La Educacion Enla Edad Media
12540010 de Octubre de 2014
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ÍNDICE
I. LA CONTRARREFORMA
1) Introducción
2) La educación religiosa reformada
3) La educación de los jesuitas
4) La educación de otras órdenes religiosas
5) Pedagogos y educadores de la educacióncatólica
4.1. Ignacio de Loyola (1491-1556)
4.2. San José de Calasanz (1556-1648)
6) Respuesta de la iglesia ante la reforma de Lutero: La gran reforma católica: el concilio de Trento
5.2. Puntos doctrinales del concilio de Trento:
5.1. Etapas del Concilio de Trento
7) Conclusiones
II. EL REALISMO PEDAGÓGICO
1. Introducción
2. Momento histórico del realismo pedagógico
3. – El realismo pedagógico.
3.1. - Factores que propiciaron su aparición.
3.2. - El empirismo.
3.2.1. - Francis Bacon.
3.3. - El racionalismo.
3.3.1. - René descartes.
3.4. - Modalidades del realismo pedagógico.
3.4.1. - Realismo humanista. (ERASMO DE ROTTERDAM)
3.4.2. - Realismo social. (TOMAZO CAMPANELLA)
3.4.3. - Realismo naturalista. (JUAN AMÓS COMENIO)
3.4.4. - Realismo disciplinario. (JOHN LOCKE)
4.- Conclusiones
Bibliografía
I. LA CONTRAREFORMA
1. INTRODUCCIÓN
La Reforma Católica o Contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había debilitado a la Iglesia. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en 1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia y evitar el avance de las doctrinas protestantes.
Se esforzó sobre todo en cuatro temas:
1. Doctrina.
2. Reestructuración eclesiástica, con la fundación de seminarios.
3. Modificación de las órdenes religiosas, haciéndolas volver a sus orígenes espirituales.
4. Vigilancia de los movimientos espirituales, centrándolos en la vida piadosa y en una relación personal con Cristo. Esto incluía a los místicos españoles y a la escuela de espiritualidad francesa.
Ignacio de Loyola y la compañía de Jesús.
* Los protestantes mostraron el poder de la educación para la conquista de los espíritus.
* La iglesia a través de diversas órdenes, la más destacada la orden de los jesuitas, se lanzaron a la conquista de la fe por la educación.
* Ignacio de Loyola funda la compañía de Jesús en 1534 con el objeto de consagrarse en la educación de la juventud católica.
* Se llamaron “los soldados de Cristo”, por la formación militar de Ignacio de Loyola. Virtudes: disciplina, obediencia y práctica de acciones nobles.
2. LA EDUCACIÓN RELIGIOSA REFORMADA
La difusión de la reforma protestante por Europa, obligo a la iglesia católica a salir a su encuentro, y para ello empleo dos clases de medios: uno, la lucha directa contra aquella, y otro, la reforma interna de la iglesia misma. De aquí surgió el movimiento llamado de la contra reforma, que duro unos dos siglos. Con él se pretendía volver en cierto modo a la situación anterior al humanismo en el sentido de suprimir el espíritu crítico de la razón y de someter la religión a los dictados de la autoridad eclesiástica romana.
Este movimiento tiene a su vez dos órganos de acción: la compañía de Jesús y el concilio de Trento, que aunque surgidos separadamente coinciden en el mismo objetivo
Por lo que respecto a la educación el concilio de Trento, celebrado entre 1545 y 1563, se limitó a recomendar a los obispos y autoridades eclesiásticas la creación de escuelas, la mejora de las existentes en catedrales y monasterios y la fundación de cátedras de gramática, es decir, de enseñanza secundaria, en las que diera gratuita “a los clérigos y demás estudiantes pobres”.
Por su parte, los papas recomendaron también la formación de asociaciones para la enseñanza catequista y de instrucción religiosa para contener el movimiento protestante. Así surgieron varias órdenes religiosas, de las que se habla después. Sin embargo, la mayor influencia del concilio en el orden cultural y educativo fue la creación del índice y el desarrollo de la inquisición para investigar y condenar los escritos y las personas sospechosas de pertenecer al movimiento reformador dentro y fuera de la iglesia, dando lugar a numerosos castigos y persecuciones.
En el campo de la educación propiamente dicha, el órgano principal de la contrarreforma fue la compañía de Jesús, de la que se dice Alfredo weber: “se produjo la salvación de la iglesia por obra de una constelación sumamente curiosa. Casi simultáneamente con Lutero, aunque como reacción contra este, surgió un antípoda, ya desde el 1521.surgio una anti-fuerza extraordinaria, igualmente original, orientada a vivir el cristianismo, en un sentido racional antiguo y a la vez hierático medieval”.
2. LA EDUCACIÓN DE LOS JESUITAS
La compañía de Jesús fue creada por Ignacio de Loyola y reconocida por el papa en 1540. Surgida de un pequeño grupo de hombres, en poco tiempo alcanzo una extensión e influencia extraordinarias. Ha sido la organización más poderosa que ha poseído la iglesia para la educación durante mucho tiempo y aun hoy ejerce una influencia considerable. Vino a sustituir la acción de otras instituciones eclesiásticas ya en decadencia en la época de su fundación, como las escuelas monásticas y catedrales, y en cierto modo los colegios de las universidades, en la época también decadentes. Al mismo tiempo constituyo el dique más importante para la contención protestante en los países latino.
La orden de los jesuitas no fue, sin embargo, creada solo con fines educativos; parece que al principio no figuraban entre sus propósitos. Estos eran más bien la confesión, la predicación y la catequización. Su recurso principal eran los llamados “ejercicios espirituales” que ejercieron una enorme influencia psíquica y religiosa entre adultos. Sin embargo, poco a poco, la educación ocupo uno de los lugares más importantes, sino el que más, entre las actividades de la compañía.
La compañía, como se sabe, está compuesta por miembros que tienen a la vez un carácter regular y seglar; son miembros una orden religiosa con sus estatus y autoridades propios y a la vez son sacerdotes ordenados que realizan todas las funciones de estos.
A diferencia de las otras órdenes religiosas, viven en el siglo, en mundo y tiene un carácter sumamente emprendedor y combativo. Su misma designación de compañía indica ya su carácter de milicia, así como su organización, su disciplina y espíritu de obediencia: todo a la mayor gloria de dios (Omnia ad Maiore dei Gloriam, o dicho sintéticamente, O.M.D.G). Dependen sus miembros de un general, y en cada nación de un provincial, aunque sometidos a la autoridad del Papa.
La educación de los jesuitas está regulada por el radio studiorum (plan de estudios), aprobado en 1599, después de varios años de aplicación y de consultas. La educación se da en los colegios de los cuales está dirigido por un rector, que es asistido por un perfecto de estudios, encargado de dirigir estos y de inspeccionar a los profesores.
Los colegios se dividen por lo general en dos partes: una de estudios inferiores, constituido por loe equivalentes a la educación secundaria, y otra de estudios superiores de carácter teológico y universitario. Aquellos comprenden cinco o seis años de estudio para los adolescentes; estos, tres principalmente para los miembros de la orden que se dedican al profesorado.
Las materias de enseñanza en los colegios inferiores venían a ser las mismas que las de los colegios humanistas, sobre la base del latín Ye” griego la gramática y las matemática s; mientras en los superiores se incluía la teología. La filosofía y algunas ciencias.
Faltaban en ellos, la enseñanza de la lengua vernácula y las ciencias fisiconaturales.
Los métodos de enseñanza eran también los principios de las escuelas humanistas, en las que se inspiraron grandemente. Consistían en la lección, o pre lección, la explicación, la repetición, la composición, etc., métodos predominantemente verbales y en gran parte memoristas y formitas. Se daba especial importancia a la elocución y a la redacción, así como a la lectura y comentario de textos clásicos, expurgados.
La disciplina se basaba en la emulación y en la competencia. Estas se fomentaban por diversos medios: por la emulación individual, teniendo cada alumno un emulo con quien competir y por la emulación colectiva de las clases, dividiéndolas en dos bandos rivales con denominaciones especiales. Así mismo se fomentaba la emulación de unas escuelas respecto a otras, por medio de exámenes, certámenes, discusiones, etc., con ello se despertaba el sentido de la competición y también el amor propio.
Pero la emulación iba acompañada en sentido negativo por la obediencia y la sumisión más completas, mantenidas por una vigilancia permanente de la vida del alumno, en la cual participaban los alumnos mismos por medio de denuncias de las faltas cometidas.
Esto daba lugar a las delaciones y espionajes, impropios de toda sana educación moral. Los castigos, sin embargo, se aplicaban moderadamente y no eran tan rigurosos como los colegios ordinarios, en cambio, se prodigaban los premios y distinciones individuales y colectivas.
La enseñanza en los colegios de los jesuitas era gratuita; solo se percibían retribuciones en los internados. Contra lo que se ha creído, estos solo constituían una parte pequeña en los colegios;
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