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La Educación Encierra Un Tesoro


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  1.763 Palabras (8 Páginas)  •  254 Visitas

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LA EDUCACIÓN ENCIERRA UN TESORO.

LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN.

En el siglo XXI tanto a la circulación y al almacenamiento de informaciones como a la comunicación, planteara a la educación una doble exigencia que, a primera vista, puede parecer casi contradictoria: La educación deberá transmitir, masiva y eficazmente un volumen de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos adaptados a la civilización cognoscitiva son las bases de las competencias del futuro.

Ya no basta con que cada individuo acumule al comienzo de su vida una reserva de conocimientos a la que podrá recurrir después sin límites; debe estar en condiciones de aprovechar y utilizar durante toda la vida cada oportunidad que se les presente de actualizar, profundizar y enriquecer ese primer saber y de adaptarse a un mundo en permanente cambio.

La educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales que son los “pilares del conocimiento”; aprender a conocer, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en las actividades humanas; aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Estas cuatro vías del saber convergen en una sola la enseñanza escolar se orienta esencialmente hacia el aprender a conocer y el aprender a hacer. Otras dos formas de aprendizaje dependen las más de las veces de circunstancias aleatorias.

La comisión estima que, en cualquier sistema de enseñanza estructurado, cada uno de esos cuatro “pilares del conocimiento” debe recibir una atención equivalente a fin de que la educación sea para el ser humano en su calidad de persona y de miembro de la sociedad, una experiencia global en los planos cognoscitivo y práctico.

Una nueva concepción más de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros los cuales los resultados serían (experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico) para la realización de la persona que, toda ella, aprenda a ser.

Aprender a conocer.

Tiende menos a la adquisición de conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los instrumentos mismos del saber para cada persona en aprender a comprender el mundo que la rodea para vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los demás.

Su justificación es el placer de comprender de conocer, de descubrir; aunque el estudio sin aplicación inmediata este cediendo terreno frente al predominio actual de los conocimientos útiles, la tendencia a prolongar la escolaridad e incrementar el tiempo libre debería permitir a un número cada vez mayor de adultos apreciar las bondades del conocimiento y de la investigación individual.

Puesto que el conocimiento es múltiple e infinitamente evolutivo resulta cada vez más utópico pretender conocerlo todo; por ello, más allá de la enseñanza básica, la idea de un saber omnisciente es ilusoria. La especialización caso de los futuros investigadores no debe excluir una cultura general una mente verdaderamente formada necesita una amplia cultura general y la posibilidad de estudiar.

Aprender para conocer supone, en primer término, aprender a aprender, ejercitando la atención, la memoria y el pensamiento. La infancia sobre todo en las sociedades dominadas por la imagen televisiva, el joven debe aprender a concentrar su atención en las cosas y las personas. Este aprendizaje de la atención puede adoptar formas diversas y sacar provecho de múltiples ocasiones de la vida (juegos, visitas a empresas, viajes, trabajos prácticos, asignaturas científicas, etcétera)

El proceso de adquisición del conocimiento no concluye nunca y puede nutrirse de todo tipo de experiencias.

Aprender a hacer.

Aprender a conocer y aprender a hacer es, indisociable. Pero lo segundo está más estrechamente vinculado a la cuestión de la formación profesional: ¿Cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos y al mismo tiempo como adaptar la enseñanza al futuro mercado de trabajo, cuya evolución no es totalmente previsible?

Al respecto, corresponde establecer una diferencia entre las economías industriales el trabajo asalariado y las demás, todavía de manera generalizada el trabajo asalariado y las demás todavía de manera generalizada el trabajo independiente o ajeno.

El futuro de esas economías está supeditado a su capacidad de transformar el proceso de los conocimientos en innovaciones generadoras de nuevos empleos y empresas. Ya no puede darse a la expresión “aprender a hacer” el significado simple que tenía cuando se trataba de preparar a alguien para una tarea material bien definida, para que participase en la fabricación de algo. Los aprendizajes deben así pues, evolucionar y ya no pueden considerarse mera transmisión de prácticas más o menos rutinarias, aunque conserven un valor formativo.

De la noción de calificación a la de competencia.

Las dimensiones cognoscitiva e informativa en los sistemas de producción industrial vuelven algo caduca la noción de calificación profesional. El progreso técnico modifica de manera ineluctable las calificaciones que requieren los nuevos procesos de producción más intelectuales, mas cerebrales –como el mando de maquinación, a medida que las propias maquinas se vuelven más “inteligentes” y que el trabajo se “desmaterializa”.

Los empleados dejan de ser intercambiables y las tareas se personalizan con más frecuencia, los empleadores ya no exigen una calificación a cada persona. Si estas nuevas exigencias añadimos la de un empeño personal del trabajador, resulta claro

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