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El TDAH

edgari031069Tesis28 de Octubre de 2012

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Introducción

El presente documento nos permite entender y analizar el verdadero problema que existe en la actualidad en niños con problemas de TDAH.

Este trastorno da inicio en la infancia que comprende un patrón persistente de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Se considera que el trastorno está presente cuando estas conductas tienen mayor frecuencia e intensidad de lo que es habitual según la edad y el desarrollo de la persona, y tales manifestaciones interfieren de forma significativa en el rendimiento escolar o laboral, y en sus actividades cotidianas.

El TDAH representa un problema de salud pública debido a su elevada prevalencia, que se estima, según las fuentes epidemiológicas, entre un 3 y un 7% de la población.

Los niños con este trastorno tienen un mayor riesgo de fracaso escolar, problemas de comportamiento y dificultades en las relaciones socio-familiares como consecuencia de los síntomas propios del TDAH. El curso del trastorno es crónico y requiere tratamiento a largo plazo.

El TDAH es uno de los motivos más frecuentes por el que los niños son remitidos al pediatra, neuropediatra o al equipo de salud mental debido a que presentan problemas de conducta. De hecho, el TDAH es uno de los trastornos psiquiátricos (neurobiológicos) del niño y del adolescente más prevalente.

Sin embargo esto no quiere decir que estos niños no pueden estar integrados a la sociedad, al contrario son niños tan nobles y cariñosos, con saberlos guiar y saberlos tratar, no se tendría ningún problema.

Antecedentes históricos

El trastorno por déficit de atención (TDA) fue reconocido clínicamente como una entidad independiente desde finales de la primera mitad del siglo pasado. Aún cuando, sin lugar a dudas, el problema ha existido desde mucho antes, siempre se consideró como una problemática educativa, fundamentalmente familiar y como una dificultad en el desarrollo académico. Su identificación como una condición clínica ligada a la salud se originó al caracterizar a un grupo de niños que tenían dificultades para guardar una conducta pertinente en el salón de clases, que se movían constantemente y que tenían una capacidad reducida para prestar atención. Originalmente clasificados como niños con “daño cerebral mínimo” su nomenclatura cambió con el progresivo conocimiento del problema y se aplicaron diferentes denominaciones que incluyeron “disfunción cerebral”, “disfunción cerebral mínima”, “hiperquinesia”, “niño hiperactivo” y varios otros. Las cuidadosas revisiones del sistema de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) y del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM) en sus diversas versiones, permitieron que la nomenclatura se fuera corrigiendo progresivamente hasta el momento actual, en donde se acepta de manera universal el término: trastorno por déficit de atención haciendo mención de que el mismo puede acompañarse o no de hiperactividad; esta uniformidad de criterios ha permitido caracterizar de manera específica a este problema.

En la actualidad se tiene el conocimiento que de cada 100 niños en edad escolar, de 3 a 5 presentan TDAH, mientras que en la adolescencia se reportan diferencias por sexo, ya que de 100 hombres adolescentes de 1 a 6 lo presentan, y de 100 mujeres adolescentes de 1 a 2 lo presentan. Es más frecuente en los varones que en las mujeres, con diferencias que van de 3 a 5 hombres por 1 mujer.

En la infancia este trastorno se le conoce como Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), mientras que en la etapa adulta se le denomina Trastorno por Déficit de Atención del Adulto (TDA-A); Esto es porque las manifestaciones del trastorno no desaparecen, solo cambian a través del tiempo, es decir la inatención en la mayoría de los casos persiste y la hiperactividad tiende a disminuir a lo largo de la vida en la mayoría de aquellos que experimentan este trastorno, reemplazándose por una sensación de inquietud interna, la cual por razones obvias no es tan visible u objetiva.

Definición

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético.

Se trata de un trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por distracción moderada a severa, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

El Déficit de Atención con Hiperactividad está relacionado con una falta de balance en la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina.

Que esta forma de flexibilidad mental depende de un sutil equilibrio entre dos genes que regulan la concentración de dopamina en la corteza prefrontal y el núcleo estriado (controlando a las enzimas catecol-O-metiltransferasa -COMT- y ANKK1, respectivamente). Para ello se midió la actividad eléctrica cerebral de una amplia muestra de jóvenes mientras realizaban diversas tareas neuropsicológicas que producen activación en la región prefrontal. El estudio concluye que el equilibrio entre estos dos genes podría a su vez ser responsable del equilibrio entre nuestra capacidad para atender a los aspectos relevantes de un problema o situación (concentración) y a la vez suprimir los aspectos irrelevantes (distracción).

"Se distrae mucho en clase", "no atiende cuando se le habla", "es muy despistado". Muchas de estas frases son pronunciadas de manera habitual por los docentes al describir el comportamiento de algunos alumnos en clase. Pero se resumen en un único concepto: falta de atención. Esta capacidad, básica para desarrollar la mayoría de las tareas escolares, se puede reforzar y ejercitar por medio de juegos y actividades atractivas para los niños.

Los problemas de atención en edad preescolar tienen una relación directa con el fracaso académico. Ésta es una de las principales conclusiones que destaca un reciente estudio realizado por la Universidad de California Davis. La investigación, en la que han participado cerca de 700 niños durante más de 20 años, revela que el déficit o la falta de atención pueden frenar el aprendizaje. Cuando esto ocurre desde la etapa preescolar, es probable que afecte al rendimiento en ciclos educativos posteriores.

Muchos de estos niños padecen lo que se denomina déficit de atención con hiperactividad, más conocido como TDAH, un trastorno que afecta entre un 3% y un 6% de los niños en edad escolar de nuestro país, casi un niño por aula. Una vez diagnosticados, estos menores deben ser tratados por un profesional. Los padres y docentes deben intervenir en los aspectos que les recomienden los expertos.

Los niños con TDAH pueden presentar problemas en las siguientes áreas sintomáticas:

• Falta de atención: dificultad para mantener la atención, escuchar o atender; facilidad para distraerse u olvidarse de las cosas; mala organización en los estudios.

• Impulsividad: tendencia a interrumpir o a entrometerse en las conversaciones; impaciencia o dificultad para mantener el turno en la escuela o en los juegos, tendencia a meterse en problemas por actuar sin pensar

• Hiperactividad: estar constantemente en movimiento; subiendo, bajando, corriendo o hablando excesivamente.

Existen 3 subtipos de TDAH:

• Tipo combinado: Es el subtipo más común e implica síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad.

• Inatento: Relacionado principalmente con la falta de atención.

• Hiperactivo-Impulsivo: Es el menos frecuente y se asocia sobre todo a hiperactividad/impulsividad.

Manifestaciones clínicas

El TDA es un problema con características clínicas variadas que se presentan en diversos momentos de la niñez y rara vez ocurre por primera ocasión en la adolescencia. Prácticamente nunca se presenta clínicamente en la edad adulta sin que hayan existido síntomas previamente. Existe una ligera prevalencia mayor entre los varones, aunque esta selección de género no es tan marcada como se pensó con anterioridad.

Sus síntomas pueden presentarse de manera simultánea o de forma sucesiva. Su intensidad es variable y se consideran formas leves, moderadas o severas, aunque existe homogeneidad entre los síntomas pudiendo ser en cada caso un síntoma el que prevalece.

Los tres síntomas característicos del padecimiento son:

a) Una incapacidad para concentrarse por periodos suficientes de tiempo. Esto es, una dificultad para prestar atención, particularmente en materias de poco interés para el sujeto, de tal manera que pudiera ser que fuera capaz de mantenerse atento en algunas actividades, pero no en otras. Este síntoma se presenta en todas las actividades cotidianas y todo el tiempo, pero se vuelve muy significativo en los deberes escolares.

b) Una inquietud motora exagerada a la que también conocemos como hiperactividad o hiperquinesia. Básicamente, este síntoma se manifiesta como una gran dificultad en quedarse quieto, aún cuando no existen movimientos anormales. Cambiar de posición con frecuencia, mover las extremidades constantemente, caminar, trepar, brincar, tomar objetos, son algunos de los elementos que se observan regularmente en estas personas. Algunas veces la inquietud puede observarse durante el sueño pero esto no es característico, pues muchos niños

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