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Casos Clínicos De Freud


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2014  •  3.134 Palabras (13 Páginas)  •  508 Visitas

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Caso Juanito (Hans)

A principios de enero de 1908 el padre escribió a Freud que Hans, que entonces tenía cinco años, había desarrollado «un desarreglo nervioso». Los síntomas que describía eran de temor a salir de casa, depresión al atardecer, y miedo a que un caballo le mordiera en la calle. El padre de Hans sugirió que «el terreno fue preparado por sobre-excitación sexual causada por la ternura de su madre» y el miedo al caballo «parece, en cierta manera, estar relacionado con haberse sentido amenazado por un gran pene».

El primer síntoma apareció el 7 de enero cuando Hans era acompañado al parque, como de costumbre, por su niñera. Empezó a llorar y dijo que quería «acariciarse» con su madre. En casa, al preguntarle por qué no había querido llegar hasta el parque «se puso a llorar pero no quiso decirlo». El siguiente día, después de protestas y lloros, salió con su madre. Al volver a casa, Hans dijo después de muchas vacilaciones, tenía miedo de que un caballo me mordiera. Igual que el día anterior, Hans tuvo miedo al atardecer y pidió ser «acariciado». También dijo: «Ya sé que tendré que volver a salir de paseo mañana» y «el caballo entrará en la habitación». El mismo día su madre le preguntó si se tocaba el pene con la mano. El respondió que sí, y el día siguiente su madre le dijo que se abstuviera de hacerlo.

El análisis para este caso no se basó en nada que él mismo hubiera descubierto, sino en algo que le dijo el padre del pequeño Hans, que estaba en contacto con Freud a través de informes escritos regulares. El padre tuvo varias conversaciones con Freud a propósito de la fobia del pequeño Hans, pero en el curso del análisis ¡Freud sólo vio al muchachito una vez!. Esta es una curiosa manera de llevar a cabo un tratamiento y de poner las bases para el análisis del niño, aun cuando pocos analistas hayan encontrado extraño ese procedimiento.

En este punto Freud dio una interpretación de la conducta de Hans y se puso de acuerdo con el padre del niño para que le dijera que su miedo a los caballos era absurdo, y que la verdad era que tenía mucho afecto a su madre y quería que ella se lo llevara a la cama. La razón de su miedo a los caballos se debía a que «él se había interesado tanto por sus penes». Freud también sugirió que se le explicaran ciertas materias sexuales a Hans y se le dijera que las hembras «no tenían penes». Después de esto, hubo algunos altibajos pero, en conjunto, la fobia empeoró, y aún se deterioró más la salud del niño una vez se le extrajeron las amígdalas.

Cuando se recuperó de su enfermedad física, Hans tuvo muchas conversaciones con su padre a propósito dela fobia. El padre sugirió que debía haber una relación entre la fobia y las habituales masturbaciones del pequeño Hans, enfatizando el punto de que las muchachas y las mujeres no tenían pene y tratando, en general, de adoctrinar al pequeño Hans con teorías psicosexuales sobre el origen de su neurosis. Nos llevaría demasiado profundizar en todos los detalles, pero, el 30 de marzo, el niño fue llevado a la consulta de Freud quien halló que Hans continuaba sufriendo de una fobia contra los caballos, a pesar de toda la instrucción sexual que se le había dado. Hans explicó que se hallaba especialmente preocupado «por lo que los caballos llevan en frente de sus ojos y por el color negro alrededor de su boca». Freud interpretó esto último como significando un bigote. «Le pregunté si quería decir un bigote»; luego le dijo a Hans que estaba «atemorizado por su padre» precisamente porque éste «sentía mucho afecto por su madre». Le hizo observar a Hans que su miedo a su padre no tenía fundamento.

Un poco más tarde, Hans dijo a su padre que le daban mucho miedo los caballos con «una cosa en su boca», que temía que los caballos se fueran a caer, y que lo que le daba más miedo eran los autobuses de tiro caballar. Respondiendo a una pregunta de su padre, Hans contó entonces un incidente que había presenciado. Los detalles fueron, luego, confirmados por su madre. Según el padre, la ansiedad se desarrolló inmediatamente después de que el pequeño Hans fuera testigo de un accidente de un autobús de tiro caballar, en el cual uno de los caballos se cayó. Aparentemente, las «cosas negras alrededor de sus bocas » se referían a los bozales que llevaban los caballos.

Durante todo este tiempo el padre estuvo tratando de imbuir ideas psicoanalíticas en el niñito, haciendo sugerencias que Hans generalmente rechazaba, aunque a veces se mostraba de acuerdo ante la presión del padre. El pequeño Hans eventualmente sanó, tal como era de esperar, del relativamente ligero grado de fobia que padeció. No hay prueba alguna de que las interpretaciones psicoanalíticas que se le dieron le ayudaran en nada, y no hay relación entre las épocas en que mejoró y las épocas en que pareció obtener la «percepción» de su condición.

En primer lugar, el material ha sido claramente seleccionado; se presta la máxima atención a temas que pueden ser relacionados con la teoría psicoanalítica, mientras hay una tendencia a ignorar otros hechos. El mismo Freud hizo notar que el padre y la madre se encontraban, ambos, «entre mis más íntimos seguidores», y resulta claro que Hans fue constantemente animado, directa e indirectamente, a decir cosas que se relacionaran con la doctrina psicoanalítica.

En segundo lugar, está claro que el relato, del padre es altamente sospechoso, porque sus interpretaciones de lo que dice el niño no están claramente justificadas por los hechos de la situación, o las palabras usadas por el pequeño Hans. Hay muchas distorsiones en el informe del padre, y debe ser leído con suma cautela.

Además, el testimonio del mismo Hans es dudoso. Dijo numerosas mentiras en las últimas semanas de su fobia, y dio muchos informes inconsistentes y ocasionalmente contradictorios. Lo más importante de todo, además, es que muchas de las impresiones y sentimientos atribuidos a Hans, pertenecen en realidad a su padre, que pone palabras en su boca. El mismo Freud admite esto, pero trata de disculparlo. Y dice:

Es cierto que durante el análisis a Hans debieron decírsele muchas cosas que no podía decir él mismo, que debieron sugerírsele pensamientos que hasta entonces no había dado señales de poseer, y que su atención debió ser dirigida en el sentido en que su padre esperaba obtener algún resultado. Esta disminuye el valor probatorio de los análisis, pero el procedimiento es el mismo en cada caso, porque el psicoanálisis no es una investigación científica imparcial, sino una medida terapéutica.

Así Freud parece estar de acuerdo con sus muchos críticos que dicen que «el psicoanálisis no es una investigación científica imparcial» y esta idea

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