ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La educacion encierra un tesoro

evamariaratti21 de Agosto de 2014

4.618 Palabras (19 Páginas)1.018 Visitas

Página 1 de 19

“La educación encierra un tesoro”

Informe Delors

El texto constituye un informe presentado ante la UNESCO (órgano que se encargó de la financiación del mismo) por la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, establecida oficialmente a principios de 1993 y presidida por Jacques Delors. Dicho informe es una reflexión sobre la educación y el aprendizaje. La introducción del mismo es una ponencia de su presidente y el resto de los capítulos es una ampliación de los puntos tratados en esa introducción.

En este análisis introductorio denominado “La ecuación o la utopía necesaria”, Delors plantea los lineamientos que guían el informe y los principales ejes de pensamiento que lo sostienen. Aquí se afirma la convicción respecto a la función esencial de la educación en el desarrollo de la sociedad, y se hace principal incapié en los niños y adolescentes como los grandes protagonistas de ese cambio: “el niño es el futuro del hombre”, expresa en una pasaje.

Para la Comisión (hay que aclarar que se hace referencia a Delors y a la Comisión como autores, ya que en la misma redacción del informe se alterna entre una primera persona en singular y en plural, un nosotros inclusivo), hay ciertas tensiones que superar y que derivan de los cambios económicos, sociales, científicos, etc, que han tenido lugar en la última parte del siglo XX: la tensión entre lo mundial y lo local; lo universal y lo singular; tradición y modernidad; largo y corto plazo; competencia e igualdad de oportunidades; desarrollo de los conocimientos y capacidad de asimilación; lo espiritual y lo material.

En este sentido, es fundamental la labor de la educación al servicio del desarrollo económico y social. Para ello, la Comisión introduce el concepto de educación durante toda la vida como la llave hacia una mejor sociedad, hacia una sociedad educativa. En este marco, será la instancia básica del sistema formal de educación el punto de partida de un proceso que apunta al constante aprendizaje y formación de los integrantes de la sociedad, independientemente de las edades, de las generaciones y de los momentos.

Son cuatro los pilares planteados como la base de la educación:

1- Aprender a vivir juntos (en este apartado Delors deja entrever una justificación del título de la ponencia. “Se trata de aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás…Un utopía, pensarán, pero una utopía necesaria…esencial para salir del peligroso ciclo alimentado por el cinismo y la resignación”); 2- Aprender a conocer; 3- Aprender a hacer; 4- Aprender a ser. Siguiendo esto, la educación tiene que adaptarse en todo momento a los cambios de la sociedad y permitir aprovechar el inmenso caudal de información que por ella circula.

Para alcanzar ese ideal de una sociedad educativa, la Comisión cree necesario reconsiderar y reordenar las distintas etapas de la educación para preparar mejor las transiciones y diversificar las diferentes trayectorias, reduciendo también de esta manera el riesgo de exclusión. Los actores que se presentan como principales para contribuir al éxito de estas reformas educativas son: la comunidad local (padres y docentes), las autoridades públicas y la comunidad internacional.

La participación de la comunidad local se ve como fundamental y en este sentido la Comisión destaca la conveniencia de una descentralización inteligente, que permita incrementar la responsabilidad y capacidad de innovación de cada establecimiento. En cuanto a las autoridades públicas, está la obligación del político de asumir su responsabilidad y no dejar librado al mercado las correcciones de los defectos; la educación es un bien colectivo y es de vital importancia la definición de políticas públicas que sienten las bases del sistema.

En lo que se refiere a la comunidad internacional, la Comisión plantea la necesidad de cooperación de los países dentro de la aldea planetaria, proyectando que el principio de asociación puede llevar a una interacción positiva para todos.

Aspectos que contribuyen al campo de conocimiento

La introducción de la noción de ecuación durante toda la vida constituye un aporte valioso en el marco de la planificación educativa, no sólo por lo innovador de la propuesta que trae aparejada, sino por la revalorización del proceso educativo como algo no concluído simplemente en la adolescencia o en la primera parte de la adultez.

Indudablemente, el supuesto en el que se basa la Comisión apunta a un proceso integrador y constante, en el cual el trabajo en equipo es uno de los principales motores; esto significa que la colaboración interdisciplinaria se torna verdaderamente necesaria. Además, en ese circuito educativo virtuoso que parece nunca acabar, los resultados pueden ser altamente positivos, o al menos prometedores.

La sociedad educativa a la que se pretende arribar considera que por ser la educación la llave y el tesoro de un presente y un futuro mucho mejor, hay que tomarlo como un proceso de retroalimentación constante de enseñanza y aprendizaje: nunca se deja de aprender y nunca es tarde para hacerlo, sobre todo si se tiene en cuenta el dinamismo de la llamada “sociedad del conocimiento y de la información”.

Consecuentemente con esta búsqueda, el hecho de diferenciar los distintos agentes que contribuyen a la situación objetiva que plantea el informe, es otro aporte significativo, más aún en un contexto en el que la educación parece estar en manos de todos y en manos de nadie al mismo tiempo, cuando se acerca alternadamente al ámbito público y al privado. Tener en claro y distinguir quiénes son los agentes que cargan con ciertas responsabilidades en la construcción de un sistema educativo, es algo fundamental al momento de enfrentar los distintos retos que afronta la educación en este nuevo contexto.

Pensando en algún refrán popular, cada cual debe ponerse el saco que le cabe y asumir sus responsabilidades. Por eso, Delors esclarece qué corresponde al gobierno como autoridad pública, cuál es la contribución que puede esperarse de la comunidad local (no sólo padres, sino también directivos y docentes) y cómo deberían comportarse los distintos países en un marco de mundialización y en su carácter de comunidad internacional.

Interrogantes que dispara el texto

Ahora bien, uno de los interrogantes que me surgen del texto tiene que ver con la proyección de las responsabilidades, más particularmente en el caso de la colaboración entre países: ¿no habría que disminuir el grado de pretensión y evitar las proyecciones demasiado ambiciosas?. Delors habla de lo que cabe esperarse de la comunidad internacional y plantea una hipotética situación entre naciones: “si los países industrializados pueden ayudar a las naciones en desarrollo compartiendo con ellas sus experiencias positivas, sus tecnologías y sus medios financieros y materiales, a su vez pueden aprender de esos países modos de transmisión del patrimonio cultural, intinerarios de socialización de los niños y, más esencialmente, formas culturales e idiosincrasias diferentes” (pág 29). Además, se encarga de aclarar que esto no apunta al asistencialismo sino más bien a un marco asociativo. Sin embargo, me resulta difícil pensar si esta pretensión puede alejarse verdaderamente de la mera asistencia y si en realidad puede resultar asociativa.

Por eso es que me surge el siguiente planteo: en el caso de la cooperación internacional, ¿es posible este ideal? o, en caso de no serlo, ¿no sería más conveniente plantearlo con un grado de ambición menor y apuntando a otro tipo de interacción que no sea como la citada?.

En consonancia con esto, otro de los interrogantes que se me ocurren a partir de la lectura del informe se inscribe en un aspecto más bien retórico del mismo. Delors titula a su ponencia como “La educación o la utopía necesaria”, y en un párrafo hace referencia directa a este juego de palabras: al momento de referirse a uno de los

pilares de la educación (“aprender a vivir juntos”), el mismo autor se plantea: “Una utopía, pensarán, pero una utopía necesaria, una utopía esencial para salir del peligroso ciclo alimentado por el cinismo o la resignación” (pág 16). Esto guarda una relación directa con lo expuesto en el párrafo precedente, ya que ¿hasta qué punto utilizar esa frase juega a favor del informe? ¿no le quita credibilidad o al menos no lo torna ambiguo?. Si se apunta a la solidaridad, a la creación de un espíritu nuevo para la realización de proyectos comunes, hacer uso de un término con tanta carga como lo es el de “utopía” genera un cierto ruido al menos en mi pensamiento. Con sólo buscar su definición en el diccionario de la Real Academia Española, creo que el interrogante planteado por quien escribe se ilustra de mejor manera: Utopía. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.

Ideas compartidas con el autor

Considero importante destacar y adherir a lo expuesto por Delors acerca de la responsabilidad que le cabe al Estado en materia de educación. Si bien, tal cual se mostró anteriormente cada agente tiene una cierta responsabilidad que asumir, el autor se encarga de aclarar el fundamental papel de las autoridades públicas (a mi entender, en un escalón superior al de los otros agentes): las presenta como “las encargadas de plantear claramente las opciones y tras una amplia concertación con todos los interesados, definir una política pública que, sean cuales fueren las estructuras del sistema (públicas, privadas o mixtas), trace las orientaciones, siente las bases y los ejes

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (29 Kb)
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com