Participación política de las mujeres dentro del proceso de democratización en Chile (1973-1990)

Participación política de las mujeres dentro del proceso de democratización en Chile (1973-1990)

                                                                                          Por: Fernando Arévalo

Cuando la dictadura militar llegó al poder el 1 de septiembre de 1973, las reformas que se habían planteado con la finalidad de mejorar la condición de las mujeres fueron borrados en su totalidad. Además, desde este momento aparecerá el llamado “silencio chileno” en el cual los reclamos por un gobierno más democrático fueron opacados con el uso de la fuerza militar lo que provocó la muerte de miles de personas. Pero, a pesar de las fuertes represiones el triunfo de la democracia se dio. También, esto no hubiera sido posible sin la participación de toda la sociedad chilena, la cual por primera vez en su historia incluyó a las mujeres como uno de los principales pilares para el establecimiento de nuevas reformas políticas basadas en los Derechos Humanos. Sin embargo, esto en la actualidad no tiene importancia para la sociedad ya que este hecho solo es recordado como una simple lucha social por parte de los oprimidos, pero no se reconoce el rol de gran importancia que tuvo durante el gobierno de Pinochet. Por esta razón, el objetivo es explicar el papel político de la mujer chilena durante la dictadura militar.

Por otra parte, es necesario recordar que durante este periodo se dio una destrucción casi total de la documentación perteneciente a partidos políticos opositores entre otros. Por esta razón este estudio se basará principalmente en documentos como las tesis en las cuales nos basaremos para explicar las políticas gubernamentales que se plantearon durante la dictadura. Además, el estudio se centrará en explicar las repercusiones que realizó el gobierno en contra de las mujeres. Por otra parte, algunos de los documentos que han sido utilizados pertenecen a la biblioteca FLACSO de Chile, los cuales fueron de apoyo para comprender la situación de las mujeres dentro de los partidos políticos y como esta dio origen a la formación de un movimiento propio.                                                                        

Ahora bien, la participación de las mujeres dentro de la política en Chile no solo fue destacable durante la dictadura militar sino desde años atrás. En esa misma línea, cabe destacar que desde 1964-1970 los gobiernos democráticos empezaron a tener en consideración la importancia del rol que ejercía la mujer no solo dentro del hogar sino también fuera de éste. Por esta razón, cuando Salvador Allende asume el poder se da la creación de instituciones sociales como respuesta a la petición de las mujeres entre ellas se encentran los Centros de Madres, el Ministerio de Familia, y la Secretaria Nacional de la Mujer. A pesar de que cada una trabajaba de manera independiente el propósito era el mismo ya que lo que se buscaba era incentivar y fortalecer las capacidades de cada mujer del país.    

Las políticas gubernamentales hacia las mujeres

A partir de 1973 se establecieron diversos cambios dentro las políticas que se habían establecido anteriormente, además, estas estaban justificadas con acusaciones hacia el gobierno anterior. Así, por ejemplo, entre 1964-1973 se realizaron varias reformas con la finalidad de mejorar la condición de las mujeres a través de su inclusión dentro de la política. Sin embargo, Augusto Pinochet cuestionaba estos proyectos porque los consideraba nefastos ya que rompían los roles de género existentes desde varios años atrás. Además, consideraba a la mujer como objeto pasivo y no como un motor esencial para el crecimiento económico de la nación. Por este motivo, se realizaron los “talleres de conciencia” los cuales buscaban frenar la intervención de las féminas dentro del gobierno ya que de lo contrario toda su familia sufría persecuciones y torturas (Rojas, 1994).                                                                                                      

Por otra parte, las nuevas políticas que se implementaron para poder satisfacer a todos los sectores de la sociedad fueron en realidad una farsa, ya que según Buxton (1976): “La dictadura no quería mujeres politizadas que pudieran cuestionarla, sino más bien sumisas y compradoras compulsivas, romper con el rol doméstico significaba poder estudiar, defender sus derechos y hacer frente al poder histórico que detentaban los hombres”. (p. 63). Por esta razón, el Estado buscaba incrementar la natalidad y prohibir la adquisición de anticonceptivos como medida de rectificar el papel de las mujeres como madres. Además, la intervención del gobierno se vio reflejado en el ámbito educativo pues se realizaron varios cambios de autoridades dentro de las universidades las cuales ahora serían dirigidos por miembros de las Fuerzas Armadas con el objetivo de garantizar la estabilidad dentro de ellas (Palestro, 1998).

Ahora bien, con estas medidas lo que se buscaba era crear el ideal de una verdadera “mujer pinochetista” el cual se basaría en los valores religiosos atribuidos a la Virgen María: abnegación maternal, servidumbre, recato y sacrificio los cuales estarían acompañados de la igual de derechos dentro de la sociedad, pero no fue concebida de esa forma porque se les designó el  rol de un ser afectivo encargado de traer al mundo a nuevos miembros y además no tenían capacidad de razonar, mientras que para los hombres se les otorgó un rol de gran importancia debido a su razonamiento más eficaz y por este motivo, son los únicos capacitados para sumir los cargos públicos, este era una de las tantas justificaciones que presentaba el gobierno para cubrir todos sus actos de represión (Valdés, 1987).

Mujeres militantes y los partidos políticos

En primer lugar, cabe destacar que debido a las condiciones en la que se encontraba el país causó la desaparición de varios partidos políticos por la necesidad de garantizar su propia seguridad. Así mismo, los movimientos que se opusieron a su disolución, continuaron con las ideologías conservadoras de sus antecesores. Por esta razón, las mujeres que lograron ingresar a dichos partidos no tuvieron la oportunidad de hacer presente sus propuestas dentro de la toma de decisiones por el simple hecho de su condición de género. A pesar, del concepto que se tenía sobre ellas esto no fue impedimento pues de acuerdo a Montalva: “Hemos observado que el gran espíritu de sacrificio de la mujer ha sabido sobreponerse al dolor profundo que le ha agobiado y olvidándose de sí misma se ha dispuesto a pensar en el país, que es pensar en su hogar, su marido y sus hijos” (1982, p. 147). Este hecho daría origen al Movimiento social de mujeres, la cual pasaría por tres etapas cruciales (Palestro, 1991).

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