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PEDAGOGIA PARTICIPATIVA

yorsh1 de Diciembre de 2011

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Tema:

Sobre la historia

Cátedra: historiografía

Curso: 3er año

Alumno: CANTELI PABLO GABRIEL

Año: 2011

RESEÑA SOBRE EL TEXTO DE ERIC HOBSBAWM “SOBRE LA HISTORIA”

Capitulo7, Historiadores y economistas, I

Consideremos el texto como una visión crítica sobre el pensamiento económico de los economistas de la antigüedad teniendo en cuenta la importancia de estos.

Inicialmente comenzare diciendo que en la antigüedad, según el texto, se planteraon dos tipos de situaciones importantes en cuanto a la historia y a la economía con el fin de establecer una división marcada o una interrelacion y crear una nueva ciencia. La Historia Económica.

Dejando el campo de acción claro, veamos como fue este desarrollo tanto histórico como económico y social con el fin de aceptar, no digo crear, sino aceptar la relación que siempre han tenido estas disciplinas y el porqué de esta relación.

La realcion se origina en el ámbito cultural debido a la imposibilidad de separar las ciencias, ya que cuando se referían a historia se referían a la historia social sobre el comportamiento de una población en general teniendo en cuenta sus costumbres y la forma mediante la cual sobrevivían, y de la misma forma cuando se deseaba establecer una relación económica entre el pasado y el presente, se debía tener en cuenta las condiciones sociales tanto las actuales como las de la antigüedad.

Es por estos motivos que la historia económica debe ser vista como factor fundamental para la toma de decisiones y por lo tanto no se debe plantear una situación económica o histórica sin la relación con su contraparte.

Básicamente mi opinión refleja la del autor cuando este plantea la objetividad de la ciencia tanto económica como histórica, pero personalmente considero que para tener una visión detalla de el por qué actualmente manejamos un sistema económico de una forma u otra o si este sistema cumple o no plenamente para lo que fue diseñado, debemos conocer nuestra historia y tener en cuenta la situaciones tanto económicas como políticas y sociales que se estaban desarrollando al mismo tiempo que se tomaba

Para Eric Hobsbawm, “la primera guerra mundial fue seguida de un derrumbamiento de carácter planetario, al menos en todos aquellos lugares en los que los hombres y mujeres participaban en un tipo de transacciones comerciales de carácter impersonal. De hecho, los orgullosos Estados Unidos, no sólo no quedaron a salvo de las convulsiones que sufrían otros continentes menos afortunados, sino que fueron el epicentro del mayor terremoto mundial que ha sido medido nunca en la escala de Richter de los historiadores de la economía: la Gran Depresión que se registró entre las dos guerras mundiales. En pocas palabras, la economía capitalista mundial pareció derrumbarse en el período de entreguerras y nadie sabía cómo podría recuperarse”.

Estados Unidos fue el gran beneficiado de la guerra obteniendo una amplia cantidad de dinero por vender material bélico. Esta prosperidad benefició a toda la sociedad e hizo que la economía siguiera creciendo a un ritmo que no se había registrado antes generando una felicidad en la vida de las personas de Estados Unidos esto era completamente lo adverso en Europa. Pero esta prosperidad duraría un corto periodo que finalizaría el 24 de Octubre de 1929, conocido como el Jueves Negro, y con la llegada del Crack del 29 que culminaría finalmente con la llegada de la Gran Depresión. Claramente se puede ver las dos caras de la situación un EEUU que dirige la economía y una Europa que sufre las consecuencias de la guerra (excluyendo URSS).

“Durante la Gran Depresión, pareció interrumpirse incluso el flujo internacional de capitales. Entre 1927 y 1933, el volumen de los préstamos internacionales disminuyó más del 90 %.”

Se han apuntado varias razones para explicar ese estancamiento, por ejemplo, que la principal economía nacional del mundo, los Estados Unidos, estaba alcanzando la situación de autosuficiencia, excepto en el suministro de algunas materias primas, y que nunca había tenido una gran...

La “Historia desde abajo” para Eric Hobsbawm

Este es un breve resumen sobre la “historia desde abajo”, que aparece en el libro “Sobre la Historia” (2002), del historiador británico Eric Hobsbawm. El resumen, que verán a continuación, no tiene otra intención de compartir con los bloggeros “historiantes”, la particular visión de este historiador, que vale la pena leerlo. Saludos para todos, desde Santiago de Chile.

A modo de introducción señalaremos que los nuevos referentes problemáticos son constantemente convertidos en objetos de reflexión histórica, y esto no es simplemente resultado de la forma en que los historiadores “se dan cuenta” de aquellos problemas que siempre estuvieron ahí, esperando ser estudiado, sino que éstas son el correlato de distintos tipos de transformaciones sociales.

El reciente interés por hacer historia de distintos grupos particulares, no puede ser entendida sin repasar en la serie de procesos que han hecho posible y aún más deseable el que las distintas agrupaciones sociales expresen y configuren su historia como fuente de información y proveedora de datos que en el pasado ignora que ella no se ocupa de su estudio y la representación de algo que de pronto “aparece”, sino que un claro poder de objetivización frente a determinados ámbitos temáticos.

El conocimiento histórico no es entonces un simple vehículo para representar “el pasado”, sino que resulta constitutivo de esa idea de pasado. Al respecto, resulta pertinente resaltar dos dinámicas: en primer lugar, la emergencia de nuevas problemáticas en la producción historiográfica; y en segundo lugar, la apelación en ciertos procesos políticos.

Sobre lo primero, puede recogerse la discusión que Eric Hobsbawm realiza en el capítulo sobre la historia desde abajo. El autor recuerda que sólo se puede hacer historia desde abajo, desde el momento en que empieza a preocuparnos lo que la “gente corriente” hace frente a ciertas decisiones o determinados acontecimientos. En palabras de Hobsbawm: “(…) sólo a partir del momento en que la gente corriente se convierte en un factor constante en la toma de grandes decisiones y en tales acontecimientos. No sólo en momentos de excepcional movilización popular como, por ejemplo, las revoluciones, sino en todo momento o durante la mayor parte del tiempo.(p. 206)”. La historia de la gente corriente como capo de estudio especializado empieza con la historia de los movimientos de masas del siglo XVIII. Hobsbawm supone que es el historiador Jules Michelet es el primero de los grandes historiadores de los que abajo: la Gran Revolución francesa es el núcleo de su obra.

En cuanto al tema de las fuentes, la historia de los de abajo, a diferencia de la historia positivista, no posee un conjunto de material relativo a ella. “La mayoría de las fuentes correspondientes a la historia de los de abajo sólo han sido reconocidas como tales fuentes porque alguien ha hecho una pregunta y luego se ha puesto a buscar desesperadamente la manera de responder a ella (p.208).”Pero también existen excepciones como los historiadores que estudian la Revolución Francesa. Plantea Hobsbawm que tienen muchas fuentes en la que constituye la génesis de una historia moderna de las bases debido a dos características principales: por tratarse de una gran revolución en la que actuaron numerosas personas y la segunda, por el trabajo de la burocracia que recopiló y guardó en los archivos nacionales toda esa información, lo cual fue beneficioso para los historiadores franceses.

Siguiendo con la idea de Hobsbawm, afirma que hay algunos tipos de material relativo a la gente corriente todavía no ha sido un estímulo suficiente para pensar en la correspondiente metodología. Aquí sale a la palestra la historia oral que si bien los recuerdos pueden parecer los bastante interesantes, en palabras del historiador inglés nunca se hará un uso apropiado de la historia oral hasta que se determine qué es lo que puede fallar en el recuerdo, del mismo modo que se determina cuando algo sale mal al momento de copiar manuscritos a mano. Con esto, Eric Hobsbawm nos plantea es que la historia oral es un medio poco fiable de preservar los hechos. Más, afirma: “la metodología de la historia oral no es sólo importante para comprobar si los recuerdos de ancianas y ancianos grabadas en cintas son dignas de confianza (p.210).” Recomienda que con los testimonios de lo grabado en cinta se hagan experimentos para investigar lo que la gente realmente pensaba o hacía.

El historiador “de abajo” encuentra sólo lo que busca y no lo que le está esperando. En este sentido, el historiador debe saber qué es lo que busca y sólo si sabe, puede reconocer si lo que encuentra encaja con su hipótesis o no; y si no encaja tiene que pensar en otro modelo que se construye sobre la base del saber, la experiencia lo que permite eliminar hipótesis inútiles. Se necesita también imaginación y saber sobre el pasado con el fin de evitar el anacronismo. Todo esto para construir y reconstruir un sistema coherente en el que pueda inferirse los supuestos y parámetros sociales y las tareas de la situación.

Para Hobsbawm el objetivo de la historia “desde abajo” no es sólo descubrir el pasado sino explicarlo y proporcionar un vínculo con el presente ya que el proceso de comprenderlo tiene mucho en común con el proceso de comprender el pasado, aparte de que comprender cómo el pasado se ha convertido

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