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Aspectos de la marca


Enviado por   •  20 de Marzo de 2016  •  Apuntes  •  2.037 Palabras (9 Páginas)  •  94 Visitas

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Historia de la marca

La Edad Media

La Edad Media consiste en el período comprendido entre el año 476 (s V) hasta

la caída de Constantinopla en el año 1453 (s XV). En ella se identifican dos

períodos bien marcados que reciben el nombre de la Baja Edad Media y la Alta Edad Media.

La Baja Edad media, caracterizada por el creciente analfabetismo, decadencia del

comercio y los grandes centros urbanos, así como la desaparición de los mercados,

una economía de supervivencia, el empobrecimiento, el fuerte poderío

feudal y religioso, sumado al desarrollo de una sociedad analfabeta e inculta,

potenció la comunicación puramente visual: enseñas, divisas, insignias y blasones

que en algunos casos se hallaban.

Desde la antigüedad a la actualidad

La marca no es algo de hoy, sino que tiene sus raíces en la antigüedad.

La marca vió envuelta su evolución durante los períodos históricos que marcaron a la humanidad, producto de las necesidades de cada época, sujeta a transformaciones políticas y económicas, y al desarrollo y evolución de las tecnologías venideras.

La marca ha hecho historia y tiene una historia que contarle. Descubrirla es parte de nuestra historia.

Si bien analfabeto e inculto, “el hombre medieval estaba familiarizado con el uso

de símbolos y el empleo de elementos iconográficos que fueron hábilmente explotados

por el poderío religioso, pero también por la nobleza feudal, y finalmente, por los gremios y comerciantes.”

A partir del s IX se reinicia la actividad mercantil, reactivándose las ferias y los mercados.

El s XII determina un punto de inflexión y la aparición de la marca comercial.

El origen de la marca comercial con un significado similar al actual se produce

como consecuencia del surgimiento del sistema corporativo que genera la creación

de los gremios artesanales. El surgimiento de los gremios conlleva a la organización

de la actividad artesanal, al desarrollo de elementos identificativos y se opone a la existencia de todo tipo de competencia y el libre mercado. Reglamentariamente se exigía a la organización, la colocación de su marca corporativa sobre todos los objetos producidos a modo de identificar a todos los productos de una misma asociación gremial, la cual poseía el monopolio de las ventas, y la invasión de su ámbito por parte de otra corporación estaba totalmente prohibido.

La marca de corporación tenía como objetivo informar que el producto cumplía con las exigencias reglamentarias y que la corporación respetaba el derecho de las restantes. Además de la marca de corporación, el producto incluía la marca del artesano, lo que permitía tomar medidas contra el artesano, si su producto estaba defectuoso. Lo normal era que el producto llevara varios sellos de todos los artesanos que habían participado en

el proceso de realización: por ejemplo, “sobre una pieza de tela se encontraba, en tanto que sellos de garantía, hasta cuatro marcas diferentes: la del obrero que la había tejido, la del tintorero, la de las autoridades que la habían controlado en la fábrica (de aquí la denominación de marca de fábrica) y finalmente la del maestro tejedor. A las piezas destinadas a la exportación se añadía todavía la marca del mercader que permitía identificar los productos robados de los piratas”.

Pero la marca de corporación, considerada como ordinaria en tal período no era la única existente. A ella se le suman las llamadas “marcas honorables”, la de los manufactureros reales, a los cuales la corona les otorgaba una acreditación como proveedores oficiales.

A finales de la Edad Media toma un tímido impulso el alejamiento de la marca de la materialidad del producto dada la aparición de representaciones icónicas de las mismas, de gran tamaño, situadas en las fachadas. Los símbolos adquieren la fuerza evocativa de objetos y mercancías.

“La concentración de los establecimientos en calles o plazas obligaba a la identificación de los mismos. Tanto en los emblemas de los gremios como los identificativos de los poderes feudales... podemos encontrar los primeros vestigios de la identidad corporativa”.

La marca en el Renacimiento Durante el Renacimiento, las marcas de los comerciantes mantienen la sencillez y esquematicidad de épocas anteriores, evocativas de los ideogramas o marcas.  “No obstante en su sencillez geométrica encontramos muchos

puntos de contacto con la sensibilidad de hoy. Hasta el punto que nos extraña ver como un sello comercial alemán del sXV sirve como identificativo para un negocio actual”.

La intensificación del comercio conjuntamente con el arribo de mercancías procedentes del Nuevo Mundo, no conocidas en Europa colaboraron con el desarrollo de las etiquetas. “Mediante procedimientos de estampación calcográficos o xilográficos se inicia un nuevo desarrollo de la comunicación comercial. Algunos productos de consumo, como los de

botica comienzan a circular etiquetados. Rápidamente los productos ultramarinos,

tabaco, cacao, especias, se someten a este proceso de singularización visual,

en muchos casos recurriendo a motivos que evocan el exotismo del producto.

Al elemento verbal, al principio único ingrediente de las etiquetas, se incorporan,

paulatinamente, primero elementos decorativos y luego ilustraciones que

suelen hacer referencia más o menos directa al producto o a su origen. En algunos casos, lo que se hace es reproducir, mediante impresión, la enseña que ha venido identificando el establecimiento durante años.”

El siglo XVII

Durante el siglo XVII desaparecen los gremios y se implanta un sistema de

libre comercio y libre competencia. La marca no es protegida y se convierte en objeto de continua falsificación. Ello derivó en la realización de una legislación adecuada para la protección de la iniciativa privada y la propiedad de las marcas. La marca registrada nació, por tanto, con el objetivo de defender a las empresas contra el fraude, las imitaciones y las falsificaciones. Este reconocimiento de su protección legal otorgó a las marcas su auténtico estatuto económico.

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