Parcial de Historia Argentina y Latinoamericana

En el presente trabajo intentaremos dar una visión personal acerca de la transformación que a sufrido la educación, pero antes nos gustaría dar una breve introducción.

Como todos sabemos el 9 de julio de 1816 nuestro territorio logro la emancipación de España, convirtiéndose en un país libre, rompiendo las cadenas que nos ataban al colonialismo, desde aquella fecha tan emblemática e importante para nosotros, nuestro país fue atravesando diferentes cambios, los cuales trajo consigo diferentes conflictos, no fue nada fácil imponer un ideario de país, menos aun cuando nuestros representantes no se ponían de acuerdo a que dirección ir y mucho menos que forma de país querían construir; con idas y vueltas, y con avances y retrocesos se fue transformando el actual territorio argentino. Uno de los hechos clave que va a marcar un antes y un después en el comienzo de la formación del Estado- Nación va a ser la batalla de Caseros en 1852, lográndose un año después la tan ansiada Constitución Nacional, que como sabemos con el correr de los años se ha ido reformando, y prácticamente una década más tarde con la batalla de Pavón se logrará la unificación territorial de una vez por todas.

A partir de 1862, con el inicio de la presidencia de Mitre y luego sucedido por Sarmiento y Avellaneda, que se logró muchísimo crecimiento en nuestro país, por tal motivo conocemos a este periodo de dieciocho años como “presidencias históricas” por todo lo que se forjó. Estos presidentes han puesto el foco en varios temas, pero el que más incumbo fue la educación, ya que la percibían como elemento fundamental para lograr evolución.

Cuando hablamos de educación hablamos de progreso, uno de los primeros hombres que lo remarco y defendió con firmeza fue Sarmiento, con el tiempo se irían sumando muchos otros que siguieron pregonando ese pensamiento. La conformación de un país más integro, formado, equipado, desarrollado y preparado para el mundo exterior, se logaría gracias a la formación educativa, había que avanzar y crecer, de eso no quedaban dudas, para ello la mirada estaba puesta en la educación, quien se encargaría de encaminar a cada uno de los ejes en los que se buscaba mejorar. Lo primero que se remarca es culminar con la ignorancia en este país, para ello necesitábamos una población con conocimientos para que sean aprovechados al máximo y lograr prosperar con fuerzas. La conformación del Estado Nacional se alcanzaría con orden, un país que adquiere estabilidad y consigue erradicar el conflicto e ignorancia, se encamina a lograr el progreso.

Durante la presidencia de Roca, el Estado se hará cargo de la educación para alcanzar orden social, un logro importante de la década del ´80, es la sanción de la Ley de Educación Común 1420, la cual establece desde 1884 que la educación primaria sea pública, laica, gratuita, obligatoria y gradual, para todos los argentinos y extranjeros nacionalizados; pero aun así debemos remarcar que nuestros dirigentes de aquella época propagaban una educación elitista, es decir, que solo cierto sector podía aspirar a la educación universitaria.

A partir de los años ochenta, se puso especial énfasis en los actos escolares tanto fuera como dentro de las instituciones. Veían a los actos, fiestas patrias y símbolos patrios como elementos predominantes a la hora de fomentar el nacionalismo; por otro lado, se buscó contrarrestar las celebraciones extranjeras, las cuales no colaboraban con el sentimiento patriótico argentino que se buscaba estimular.

El ideario de ciudadano era completamente diferente al cual tenemos hoy, comenzamos con una enseñanza bien diferenciada, donde para algunos se creaban escuelas de oficios y que de allí no podrían salir, ya que el objetivo era prepararlos para el mundo laboral agrícola y/o fabril, mientras que para otros las escuelas tenían que ser formadoras de jóvenes para la universidad, donde se constituirían a los futuros ocupantes de cargos políticos, ese filtro que mencionamos era realizado por la educación media, de esta manera podemos decir que existía una marcada diferencia social, donde el ascenso a un estrato más alto era prácticamente nulo, solo unos pocos corrieron con esa suerte, ya que estábamos frente a una educación altamente elitista.

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