la lapidación, el descuartizamiento, la horca y la muerte a palos o a garrotazos, y aún cuando las cárceles no tuvieron ninguna significación también existia la pena de la pérdida de la libertad.

También en el pueblo de los tarascos existía la pena de muerte y en los delitos como adulterio, la pena era impuesta no sólo al adultero, sino que esta trascendía a toda su familia.

En cuanto al pueblo maya, al traidor a la patria se le castigaba con la pena de muerte, y existían también otras penas como la lapidación, si bien existieron algunas diferencias en cuanto a los delitos por lo que se aplicaba, así como la forma de ejecutarla, se puede afirmar que fue común a todas las culturas en la antiguedad.

Ya en el México independiente, al consumarse la independencia en 1821, las leyes principales seguian siendo las mismas vigentes en la época colonial, es decir, la pena de muerte seguía presente y era aplicada principalmente a los enemigos políticos.

En 1789, mientras los franceses se afanaban en la histórica toma de la Bastilla, al otro lado del Atlántico se escribía la primera página de un polémico libro aún no terminado y cuyos autores principales han sido, desde entonces, los políticos y jueces.

En el papel protagonista de la obra, los presos condenados a muerte en los Estados Unidos de América.

Por aquel entonces era ejecutada en Boston Rachel Wall, acusada de robo.

Concretamente el 8 de octubre de 1789. Si tenemos en cuenta que la Constitución norteamericana (paradigma de muchas otras) entró en vigor el 4 de marzo de ese mismo año, Rachel fue una de las primeras personas ajusticiadas --legalmente- en EE.UU.

Pocos años después, en 1796, una joven mulata de 12 años llamada Hannah Ocuish era ejecutada por un crimen que la historia aún no ha descubierto con exactitud. Rachel y Hannah son dos de las primeras personas protagonistas de la historia de la pena de muerte en Estados Unidos.

Una historia que carga a sus espaldas con más de 3.500 ejecutados y que hoy prosigue, más en entredicho que nunca.

Aunque países como China, Irak o Arabia Saudí todavía mantienen vigente la pena de muerte, el debate internacional sobre la death penalty (el nombre anglosajón para la pena capital) se centra principalmente en los Estados Unidos.

Allí, en la tierra de las oportunidades, 38 estados mantienen en sus leyes el castigo mortal, mientras que doce de ellos lo han abolido.

Una abolición que, como demostraron las autoridades legales norteamericanas, puede revocarse en cualquier momento: en 1978, mientras España votaba la Constitución, Estados Unidos restituía la pena de muerte tras haberla erradicado en 1972.

Desde entonces han sido ejecutados 582 hombres y una mujer, Karla Faye Tucker, cuya muerte volvió a resucitar el viejo debate hace dos años.

Durante estos 21 años los verdugos han empleado los cinco métodos que la ley norteamericana ampara.

- La inyección letal permanece vigente en 27 estados y es la más practicada (es la causante de la muerte de 423 reos).

- La silla eléctrica se aplica en doce estados y es quizá la más polémica: quema los órganos internos del condenado, y varios testigos presenciales han declarado detectar un fuerte olor a carne quemada momentos después de la ejecución.

- En la cámara de gas, el condenado tarda unos quince minutos en morir. Los operarios se ven obligados a desinfectar el cadáver y la sala con una sustancia similar a la lejía.

Y, finalmente, los dos métodos menos utilizados, la horca (vigente tan sólo en Montana y Washington) y el pelotón de fusilamiento, en el que uno de los verdugos dispara una bala de fogueo para que no se sepa quién es el dueño de la munición asesina. Solamente permanece

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (16.5 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com