Discriminación laboral racial: Influencia de antiguos imaginarios en el presente

Discriminación laboral racial: Influencia de antiguos imaginarios en el presente

Con el pasar de los años nuestro país ha ido  evolucionando de muchas formas; en el aspecto social, se puede afirmar que ciertas  creencias o costumbres ya no se practican y en muchos casos no se recuerdan, se ha pasado de una sociedad bastante conservadora a una liberal. Sin embargo, algunos prejuicios que se tenían en antiguas épocas  aún persisten en el imaginario común de la sociedad peruana; este es el caso de la discriminación racial. La discriminación racial se manifiesta de muchas formas, uno de sus principales manifestaciones se da en el mercado laboral. En el siguiente ensayo  se hablará sobre la discriminación racial en el ámbito laboral; los orígenes de esta, sus manifestaciones en la actualidad, y la influencia de antiguas creencias en nuestra sociedad.

Si bien se puede apreciar que ha habido un gran cambio en la perspectiva de los ciudadanos sobre el racismo, no es un cambio general ya que en algunos casos  el aspecto físico es muy importante para ser considerado en el ámbito laboral. Este tema es relevante, ya que la discriminación racial laboral, afecta a muchos ciudadanos, los cuales  son discriminados por no poseer el estereotipo que las empresas o instituciones requieren, estos ideales se basan inconscientemente en antiguos imaginarios raciales los cuales lastimosamente siguen vigentes en la actualidad.

 Como se mencionó anteriormente, la discriminación racial es una consecuencia de los imaginarios racistas que se originaron a partir de la época colonial y  se desarrollaron en la época republicana. Dichos imaginarios  se plasman en el ámbito laboral y persisten en la actualidad. Personalmente concluyo que estos ideales no deberían existir, ya que  son perjudiciales en  nuestro país, porque  siendo el Perú un país multicultural, muchos de los ciudadanos se ven afectados por  ideales sin fundamento.

Todas las prácticas discriminatorias tienen un origen, ya que ellas no surgieron de repente; se puede afirmar que el inicio de la discriminación se originó en la época colonial; cuando se inició la colonización  del Perú fue en ese momento donde nació un sentimiento de superioridad por parte de los españoles sobre los indios americanos, ya que estos últimos estaban relativamente atrasados  con respecto a los colonizadores, estos ideales continuaron en la época republicana, si bien en esta época se anuló la esclavitud, los abusos contra los indios y negros continuaron, sin que ellos pudieran reclamar ya que no eran vistos como personas racionales, y su “raza” estaban catalogados como “demasiado bajos en la escala de la humanidad” (Cholonautas : 1), y solo eran considerados para  realizar trabajos físicos. Un negro o un indio jamás podrían aspirar un alto cargo, ya que no poseían educación y tampoco estaba permitido.

A pesar de que haya pasado muchas décadas desde ese entonces, el concepto que se tenía del indio o negro como esclavo se ha trasladado a la actualidad, y se expresa en muchas manifestaciones o actitudes que tienen muchos miembros de la sociedad, realizadas (muchas veces inconscientemente) actitudes que se plasman en el ámbito laboral perjudicando y humillando a muchas personas con determinados orígenes raciales.

Se puede observar que algunos sectores de la sociedad aún quieren preservar antiguas costumbres racistas las cuales son consideradas “elegantes”. Por ejemplo, algunos restaurantes proponen la polémica actitud de vestir a mujeres afroamericanas como antiguas esclavas para atender a los comensales; en otros casos se observa que en los entierros exhiben como cargadores de los ataúdes a personas únicamente negras. Estas actitudes racistas son ejercidas consciente o inconscientemente, por parte de un grupo de personas que consideran que ser atendido o cargado por un negro es símbolo de “prestigio”.

Sin embargo, estas actitudes no solo son en contra de los afroamericanos, también contra las personas de la sierra, los cuales, antiguamente no eran considerados  como seres humanos. Se cometieron muchos abusos contra la población indígena, sin que ellos pudieran evitarlos, ya que como se mencionó anteriormente se tenía la creencia de que  “solo servían para trabajos físicos”. En la actualidad estas actitudes aún se manifiestan de manera inconsciente. Muchas personas viajan de la sierra a la capital en busca de progreso; sin embargo en algunas ocasiones, son víctimas de explotaciones, no reciben un sueldo adecuado son maltratados psicológica y físicamente. En el libro Reflexiones Peruanas se expone el caso de una adolescente llamada Graciela, la cual fue traída de la sierra por una mujer la cual le aseguro trabajo; esta mujer la puso a disposición de una joven. Esta persona no la dejaba salir a la calle, estaba incomunicada con sus familiares  y tenía un sueldo de setenta soles al mes. Cuando la familia de Graciela logro encontrarla, la joven no quería dejarla ir a la adolescente  ya que creía que ella era de su “propiedad”. Esto demuestra que aún persiste una ideología esclavista (actitud que en otras épocas eran consideradas normales).

La idea de los indios y los negros como personas sin capacidades intelectuales se veía reforzada con la supuesta “superioridad racial” de los blancos. Se creía que una persona blanca poseía cualidades que ninguna otra raza podría superar. Actualmente si bien se sabe que el color de piel no es garante de capacidad intelectual,  aún quedan rezagos de este antiguo imaginario. En algunas empresas se cree que un ingeniero blanco tendrá más liderazgo que uno mestizo. Wilfredo Ardito Vega presenta dos casos en los que se ejemplifica el ideal de la “supuesta superioridad racial”. Uno de sus amigos (de origen andino) el cual busco un trabajo en un estudio de abogados, fue rechazado pese a tener la capacidad para este empleo ya que un abogado blanco les daría más prestigio. Un contratista le manifestó que cuando recibía currículos de vida siempre descartaba a los que no eran blancos ya que sus superiores   le exigían que mantenga la “imagen de la empresa”.  En conclusión las antiguas costumbres racistas aún continúan en nuestra sociedad y se evidencian en el ambiro laboral; perjudicando a personas con grandes capacidades.

La discriminación racial laboral resulta bastante obvia en muchos casos por más que se haya  tratado de pasar desapercibida. Esto se manifiesta en las actitudes que pueden tener las empresas, al seleccionar personal (requisitos de las empresas)  o en la televisión sean comerciales o series.

 Si bien la discriminacion laboral racial no es tan explícita como antes, ciertos requisitos en los anuncios de trabajo o en los avisos publicitarios   demuestran que en muchos casos los ciudadanos se enfrentan a situaciones  en las que sus rasgos étnicos definen la perspectiva que tendrá el contratista sobre ellos. 

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