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Defieciencias Del Lenguaje


Enviado por   •  18 de Abril de 2013  •  7.613 Palabras (31 Páginas)  •  190 Visitas

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Deficiencias del lenguaje

1. VISIÓN RETROSPECTIVA

En un principio, la atención de los problemas de lenguaje, estuvo inmersa en el campo de la medicina como respuesta al abordaje de los casos lesionados provenientes de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Evidenciándose así que la atención se circunscribió al ámbito hospitalario a través de un modelo médico asistencial caracterizado por la presencia de tipologías diagnósticas y acento permanente en la patología. (De Robertis, C. 1988).

Para los años cincuenta (50), prevalecía este modelo con una orientación rehabilitatoria asumiéndose al sujeto objeto de la acción, como enfermo a quien se evaluaba con pruebas estandarizadas, generalmente procedentes de otras culturas; se daba el diagnóstico a través del médico o psicólogo, quienes tenían papel preponderante, convirtiéndose el resto del equipo, específicamente el Terapista de lenguaje, en ejecutor del tratamiento, siendo las clínicas y los hospitales los lugares destinados para ello.

La atención a nivel hospitalario estaba circunscrita a los servicios de otorrinolaringología, neurología, cirugía plástica y posteriormente a los servicios de medicina física y rehabilitación y de patología del lenguaje y audiología, llamados en algunos países, servicios de foniatría.

Más adelante en América, a mediados de los años sesenta (60), la atención abarcó los ámbitos educativos y comunitarios. A nivel educativo se llevó a cabo en las escuelas especiales, aulas especiales y escuelas regulares en estas últimas se desarrollaban programas con los docentes en el aula y clases correctivas donde los padres y maestros acompañaban a los niños; en el ámbito de la educación especial se incluían las escuelas de sordos, impedidos físicos y ciegos. A nivel comunitario, los centros dependían de la comunidad y de fundaciones, prestando servicios a niños y adultos.

En Venezuela y específicamente, desde la Dirección de Educación Especial, se norma la atención de los problemas de lenguaje conjuntamente con el área de Deficiencias Auditivas (Documento de Conceptualización y Política de la Educación Especial en Venezuela, 1976).

A mediados de la década de los setenta (70), la atención de los problemas de lenguaje, se lleva a cabo a través de los Centros de Rehabilitación del Lenguaje (C.R.L.), servicios creados por la Dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación para la población que asistía a los preescolares y a las escuelas regulares. Sin embargo es importante destacar que este tipo de atención se daba a la población con necesidades educativas especiales en algunos planteles y servicios de la Modalidad.

En términos generales, la atención de los problemas del lenguaje, se desarrollaba en tres fases: evaluación, diagnóstico y terapia.

En cuanto a la evaluación, se atendía lo perceptual y en la lectura y escritura se daba menor énfasis al aspecto lingüístico que era denominado lenguaje comprensivo y expresivo. El desenvolvimiento del evaluado era pasivo, concretándose a responder lo que se le exigía específicamente y con un rendimiento muy dependiente de su atención y concentración.

En cuanto al diagnóstico, se consideraban las dificultades en el campo de la comunicación humana, como trastornos del lenguaje comprensivo, expresivo y del lenguaje escrito, ubicados dentro del modelo etiológico categórico (Bloom. Lahey, 1978). En lo referente a las dificultades para la comprensión del lenguaje, se incluían mayormente el retardo del lenguaje y la disfasia; para las dificultades en el lenguaje expresivo, los diagnósticos correspondían a disartria, dispraxia, tartamudez, rinolalia, disfonía y en especial la dislalia, que aunque se tomara en cuenta el desarrollo evolutivo del niño. Se concebía como trastorno cualquier desviación presente propia de la edad. De igual forma, se trabajaba en equipos multidisciplinarios en los que cada especialista evaluaba al niño y daba su diagnóstico.

La terapia del lenguaje, entonces, tuvo como sustento la planificación por patologías, lo cual implicaba el abordaje de la atención de acuerdo a una planificación específica. En tal sentido, las denominadas alteraciones del lenguaje comprensivo incluían un plan para retardo del lenguaje, cuyo contenido abarcaba el área perceptual y el de disfasia, basado en autores con Mc. Ginnis (1963) y H. Barry (1961). En cuanto al lenguaje expresivo, la dislalia contaba con los planes propuestos por M. Morley (1959) y Van Riper (1972); de igual forma, había planes para rinolalia, tartamudez, disfonía, entre otros. A esto se agregaban las dificultades para la comprensión y producción del lenguaje que obedecen a causa orgánica y las concomitantes a problemas sensoriales, intelectuales, motrices y emocionales.

En lectura y escritura, existía la tendencia a la atención parcelada de los aspectos en los que el educando presentara fallas y la planificación abarcaba la correspondencia visual auditiva con orientación sintética, basada en la enseñanza de la letra, la sílaba hasta llegar a la palabra; el análisis y síntesis visual auditivo verbal; la comprensión lectora; la velocidad de la lectura, propuesta por M. Condemarín; la grafía y la ortografía. Este contenido era muy similar al que utilizaba del docente especialista lo cual reflejaba poca diferenciación entre la acción del Terapista del lenguaje y este otro profesional.

Considerando lo mencionado, tenemos que la planificación específica por patologías llevaba a que el especialista (Terapista del Lenguaje), aplicara determinado plan a la patología y no se centrara en el individuo en sí mismo; el carácter de ello, como pudimos apreciar, era remedial de la situación encontrada para lograr su superación pero descuidaba los otros aspectos del desarrollo del individuo. Esta situación implicaba el cumplimiento de manera mecánica por parte del sujeto de un repertorio de consignas o ejercicios propuestos por el especialista, que llevaba a una repetición constante, sin dar mayor posibilidad a una participación entre ambos, constituyéndose el especialista en un ente activo y el sujeto en un ente pasivo, que debía cumplir lo establecido en la planificación, acorde a su patología. La participación del padre o representante también estaba limitada, ya que el servicio se prestaba en un gabinete denominado, gabinete de articulación o cubículo.

En conclusión, es necesario señalar que para ese momento, la atención de los problemas de lenguaje en Venezuela, estaba influenciada por la visión rehabilitatoria imperante a nivel mundial, la cual hacía énfasis en los déficit que presentaba el individuo, orientación que tuvo su origen

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