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Principios Fundamentales de la Economía Solidaria

Rodrigo Díaz MéndezApuntes8 de Junio de 2020

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Howard Richards

Principios Fundamentales de la Economía Solidaria

Resumen:  Se proponen cuatro principios fundamentales: el derecho de vivir y percibir entradas para poder vivir por pertenecer a la familia humana; una coupure epistemologique en la filosofía de la ciencia; organización ilimitada, y una ética solidaria que llama a compartir el excedente.  Algunos de sus aplicaciones se muestran relatando experiencias en un territorio determinado ubicado en la ciudad de Johannesburgo.

        Ofrezco una propuesta para entender los principios fundamentales de la economía solidaria a luz de su origen histórico.   Ofrezco ejemplos de la aplicación de algunos de aquellos principios en un territorio determinado, a saber: la comuna de Orange Farm. Orange Farm es parte de la ciudad de Johannesburgo.  Como es el caso en otras manifestaciones actuales de la solidaridad económica (en Ecuador, en Bolivia y en otras partes) figura en Sud África la recuperación de valores indígenas, en este caso los del Ubuntu. (Bhengu 2012)

El Viejo Mundo de la Modernidad

        Parto de una determinada interpretación de la historia y del papel de la ciencia económica en ella, a saber: Con razón se ha dicho que la sociedad moderna, la Gesellschaft (Tönnies 1887), también llamada la sociedad de mercado (Polanyi 1946) es la sociedad económica.  (Heilbroner 1964) La sociedad económica ha llegado a ser una sociedad global en la cual el mercado es la institución primaria.  Los gobiernos son secundarios, siendo gobernados por los mercados más que gobiernan los mercados.  (Habermas 1999)

La ‘economía solidaria’ (ES) cambia aspectos fundamentales de esta realidad actualmente dominante.  ES no es en rigor una economía, ni un modo de producción.   Como ha escrito Raúl González las varias formas de ES son mejor denominadas modos de vida.  (González 2017, p. 19) Como veremos al analizar su origen, puede ser considerada una síntesis de un pensamiento económico seglar disidente con una ética espiritual de solidaridad.  La voz `solidaridad` se presta a una síntesis entre valores típicos de las luchas modernas de los trabajadores y valores típicos de tradiciones antiguas --valores más viejos que las sociedades de mercado y más viejos que el capitalismo.

Las ciencias económicas en sus varias versiones son ciencias de la modernidad.  Sus objetos de estudio (dinero, precios, deudas, inversiones ….) son conformados por las estructuras sociales que constituyen el mercado moderno, estructuras a la vez culturales y sociales que André Orléan deriva de la séparation marchande.  (Orléan 2011, p. 239) La modernidad es aquella forma de sociedad constituida por el marco ético y jurídico del mercado (siendo este marco su ‘estructura cultural básica’(ECB).  Esta fórmula (ECB) es casi equivalente, pero no exactamente equivalente, a la de Marx cuando subtitula El Capital una crítica de ‘la economía política’ y acto seguido define su objeto de estudio como ‘aquel tipo de sociedad cuya riqueza aparece como una inmensa colección (ungeheure Sammlung) de mercancías (Waren[1]).’  Mi opción de llamar la ciencia económica la ciencia de la estructura social típica de la modernidad (una estructura social nombrada por Adam Smith ‘libertad natural’ o ‘libertad perfecta’) complementa y sitúa otras interpretaciones de lo que es lo económico. (Coraggio 2011)

Sin adherir a una teoría de determinismo económico, y sin considerar hasta qué punto una teoría determinista podría ser válida o útil, me sumo a quienes leen en la historia del capitalismo la trama e hilo conductor de la historia de la modernidad.  Es claro que el concepto de modernidad también se asocia con la ciencia, con el auge del contrato y el descenso del estatus, con la Zweckrationalität, con las filosofías de la Ilustración, con el individualismo, con los ideales de la Revolución Francesa, con el estado de derecho republicano, con los derechos humanos, y con la expansión del sistema-mundo europeo para establecer el sistema-mundo moderno.   Para mejor entender mi opción de construir una lectura de ‘modernidad’ como un concepto con un ‘epicentro’ (el capitalismo) y una ‘penumbra’ (sus demás características típicas) conviene desglosar la idea de ‘estructura cultural básica.’

‘Estructura’ -- un sistema de reglas y relaciones interrelacionadas entre sí.  Siendo reglas y relaciones con significados sociales, son a la vez causas con efectos físicos. Al decir de Porpora estructuras son constituidas por normas culturales que definen posiciones materiales (por ejemplos, las posiciones de comprador, de vendedor, de dueño…) (Ver Lawson, 2003, pp. 227-28, y Porpora 2016)   La palabra ‘interrelacionadas’ conlleva la idea de relación interna, o sea no hay uno sin otro (por ejemplo, no hay comprador sin vendedor).  El uso de la palabra ‘estructura’ no necesariamente se refiere a una estructura en el sentido aquí definido, puesto que otros han elegido usar la misma palabra en otros sentidos (Porpora 2007); por otra parte, otra palabra (por ejemplo, las ‘relaciones’ en Marx y en Weber) puede referirse a lo que llamo ‘estructuras.’

‘Cultural’ --   La cultura es el nicho ecológico de la especie humana.  (Wilson 2011, p.ej. Edición Kindle, posición 612 et.seq.)   Dicho de otra manera, el ser humano es el animal cultural. (Tanner 1985) Hoy en día la antropología opera una revolución copernicana en las ciencias sociales, revelando con su concepto matriz de cultura que la cosmovisión liberal que presidió los comienzos de las ciencias económicas y las demás ciencias sociales fue una cosmovisión etnocéntrica.  (Boggs 2004; Wallerstein 1998).   Así las ‘estructuras’ referidas, siendo humanas, tienen que ser ‘estructuras culturales,’ aunque sea también correcto llamarlas ‘estructuras sociales.’  Prefiero no decir digo que estructura cultural y estructura social son dos cosas; digo que son dos nombres de la misma cosa.  Cada estructura social es cultural.  Como plantean Marx y Engels en La Ideología Alemana (1974, p.19) el primero y más fundamental hecho de las ciencias sociales es la existencia de los seres humanos.   Su existencia presupone la körperliche Organization (organización física) de los medios que hacen posible su existencia.  Vale decir, estructuras sociales.  Puesto que no se trata de cualquier animal, sino de aquel animal cuyo nicho ecológico es la cultura (Wilson 2011; Tanner 1985) aquellas estructuras sociales tienen que ser estructuras culturales.

‘Básica’-- Una estructura cultural básica gobierna la satisfacción de las necesidades básicas.  Así en aquella parte de La República (Libro Dos) donde la conversación comienza a dedicarse al diseño de la estructura cultural de un polis justo, escribe Platón, antes de escribir ninguna otra cosa, ‘Los verdaderos arquitectos de nuestra ciudad son nuestras necesidades, y la primera y principal necesidad es la alimentación.’  Considero básico, sin embargo, no solamente las necesidades (como seguridad física y alimentación) en la base de la pirámide de Maslow, sino también las socio-emocionales identificadas por el mismo autor. (Maslow 1943)  

En la modernidad satisfacemos nuestras necesidades básicas principalmente por comprar mercancías con dinero.  Por lo tanto, las reglas del mercado constituyen nuestra estructura cultural básica.   Hay que observar que la modernidad así concebido coincide con el concepto de sociedad de mercado (‘market society’) de Karl Polanyi.  Sin embargo, prefiero reservar la palabra ‘capitalismo’ a aquellas sociedades de mercado cuya dinámica dominante es la acumulación de capital.  (como sugiere Marx en el capítulo 25 del primer tomo del Capital, y cuyas consecuencias analiza Rosa Luxemburgo) (Luxemburgo 1913). Así, el capitalismo termina siendo el ‘epicentro’ de la modernidad, y el ‘mercado’ su definición.

Un resultado de adoptar las opciones terminológicas aquí escuetamente bosquejadas es que cuando miramos a las diversas experiencias recientes de la economía solidaria, nuestro abordaje es conceptualmente imaginativo y temporalmente largo.   Es un abordaje que considera la larga historia y prehistoria de la especie humana desde los primeros recolectores y cazadores hasta los siglos de los siglos de un futuro que no ha acontecido todavía.    Todo lo que sabemos de la proyección de las tendencias actuales hace el futuro nos hace creer que el progreso exponencial de las innovaciones tecnológicas hará redundante la mayor parte del trabajo humano, tanto físico como mental (Diamantis y Kotler, 2013).  El ‘tiempo de trabajo socialmente necesario’ va a decaer si no a cero a un número cercano a cero. (Rifkin, 2014 y otras obras del mismo autor).  Todo esto supone por supuesto que la especie humana va a tener un futuro y no va a destruirse con armas siempre más destructivas, y/o por destruir la biosfera – una consideración que lo hace indispensable plantear la economía solidaria no solamente como un camino a la justicia social, sino también como un camino a la paz y a la sustentabilidad ecológica.  Dicho de otra manera, necesitamos una alternativa al capitalismo en su forma actual, porque es ingobernable.   Su ingobernabilidad se suele llamar la necesidad de una u otra régimen de acumulación.   Vale decir es un imperativo sistémico del sistema hacer compatibles todas las instituciones con la necesidad de acumular, porque sin acumulación el sistema se estanca y todos sufren.   La consecuente necesidad (al interior de las reglas del juego ahora imperantes) de incentivar cada vez más compras y cada vez más inversiones, cueste lo que cueste, nos priva de la posibilidad de organizarnos colectivamente para poder sobrevivir como especie.  Nos priva de la posibilidad de construir alternativas necesarias.  La necesidad de acumula define las estructuras sociales actuales.  Las del futuro tendrán que ser capaces de atender a las necesidades en armonía con el entorno natural.  Por eso tienen que ser gobernables.  Tiene que ser posible tomar una decisión racional, por ejemplo, revertir el calentamiento global, y luego hacerla valer, sin tener que cumplir con la condición (constraint) que los grandes inversionistas tienen que tener confianza que sus inversiones van a ser rentables.

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