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Enviado por • 21 de Junio de 2014 • Ensayos • 2.243 Palabras (9 Páginas) • 570 Visitas
Historia del alquiler de videos para el hogar
Cuando Netflix fue fundada en 1997, el mercado de los videos para el hogar era una industria
fragmentada, poblada en gran medida por locales de venta al pormenor de tipo familiar. Los clientes
alquilaban películas, principalmente en casetes para VHS, a un local minorista por un periodo
específico, usualmente entre dos días y una semana, y pagaban una tarifa de 3 a 4 dólares por cada
película alquilada. El líder del mercado era el gigante Blockbuster Inc. Su éxito se basaba en la idea de
que el alquiler de películas era en gran parte una decisión de impulso. Para los clientes que decidían a
último minuto que una determinada noche sería una “noche de películas”, la capacidad de obtener
rápidamente los últimos estrenos era una prioridad. Las estadísticas mostraban que los estrenos
representaban más del 70% del total de alquileres de películas.
Mucha de la estrategia de crecimiento de Blockbuster giraba en torno a la apertura de nuevos
locales, tanto para expandir la cobertura geográfica como para incrementar la penetración y la
participación en los mercados existentes. En el año 2006, Blockbuster tenía 5.194 locales en Estados
Unidos, de los cuales 4.255 pertenecían a la compañía y el resto eran franquicias. Las localizaciones se
escogían con base en una cuidadosa revisión de los datos locales, incluyendo concentración de
clientes y proximidad de la competencia, concentrándose en tiendas sumamente visibles en áreas de
alto tráfico. La gerencia comúnmente declaraba que “el 70% de la población de Estados Unidos vive a
10 minutos en auto de un Blockbuster”1, destacando cómo su red de ventas al por menor ofrecía una
conveniencia sin igual a los clientes que alquilaban películas por impulso. Las tiendas principalmente
empleaban trabajadores a medio tiempo, promediando 10 empleados por tienda más un gerente. El
uso del local y la nómina de empleados representaban un porcentaje significativo de los costos
totales.
La red de puntos de venta de Blockbuster a nivel nacional tenía una gama similar de películas y
ofrecía cerca de 2.500 títulos diferentes por tienda. El espacio en los estantes en cada tienda estaba
principalmente dedicado a películas de éxito y los estrenos recibían la posición más prominente. Las
tiendas adquirían múltiples copias de las películas populares y muy conocidas, a un costo de unos 18
dólares por película o DVD, previendo alta demanda de los clientes en la fecha del lanzamiento. El
éxito financiero de Blockbuster dependía de maximizar los días que cualquier película estuviera
alquilada. Las tiendas eran reacias a almacenar un gran número de películas independientes o menos
conocidas, debido a que la demanda de estos títulos era inconsistente. Con una gama relativamente
reducida de películas sobre todo familiares, los clientes podían generalmente seleccionar un título
con poca asesoría del personal de ventas. Con el tiempo, cada punto de venta al por menor de
Blockbuster comenzaría a vender con descuento copias de preestrenos de sus nuevos lanzamientos,
1 Peter Barlas, “Blockbuster Borrows from Netflix’ Playbook, but Stays Offline Monthly DVD Rental Program Subscribers”,
Investor’s Business Daily, 12 de agosto de 2002.
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generando retornos incrementales sobre su inversión y despejando espacio en los estantes para la
siguiente ola de nuevas películas.
Tradicionalmente, cualquier película no devuelta al mismo local en que se había alquilado al final
del periodo de alquiler estaba sujeta a cobros por uso extendido o “multas por atraso”. En el año
2004, estos cobros representaron más de 600 millones de dólares para Blockbuster, o cerca del 10% de
sus ingresos. Además del beneficio de ingresos, las multas por atraso cumplían una función crítica de
utilización de activos para Blockbuster. Fomentaban la devolución a tiempo de cada película
alquilada, permitiendo que fuese alquilada por otro cliente. En su ausencia, las devoluciones tardías
podían conducir a un incremento en los niveles de agotamiento de películas, lo que le costaba a
Blockbuster más oportunidades de alquiler de películas así como la reducción de la satisfacción de los
clientes.
Cuando Netflix se cotizó por primera vez en la bolsa en 2002, Blockbuster disfrutaba de niveles
récord de ingreso y rentabilidad en medio de un periodo de expansión de la industria. Según reportes
de investigación citados en los expedientes públicos de Blockbuster de ese año, los lectores de DVD
estaban presentes en el 37% de los hogares con televisión de Estados Unidos, una cifra superior al
24% del año anterior. El incremento en la popularidad del formato de DVD había ayudado a
aumentar los ingresos de la industria de alquiler de películas de 8.500 millones a 8.700 millones de
dólares. El año 2002 también representó el quinto año consecutivo de Blockbuster de crecimiento de
ventas en la misma tienda y la marca de Blockbuster logró cerca del 100% de reconocimiento entre los
clientes activos de alquiler de películas.
Historia de Netflix
Netflix fue fundada en 1997 durante los primeros días de las ventas al por menor por Internet,
cuando los competidores en línea de las tiendas minoristas tradicionales de “ladrillo y cemento”
estaban logrando prominencia. En lugar de intentar atraer clientes a un local minorista, Netflix
ofrecía entrega de DVD a domicilio por medio del correo.
Cuando se lanzó su sitio web original a principios de 1998, la mayoría de las películas disponibles
para alquilar en las tiendas de video usaban el formato de casete de VHS. En contraste, Netflix
concentró sus esfuerzos en los clientes que gustaban de ser los primeros en adoptar la tecnología y
que recientemente habían comprado lectores de DVD. Su estrategia de mercadeo era desarrollar
programas promocionales cruzados con los fabricantes y vendedores de lectores de DVD,
suministrando una fuente de contenido para los clientes. Hastings explicó con más detalle las metas
de Netflix en sus primeros días: “Estábamos apuntando a personas que recién habían comprado
lectores de DVD. En esa época nuestra meta era solamente meter nuestro cupón en la caja. No
teníamos demasiada competencia. El mercado estaba subatendido y las tiendas no ofrecían una
amplia gama de DVD en esos tiempos”.
El sitio web de Netflix incluía un motor de búsqueda que permitía a sus clientes ordenar
fácilmente las películas que escogían por título, actor, director y género. Empleando este motor de
búsqueda, los clientes creaban una lista de películas, llamada una fila, que Netflix les enviaría. Netflix
enviaba las películas a sus suscriptores basándose en el orden de títulos de la lista y los suscriptores
recibían una nueva película de su fila al devolver una película actualmente pendiente.
En lugar de copiar el modelo de las cadenas de alquiler de videos y alquilar puntos de ventas al
por menor, Netflix dependía del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) para entregar los DVD a
sus suscriptores. Los DVD son pequeños y ligeros, lo que permite una entrega barata y fácil recepción
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por casi cualquier cliente potencial de Estados Unidos. Hastings relató cómo determinó él que el
desempeño de entrega ofrecido por el USPS era satisfactorio: “Salí, compré un grupo de discos
compactos y comencé a enviármelos por correo para ver con qué rapidez me llegaban y en qué
condiciones estarían. Esperé dos días y todos llegaron en perfectas condiciones. Después de eso,
todas las piezas comenzaron a acomodarse”2.
Inicialmente Netflix usó un modelo de precios similar al ofrecido por las tiendas tradicionales de
video. Los clientes escogían sus películas empleando el sitio web de la compañía, pagaban 4 dólares
por película alquilada más 2 dólares por cargo de envío y manejo, y se esperaba que devolvieran las
películas en una fecha específica de vencimiento o se les cobraría por alquiler extendido.
Hastings y su equipo usaron los modelos de los más exitosos vendedores al por menor de Internet
de ese momento para identificar características que pensaban que podían atraer a los clientes: (1)
valor, (2) conveniencia y (3) gama de películas. Reed se refería a los clientes de valor como “clientes
de eBay”, aquellos para quienes las compras por Internet eran una oportunidad para apuntar a un
gran negocio. En contraste, la conveniencia y la gama de películas atraían a los “clientes de Amazon”,
aquellos que usaban las compras por Internet como una alternativa a viajar a los locales de venta al
por menor y escoger entre ofertas limitadas en existencia.
La estrategia inicial de Netflix se extendía más allá del alquiler de DVD. Mientras comercializaba
una oferta pública inicial en el año 2000, la gerencia describió a la compañía como el mejor destino en
línea para los entusiastas de las películas. Junto con el servicio de DVD por correo, Netflix ofrecía su
sistema de recomendaciones a cualquier usuario, fuera o no suscriptor, creando un portal de Web en
vez de simplemente un servicio de suscripción. Hastings describió como sigue esta estrategia inicial:
“Nuestro folleto del 2000 se bifurcó hacia las cosas que estaban de moda… reflejó una tensión en
nuestra estrategia. Ofrecíamos comparación de precios y entradas para el teatro. Esa tensión
estratégica no se resolvió hasta la explosión de la burbuja. Ese verano nos dimos cuenta que no
íbamos a alcanzar nuestras metas a menos que nos basáramos en alquiler… Era enfoque estratégico
inducido por el efectivo”.
Este enfoque fue impuesto en parte por la rápida tasa de adopción de lectores de DVD entre los
hogares estadounidenses, la cual llegó a ser la adopción de tecnología más rápida de la historia. La
penetración en los hogares de Estados Unidos, en un 5% en 1999, saltó al 13% en 2000, un nivel que
atrajo la atención de otros canales. Los DVD comenzaron a venderse en las grandes cadenas
minoristas como Best Buy y Wal-Mart y empezaron a reemplazar a los casetes de VHS en los estantes
de las tiendas tradicionales de alquiler de videos. Mientras ocurría esta transición, la ventaja de
conveniencia que Netflix ofrecía los clientes que usaban DVD sufrió en comparación con las tiendas
de video. La compañía dejó de lado sus planes para una oferta pública inicial y tuvo que hacer frente
a un gran despido de trabajadores al empezar a ajustar su modelo de negocios en un esfuerzo por
lograr rentabilidad. La principal preocupación de Hastings era la insatisfacción general de los clientes
con la propuesta de valor de Netflix y el alto costo de crear una biblioteca de DVD para apoyar la
creciente base de suscriptores.
La retroalimentación de los primeros clientes reveló frustración con el hecho de que Netflix
cobraba precios de alquiler semejantes a los de las tiendas de alquiler de la competencia cuando
ofrecía un servicio de entrega más lento. Neil Hunt, jefe de productos de la compañía, describió la
motivación de Netflix para cambiarse a su popular modelo de suscripción sin multas por atraso en
1999:
2 Aline Van Duyn, “DVD Rentals pass their screen test”, Financial Times, 4 de octubre de 2005, p. 15.
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El precio había sido un punto de discusión por largo tiempo. Nuestro modelo original no
funcionaba, necesitábamos superar el retraso en la entrega. Simplemente no era un producto
de un valor lo suficientemente alto para superar el tiempo de espera de entrega. Gastamos
mucho dinero para comercializar y atraer nuevos clientes y ellos no volvían a alquilar
películas. Estábamos gastando entre 100 y 200 dólares para atraer un cliente, y ellos alquilaban
una película de 4 dólares. No había valor residual.
Hastings creía que pasar a un servicio de suscripción prepagada podría brindar más valor a los
clientes de Netflix y también convertir sus mayores tiempos de entrega en una ventaja. La primera
iteración del modelo de suscripción permitió a los clientes disponer de cuatro películas a la vez y
recibir hasta cuatro nuevas películas cada mes. Hunt explicó la eficacia del nuevo modelo de precios:
“Convertimos la desventaja del tiempo de entrega en tener una película en la casa todo el tiempo. El
valor para Netflix de tener nuestras películas en los hogares de los clientes en todo momento fue
nuestra idea clave”.
Muy poco después, Netflix ajustó nuevamente su sistema de precios, ofreciendo alquileres
ilimitados por primera vez. Ahora los suscriptores podían mantener tres películas a la vez y
cambiarlas tan frecuentemente como ellos quisieran. Hunt explicó las razones de este rápido ajuste en
la estrategia:
Señalamos que este cambio simplificaría drásticamente el programa y haría más fácil
explicar el servicio. También nos permitió comercializar una propuesta de valor más atractiva.
El término “ilimitado” es excelente en mercadeo… Tuvimos algunos fuertes debates sobre esto,
pero al final fue un salto de fe. El auge de las punto com estaba todavía en pleno crecimiento, y
todo el mundo alrededor nuestro crecía rápidamente. No era el momento de hacer pruebas y
análisis por meses. Tuvimos que hacer algunas apuestas y no preocuparnos por equivocarnos.
En ese momento, quienes lo hicieran bien tendrían éxito y quienes lo hicieran mal
desaparecerían.
Con este cambio en precios, la compañía añadió un nuevo grupo de fanáticos para quienes el
alquiler de películas era una parte regular de su entretenimiento diario. Muchos de estos clientes de
alto volumen se desalentaban por el alto costo de pagar por cada película que se alquilaba, pero aún
así decidían alquilar en las tiendas de video debido a las limitadas alternativas. Otros estaban
insatisfechos debido a que las altas multas por atraso les impedían ver las películas en los momentos
más convenientes para ellos. Si la “noche de películas” no era un evento sino una forma ordinaria de
entretenimiento, la opción de tener las películas más allá de los dos días de alquiler era importante.
Para estos usuarios frecuentes, el modelo de Netflix de “todo lo que pueda comer” era una
alternativa atractiva a la estructura tradicional de tarifa por día.
Los costos de suscripción y el gasto de adquirir películas para alquilar eran todavía una carga
importante. Hunt explicó el impacto que la demanda de los clientes tenía en la gestión del costo de
crear su filmoteca:
Comenzamos a luchar con un nuevo problema. La mitad de los DVD que despachábamos
eran nuevos. Nos dimos cuenta que debíamos arreglar eso. Los principales estrenos recibían
mucho apoyo externo de mercadeo y como resultado eran muy conocidos por los clientes y
tenían mucha demanda. Por supuesto, esas películas eran las más costosas de adquirir…
Simplemente no podíamos promover ciegamente películas que ya tenían una generación
externa de demanda. Necesitábamos estimular la demanda de las películas más antiguas y
menos conocidas y cosas que ya estaban en nuestro catálogo. Al comercializar el resto de la
“fila” podíamos reducir el precio promedio de crear nuestro catálogo.
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