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Mintzberg Y El Caso Glottmann, De La Gloria Al Fracaso.


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2013  •  2.434 Palabras (10 Páginas)  •  550 Visitas

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Ensayo Mintzberg y el caso Glottmann, de la gloria al fracaso.

Jael Ramírez Guevara Neiva, 21 de septiembre de 2013

jramgu@hotmail.com

“Una organización sin compromiso humano es como una persona sin alma.” Henry Mintzberg.

De entrada, se expondrá que el presente ensayo tiene como objetivo el análisis del texto: “Mintzberg y la Dirección”, cuyos lineamientos se destinan a ofrecernos un clara visión de los que debe ser el proceso de dirección y el papel del directivo dentro de una organización, y el consiguiente contraste entre el caso de Jaime Glottmann, cuya falta de una eficaz dirección, provocó un capítulo nefasto en la historia de una gran industria.

La cuestión que surge nos conlleva a indagarnos sobre qué aspectos permiten relacionar a un prestigioso Académico Canadiense reconocido por sus publicaciones sobre negocios y gestión, y un gran empresario Colombiano,; que a pesar de tener distintas nacionalidades y de desenvolverse en diferentes contextos sociales, convergen en una situación específica: la forma como como se direcciona una organización y sus consecuencias.

Henry Mintzberg, a lo largo de sus publicaciones ha llego a concluir que: “lejos de un trabajo ordenado, enfocado y lineal, el trabajo diario de los gerentes eficientes implicaba un manejo de las situaciones caóticas, imprevisibles y desordenadas, donde no resulta sencillo distinguir lo trivial de lo esencial. En realidad, el trabajo de un gerente implica adoptar diferentes roles en diferentes situaciones, para aportar cierto grado de orden al caos que reina por naturaleza en las organizaciones humanas"

Jaime Glottmann heredero y principal accionista de la empresa Icasa y de los 85 almacenes de la empresa J. Glottmann y las demás empresas de ese grupo, que antaño gozaron de un gran prestigio y reconocimiento por la calidad de sus productos y por la gran generación de empleos para los colombianos; luego de los líos jurídicos en los cuales se vieron inmiscuidas las empresas a su cargo, decidió en 1991 fugarse a Israel y 14 años después de haber prescrito los procesos en su contra, ofreció un testimonio en el cual se declara el principal responsable de todo lo que ocurrió y que su mayor pecado fue el no haber tenido la humildad de aceptar los límites de su propia capacidad para el manejo de una organización de semejante envergadura.

Es decir, de esta forma encontramos el meollo del asunto y tema de este ensayo, el cual es, por un lado determinar según Mintzberg como es realmente un directivo eficaz y la labor que este desempeña, y por otro, las consecuencias adversas que acarreó una gran industria del sector comercial, por omitir los lineamientos que determinan una dirección eficiente y eficaz.

Entonces, es así como seguidamente, luego de realizar la lectura del texto de “Mintzberg y la dirección”, se prosigue a sintetizar las ideas claves o principales.

Este texto, está compuesto por cuatro capítulos, en los cuales el autor va desarrollando sus ideas sobre la correcta dirección y de lo complejo de este trabajo; del tipo de persona que se requiere, y el entorno adecuado para su gestión, es decir, aclara los aspectos determinantes a tener en cuenta para identificar al directivo eficaz y de esta manera despejar las ideas confusas acerca del desempeño de este cargo.

A groso modo, el texto de manera inicial se orienta a contrastar lo que el autor determina como: “Folklore”, (cuyo término hace referencia al conjunto de creencias, prácticas y costumbres que son tradicionales de un pueblo o cultura ), y lo que realmente sucede, es decir: los hechos.

Mintzberg sostiene que una organización es formal cuando existe un sistema de autoridad y administración, labor que le corresponde al directivo, y de la cual se tiene una vaga idea, reducida a pensar que la función del directivo cosiste en solo planificar, organizar, coordinar y controlar.

Esta idea no aclara mucho lo que verdaderamente significa el proceso de dirección, sino que más bien nos ofrece una simple noción ambigua sobre los objetivos de los directivos cuando trabajan, por ejemplo:

1. Se tiende a pensar que el directivo es un planificador reflexivo y sistemático, es decir, su actuar está ligado estrictamente a seguir o ajustarse a un sistema, lo que significa que solo opera dentro de él; cuando la realidad demuestra que al contrario de esto, el directivo busca la brevedad, la variedad y la discontinuidad, relacionadas directamente con la acción, antes que con la reflexión, por lo que el directivo responde a estímulos en tiempo real cuyo fin es la consecución de resultados inmediatos y certeros, y no de resultados demorados que pueden resultar ineficaces.

2. Otra idea folclórica sobre los directivos consiste en que éstos regularmente no tiene que realizar obligaciones; situación ajena a la realidad, más cuando se tiene que el directivo constantemente se ve envuelto en los rituales y ceremonias como: negociaciones, entrevistas, llamadas telefónicas y demás diligencias que le permiten procesar la información “blanda” con la cual va a sustentar sus actuaciones y la toma de decisiones.

3. Así mismo, se cree que es necesario que la información deba estar resumida mediante un sistema formal de información ( documento elaborado con un ordenador o computador) cuando la realidad es que la preferencia del directivo se encuadra en los medios orales, ya que en estos encuentra notables ventajas como es que la información oral se almacena mejor en el cerebro de las personas, y por otro lado porque resulta más practico realizar la función por sí mismo y no delegar la tarea porque esto puede generar un pérdida de tiempo o un efecto no deseado, lo que lo condena a un dilema y es el tener que hacer demasiado por sí mismo o delegar en subordinados con información inadecuada.

4. También existe la creencia que el proceso de dirección se está convirtiendo en una ciencia y una profesión, a lo cual Mintzberg cuestiona, debido a que los programas de los directivos (programar el tiempo, procesar información, tomar decisiones etc.) permanecen profundamente cerrados en sus cerebros; es decir son inherentes a la persona como tal, por ser ella, y no por aprenderlo, lo que hace pensar en una clasificación de las personas, determinada a establecer que solo algunas son aptas para esta labor.

De esta manera, se desmitifican algunos aspectos del imaginario colectivo sobre lo que se piensa que hace un directivo, y se pasa

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