EL NIÑO Y EL APRENDIZAJE EN PREESCOLAR.

GOBIERNO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD 19B      GUADALUPE, N.L.

Licenciatura en Educación,  4º Semestre (SAD)

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EL NIÑO Y EL APRENDIZAJE EN PREESCOLAR.

Nombre de la tarea: TRABAJO FINAL.

Catedrática: María Eugenia Garza Flores.

Alumno Montoya Valdez, Roberto.

Chih. Chihuahua. A 07 de Julio del 2016.

ÍNDICE.

• INTRODUCCIÓN.----------------------------------------------------------------------3

• DESARROLLO.--------------------------------------------------------------------------6

• CONCLUSIÓN.--------------------------------------------------------------------------14

INTRODUCCIÓN.

Es un diseño constructivista, entendiendo al Constructivismo como la idea que mantiene que el individuo –tanto en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en las afectivos- no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre esos dos factores. En consecuencia, según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano (Carretero, 1993, citado por Medina 2005).

El modelo de constructivista social corresponde con un mundo socialmente construido, que crea la experiencia compartida de la realidad física, que reside de una modificación constante, concede un lugar destacado los seres humanos y su lenguaje, que de acuerdo con (Piaget y Brunner), se llevan a cabo el aprendizaje manipulativo y en activo de significados asociados socialmente. El constructivismo social considera al sujeto individual y el dominio de lo social como indisolublemente interconectados, es decir, las personas se conforman de interacción social, procesos individuales, interacción lingüística y extra-lingüística, y la mente forma parte de un contexto más amplio en la construcción social del significado y no como mente individual completamente aislada.

El modelo propone que la enseñanza es un proceso centrado en la producción de los conocimientos matemáticos donde implica transformar, reorganizar y validar el conocimiento, para ello se debe concebir la clase como un ámbito de producción donde el alumno renueva sus conocimientos partiendo de las nociones matemáticas y la relación del maestro con el alumno.

El autor llama a la situación didáctica como conjuntos de relaciones explícitas o implícitamente establecidas entre un alumno o un grupo de alumnos, donde se estudia la búsqueda y la invención de situaciones, características de los diversos conocimientos matemáticos enseñados en la escuela, el estudio y la clasificación de sus variantes, los efectos sobre las concepciones de los alumnos.

De acuerdo a su teoría constructivista el aprendizaje se produce mediante resolución de problemas en las que se interrelaciones cuatro tipos de situaciones:

• Situaciones de acción: es la interacción entre los alumnos y el medio físico.
• Situaciones de formulación: es la comunicación e informaciones entre alumnos.
• Situaciones de validación: se trata de convencer a uno o varios interlocutores de la validez de las afirmaciones que se hacen.
• Situaciones de institucionalización: se adquiere la significación socialmente establecida de un saber que ha sido elaborado por ellos en situaciones de acción, de formulación y de validación.

Sin embargo estas situaciones de aprendizaje están medidas por la adaptación al medio, el aprendizaje por adaptación implica rupturas cognitivas, acomodaciones, cambio de modelos implícitos (concepciones, de lenguajes, de sistemas cognitivos y admite posibilidad de errores).

Brousseau propone que la enseñanza requiere de la transposición didáctica, que hace referencia a la adaptación del conocimiento matemático para transformar en conocimiento para ser enseñado.

El enfoque de la RIEB hace referencia en la evaluación de competencias, por tanto, es necesario tener muy claro las finalidades de este enfoque constructivista y  conocer de manera precisa las exigencias por si solas que demandan las competencias matemáticas en el desarrollo intelectual del alumno.

No existe un modelo de evaluación en la tierra que sea del todo justo, en realidad, sí esta afirmación resulta totalmente correcta ya que todo evaluación presenta un cierto margen de error por el simple hecho de que el pensamiento humano por naturaleza es muy  abstracto, dicho de otra manera es muy complicado conocer con exactitud la manera de pensar de cada persona respecto a la realidad que enfrenta, las habilidades genéticas no son de todo iguales o no están desarrolladas linealmente, al evaluar competencias se evalúa en particular o individualmente al alumno de acuerdo a sus conocimientos, actitudes y habilidades desarrolladas ,entre otras muchas más razones aumentan el grado de complejidad al evaluar competencias matemáticas.

Por otro lado se encuentra la afirmación “entre más indicadores o instrumentos  de valoración se tomen en cuenta en el proceso más justa será su evaluación”, dicha afirmación nos agranda la panorámica y exige el cambio de solo evaluar resultados, solo aspectos observables o productos sin  ningún tipo de trascendencia, es por eso que fue necesario enfocar el análisis en distintos instrumentos de valoración pertinentes de la asignatura.

DESARROLLO.

La  clase de matemáticas aplicada en el grupo de sexto grado se sustenta principalmente en la corriente pedagógica del constructivismo, plasmada en el plan y el programa de la educación básica (RIEB) y en autores de gran renombre como lo son Von Glaserfeld, Jean Piaget, Lev Vigotsky y  David Ausubel.

El constructivismo es una corriente de la que se basa en la teoría del conocimiento constructivista. Von Glaserfeld fue el creador del constructivismo. Postula la necesidad de entregar al alumno herramientas (generar andamiajes) que le permitan crear sus propios procedimientos para resolver una situación problemática, lo cual implica que sus ideas se modifiquen y siga aprendiendo. El constructivismo educativo propone un paradigma en donde el proceso de enseñanza se percibe y se lleva a cabo como proceso dinámico, participativo e interactivo del sujeto, de modo que el conocimiento sea una auténtica construcción operada por la persona que aprende (por el "sujeto cognoscente"). El constructivismo en pedagogía se aplica como concepto didáctico en la enseñanza orientada a la acción.

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