Argumentos De "La Tradición Autoritaria: Violencia Y Democracia En El Perú "

“La Tradición autoritaria: Violencia y democracia en el Perú “ es un texto escrito por Alberto flores Galindo en el año 1999. Galindo fue un sobresaliente intelectual peruano, influyente en el Perú de los años ochenta. Se graduó como Historiador en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y continuo sus estudios de especialización , becado , en la Ècole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Paris. A mediados de los 80 fundó Sur, Casa de Estudios del socialismo la cual fusionó como editorial y como espacio de discusión intelectual. Flores Galindo falleció el 26 de marzo de 1990 de un tumor cancerígeno en el cerebro. En sus diversos libros y ensayos, este historiador, ha analizado la historia social del Perú. El presente texto, de igual modo, tiene como tema los mecanismos de dominación en la sociedad peruana y la intención del mismo es de incitar a la discusión, reclamando no lectores – asumiendo la connotación pasiva del término – sino interlocutores: debe, por eso mismo sorprender y hasta incomodar (GALINDO 1999: 1). La postura que sostiene es que los viejos mecanismo de dominación ya no funcionan.

Este texto contiene 6 argumentos. En el primer argumento hace énfasis en la de la democracia y el autoritarismo como extremos de un péndulo que supuestamente están representados por el civilismo y el militarismo respectivamente. Este sostiene que ambas premisas no están necesariamente vinculadas ya que en ambos regímenes se ha trasgredido la ley con el afán de permanecer en el poder. Para llegar a esta conclusión, el autor apela a los datos históricos como la sucesión de gobiernos que han sido interrumpidos 56 veces hasta 1968 ( legalmente) donde en la mayoría ha sido ejercido por los militares .Por otro lado, de los 15 procesos electorales hasta 1968 solo se consideran 6 aparentemente democráticos y solo 7 terminaron su mandato. Con esto se evidencia que el ejercicio electoral es excepcional más que tradicional y precariamente democrático. Sin embargo, estos inconvenientes no se les pueden achacar a los militares, ya que todas las intervenciones exitosas que ha habido han sido siempre respaldadas por un sector civil (FLORES 1999:6). Además esta disociación se puede evidenciar en la duración de los periodos de militares y civiles entre 1895 y 1980 donde hubo 28 gobernantes donde se evidencia que civiles han gobernado más años que militares. Además, se puede observar el largo periodo ocupado por un civil, Leguía, lo que significa que la democracia también ha sido trasgredida por el civilismo. Asimismo, “no han faltado gobiernos militares que han surgido en nombre de la democracia como la Junta de Gobierno de 1962 que anuló un proceso electoral por considerarlo fraudulento […] . Estados de emergencia existen durante gobiernos militares y también durante gobiernos constitucionales. Entonces dictadura y democracia, no necesariamente son sinónimos de militares y civiles” (FLORES 1999: 6) Además, dentro de estos actos ejercidos hay otros rasgos comunes como se muestra con el nacimiento del caudillismo. La sociedad peruana apuesta ciegamente por el individuo más no por su ideología. En la mentalidad colectiva estuvo la idea de que un individuo que sea el salvador.

El segundo argumento hace énfasis en el papel de las fuerzas armadas como un poder separado del resto. Del cual a pesar que se tiene prejuicios no se discute. Lo que el autor muestra en ellos es que las fuerzas armadas aparecen como el protector del país contra la subversión y además garante del gobierno para que no sea derrocado por un golpe de estado. El gasto en asumidos en la defensa han ocupado en primer lugar del gobierno Central de 1965. La falta de conflictos internacionales es lo que propalo la teoría de seguridad nacional , la cual fue confirmada en 1965 con la aparición de focos guerrilleros que darían inicio a una guerra interna con un partido subversivo (Sendero Luminoso).Es en esta etapa donde la precaria democracia y los militares se reencuentran para plantear una solución violenta a la problemática. Queriendo, los senderistas, proyectarse

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