Pruebas De Inteligencia
Amarely4 de Febrero de 2013
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1.1.- LA ESCALA DE INTELIGENCIA DE WECHSLER PARA NIÑOS REVISADA
(WISC-R).
La escala de inteligencia para niños de Wechsler, WISC-R (1974; TEA, 1993), es una versión actualizada y revisada de la escala de 1949 (WISC). Está constituida, como lo estaba el WISC, por doce subtests, seis en la escala verbal y seis en la escala manipulativa. Dígitos, de la escala verbal, y laberintos, de la escala manipulativa, se consideran pruebas complementarias. Pueden ser aplicadas cuando el tiempo lo permita, o como sustitutas en el caso de que las otras pruebas no puedan ser utilizadas de forma conveniente o queden invalidadas por alguna razón. La tabla 1 recoge una descripción de los diferentes subtests que componen la escala WISC-R.
Subtests que componen la escala WISC-R.
Escala verbal
1. Información. Evalúa la información que el sujeto puede adquirir tanto a través de la educación formal, en la escuela, como informal, en el ambiente en el que se desenvuelve.
2. Semejanzas. Mide la habilidad para seleccionar y verbalizar las relaciones entre dos conceptos, el pensamiento asociativo y la capacidad de abstracción verbal.
3. Aritmética. Evalúa la habilidad para utilizar conceptos numéricos abstractos, operaciones numéricas y la capacidad de atención y concentración.
4. Vocabulario. Requiere que el sujeto diga el significado de 32 palabras de dificultad creciente. Refleja el nivel de educación, la capacidad de aprendizaje y el ambiente en el que se desenvuelve el sujeto.
5. Comprensión. El sujeto debe explicar qué haría en determinadas circunstancias o por qué se siguen determinadas prácticas. Evalúa el juicio práctico, el sentido común y la adquisición e interiorización de elementos culturales.
6. Dígitos. (Prueba verbal complementaria). La tarea del sujeto es repetir una serie de dígitos que se le presentan oralmente. Evalúa la memoria auditiva inmediata y la capacidad de atención y resistencia a la distracción.
Escala manipulativa
7. Figuras incompletas. La tarea del sujeto es indicar qué parte de los dibujos presentados es la que falta. Requiere la identificación de objetos y utensilios familiares y el aislamiento de los aspectos esenciales de los no esenciales.
8. Historietas. La tarea del sujeto es disponer las tarjetas en una secuencia determinada para que relaten o reflejen una historia.
Evalúa la percepción, la integración visual de una serie de elementos presentados secuencialmente, y su síntesis en un conjunto inteligible.
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9. Cubos. En este subtest el sujeto debe construir con cubos unos dibujos, de complejidad creciente. Evalúa la capacidad para analizar, sintetizar y reproducir dibujos geométricos abstractos.
10. Rompecabezas. La tarea consiste en ensamblar una serie de figuras, que se presentan cortadas en trozos, para formar una figura completa, dentro de un tiempo límite. Mide la capacidad para sintetizar un objeto conocido a partir de sus partes. Requiere capacidad de síntesis visual, coordinación visomotora y capacidad para trabajar imaginando lo que está construyendo.
11. Claves. La tarea del sujeto es completar, con los símbolos adecuados, los dibujos o dígitos que se le presentan. Evalúa sobre todo la destreza visomotora, el manejo de lápiz y papel y la capacidad de aprendizaje asociativo.
12. Laberintos. (Prueba manipulativa complementaria). La tarea es encontrar la salida del laberinto, señalándola con un lápiz. Mide la coordinación visomotora, la rapidez y la capacidad de planeamiento y previsión.
Los tres factores del WISC-R.
En el año 1959 Cohen realizó uno de los primeros análisis factoriales con el WISC, analizando las puntuaciones de 200 sujetos de la muestra de estandarización y encontró cinco factores:
Comprensión verbal I, Organización perceptiva, Independencia a la distracción, Comprensión verbal II, y un quinto factor casi específico.
Factores Compresión verbal Organización perceptiva Independencia ala distracción
SUBTESTS QUE LO
INTEGRAN Información
Semejanzas
Vocabulario
Comprensión Figuras incompletas
Historietas
Cubos
Rompecabezas
Laberintos Aritmética
Dígitos
Claves
-El primer factor mide la comprensión verbal, los conocimientos adquiridos con la educación y la capacidad para aplicar la habilidad verbal a situaciones nuevas. Su relación con la escala verbal es bastante clara.
-El segundo factor, claramente relacionado con la escala manipulativa mide, fundamentalmente, organización espacial y perceptiva. Aprecia la habilidad para organizar e interpretar el material visual, percibido en situaciones en las que el tiempo está limitado.
-El tercer factor, que ya había sido encontrado en otros análisis factoriales del WISC (Cohen, 1959), mide la capacidad para permanecer atento y concentrado. La habilidad numérica y la memoria a corto plazo pueden ser componentes importantes de este factor. Mientras que los dos factores anteriores son, básicamente, de tipo cognitivo, este tercer factor puede corresponder tanto al campo cognitivo como al conductual o afectivo.
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1.1. Interpretación del factor de independencia a la distracción.
Este factor se analiza cuando la puntuación de cualquiera de los subtests que lo componen se desvía de la media del sujeto en el resto de la escala. Si aritmética y dígitos no difieren de los subtests verbales y claves de los manipulativos, es innecesario analizarlo como un factor independiente. Cuando interpretemos este tercer factor no es adecuado utilizar los CIV y CIM puesto que puede haber en uno de ellos, o en ambos, algún subtest que provoca un desequilibrio. En este caso conviene analizar los factores de comprensión verbal y organización perceptiva.
Puntuaciones altas o bajas en el factor de independencia a la distracción no implican, necesariamente, superioridad o deficiencia en esta área. Una deficiencia puede ser debida, también, a ansiedad, falta de atención e hiperactividad, problemas en el manejo de los números, deficiente memoria a corto plazo o mala coordinación visomotora, por ejemplo. Una superioridad puede indicar buena capacidad de secuenciación, buena memoria a corto plazo o habilidad para el manejo de los números. Indudablemente una puntuación alta o baja no implica, necesariamente, todas estas habilidades o discapacidades. La historia clínica, la observación del sujeto durante la prueba, así como el resto de pruebas que hayamos administrado, nos indicarán a cuales de ellas podemos atribuirlas.
2. Interpretación de las puntuaciones del WISC-R.
En este apartado se propone un método para interpretar los cocientes ntelectuales y el perfil de puntuaciones típicas que se obtienen con la administración del WISC-R. El método consta de tres apartados: el primero hace referencia al cociente intelectual total, como resumen global de los resultados obtenidos por un individuo en la prueba. El segundo paso requiere atender a los cocientes intelectuales verbal y manipulativo, y a sus discrepancias, si las hay. El tercer paso consiste en elaborar hipótesis sobre las habilidades e inhabilidades del sujeto, a partir del perfil de las puntuaciones típicas de los subtests.
2.1. Interpretar el cociente intelectual total (CIT).
El CIT es una puntuación que resume la ejecución de una persona en 10 o 12 tareas y, por tanto, debe ser tomada como tal. No se debe sobreestimar como indicador de la capacidad cognitiva, sobre todo si aparecen discrepancias entre el cociente intelectual verbal (CIV) y el manipulativo (CIM) o si el perfil de puntuaciones presenta una o más diferencias significativas. Diferencias amplias entre el CIV y el CIM, fluctuaciones notables en las puntuaciones típicas de los subtests administrados, o la presencia de variables como fatiga, ansiedad o la pertenencia a grupos socioculturales deprimidos o marginales, disminuye la importancia del CIT como indicador de la capacidad cognitiva de una persona.
Interpretar las puntuaciones según habilidades y desventajas.
El método que se describe a continuación, tomado de Kaufman (1979, 1994), tiene por objeto generar hipótesis que permitan explicar el funcionamiento del sujeto en las tareas o subtests administrados y poner al descubierto las áreas de habilidades y fragilidades de su ejecución. Se trata de proponer explicaciones que nos permitan conocer cómo se organizan sus habilidades y dificultades. Para ello, se procede de la siguiente forma:
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Paso 1. Determinar las ventajas o habilidades (H) y las desventajas o debilidades (D) significativas. Lo primero que se debe comprobar es si las diferencias entre el
CIV y el CIM son significativas. Si no lo son, se halla la media personal del sujeto con todos los subtests que se han aplicado. Si las diferencias entre el CIV y el CIM son significativas, se halla la media personal del sujeto para las escalas verbal y manipulativa, separadamente, y se redondea al entero más próximo. Se toma como significativa toda desviación de ±3 puntos en relación a esta media.
Así, si un sujeto obtiene en la escala verbal una puntuación media personal de 11, toda puntuación de 8 o inferior representa una debilidad o dificultad (D), y toda 10 puntuación de 14, o superior supone una habilidad (H).
Paso 2. Seleccionar un subtest que represente una habilidad del sujeto y localizarlo en las tablas 5, 6, 7 y 8. Escribir todas las habilidades que comparte con otros subtests (y las influencias que afectan a la ejecución).
Paso 3. Considerar cada
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