Herramientas De La Mente
carlis6r225 de Febrero de 2014
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Tania, de cuatro años de edad, juega “Simón dice” con sus amigos; hace diferentes
cosas sin importar si Simón las ha dicho o no. Pero cuando repite en voz alta para
sí misma lo que “Simón dice”, es capaz de acoplarse al juego y hacer la mímica
correcta en el momento adecuado.
Juan, de seis años de edad, escucha el cuento que lee el maestro; sabe que el señor
Sánchez va a pedirle a alguien del grupo que lo vuelva a contar. Se concentra lo
suficiente y hace un dibujo mientras escucha. Más tarde, este dibujo lo ayuda a recordar
el cuento.
Maura, de sexto año, es reflexiva y soluciona con seguridad los problemas. Al responder
una pregunta, piensa antes de hablar y sus contestaciones parecen deliberadas.
En problemas complejos, planea su abordaje antes de comenzar y revisa su trabajo.
¿Qué tienen en común estos tres niños? Cada uno está utilizando “herramientas
de la mente” para ayudarse a resolver problemas y a recordar. La idea de las herramientas
de la mente fue desarrollada por el psicólogo ruso Lev Vygotsky
(1896-1934) para explicar cómo adquieren los niños habilidades mentales cada vez
más avanzadas.
Las herramientas de la mente
Una herramienta es algo que nos ayuda a resolver problemas, un instrumento que facilita
la ejecución de una acción. Una palanca nos ayuda a levantar una roca demasiado
pesada como para moverla con los brazos; un serrucho nos ayuda a cortar madera
que no podríamos romper con las manos. Estas herramientas físicas amplían nuestras
habilidades y nos capacitan para hacer cosas que no podríamos hacer con nuestra sola
capacidad natural.
Así como los seres humanos hemos inventado herramientas físicas como los martillos
y los elevadores de carga, para incrementar nuestra capacidad física, también hemos
creado herramientas para ampliar nuestras habilidades mentales. Estas herramientas
ayudan a poner atención, a recordar y a pensar mejor. Por ejemplo, las herramientas de
la mente tales como las estrategias para memorizar, permiten duplicar y triplicar la cantidad
de información que podemos recordar. Pero las herramientas de la mente hacen
más que ampliar nuestras habilidades naturales: Vygotsky creía que, en realidad, transforman
la manera misma en que ponemos atención, recordamos y pensamos.
Puesto que los seguidores de Vygotsky están convencidos de que las herramientas
de la mente tienen un papel crucial en el desarrollo de la misma, han investigado
la forma en que los niños las adquieren, y consideran que el papel del maestro es
“ponerlas a disposición de los niños”. Esto suena simple, pero el proceso implica mucho
más que la sola enseñanza directa; implica capacitar al niño para que utilice las
herramientas con independencia y creatividad. Conforme los niños crecen y se desarrollan
se convierten en activos empleadores y creadores de herramientas; se hacen
diestros. Con el tiempo, podrán utilizar adecuadamente las herramientas de la mente
e inventar nuevas cuando las necesiten (Paris y Winograd, 1990). El papel del maestro
es ponerlos en el camino hacia la independencia —meta de todo educador—.
Por qué son importantes las herramientas de la mente
Cuando los niños carecen de herramientas de la mente no saben cómo aprender;
son incapaces de dirigir la mente hacia un propósito. Como veremos, los niños desarrollan
la habilidad de utilizar distintas herramientas a diferentes edades. Sus “cajas
de herramientas” no se llenan de una vez por todas sino poco a poco. Enseguida
presentamos algunos ejemplos de niños que no tienen herramientas.
Cuando la maestra pide que los niños que tengan algo amarillo en la ropa levanten
la mano, Amanda, de cuatro años de edad, mira su vestido y ve un enorme gato
café; olvida entonces todo lo relativo al color amarillo y levanta la mano.
Juana, de cinco años, sabe que para participar cuando otro niño está hablando
debe levantar la mano y esperar a que la maestra la llame. Sin embargo, parece que
no puede esperar. Si se le pregunta, puede decir la regla. De hecho, se la pasa recordándola
a los demás niños aun cuando ella siga dando abruptamente las respuestas.
Andrés, de segundo grado, trabaja en su periódico con un grupo pequeño. Se
levanta a sacarle punta al lápiz, pero al pasar por la sección de la biblioteca se detiene
a ver un libro, y enseguida otro capta su atención. A la hora de cambiar de actividad,
se da cuenta de que todavía tiene en la mano el lápiz sin punta y ya no le queda
tiempo para terminar su trabajo.
Antonio, de ocho años, resuelve un problema: hay varios pájaros en un árbol,
tres salen volando y quedan siete; ¿cuántos pájaros había en el árbol al principio? Antonio
insiste en restar tres de siete. En vez de sumar, resta a causa de la palabra “salen”;
no se autorregula ni revisa su pensamiento. Aun cuando su maestra acaba de
señalar que podría ayudarles, él no aplica la estrategia al problema.
Los niños pequeños son capaces de pensar, poner atención y recordar. El problema
es que su pensamiento, su atención y su memoria son muy reactivas; el objeto o
la actividad deben retener por sí solos su atención. Hay que observar cómo aprenden
los niños mientras ven la televisión, especialmente los comerciales. De una manera
muy simple la televisión explota la memoria, la atención y el pensamiento
reactivos; se vale del volumen y de mucho movimiento, cambia de escena en pocos
segundos y rebosa color. Este medio es utilizado para enseñar habilidades básicas en
programas como Plaza Sésamo, pero muchos maestros se quejan de que en algunos
niños ese bombardeo a los sentidos tiende a dificultarles otras formas de aprendizaje.
De hecho, muchos maestros de niños pequeños se quejan de tener que cantar,
bailar o actuar “como Abelardo” para poder enseñar. Sin la adquisición de herramientas
de la mente, este abordaje tan intenso de la atención sería la única forma en
que los niños podrían adquirir información, ya que no podrían dirigir ni enfocar por
sí solos su atención, su memoria ni sus habilidades para la solución de problemas.
Cuando los niños tienen herramientas de la mente pueden aprender por su
cuenta porque el aprendizaje se convierte en una actividad autodirigida. El maestro
deja de tener la responsabilidad de todos los aspectos del proceso de aprendizaje, las
herramientas lo liberan de esa carga y, lo que es más importante, éstas pueden aplicarse
en todo el currículo, desde lectura hasta matemáticas, actividades de manipulación
y dramatización.
Una de las virtudes del enfoque de Vygotsky es que los mecanismos para enseñar
herramientas de la mente están probados. En vez de esperar simplemente a que las he-
4 SECCIÓN I EL ENFOQUE DE VYGOTSKY
rramientas sean aprendidas y dejar que los niños se las arreglen por su cuenta, Vygotsky
muestra la forma de facilitar su adquisición. Los maestros que han aplicado estas técnicas
en Estados Unidos y Rusia informan acerca de cambios en la forma de pensar y de
aprender de los niños (Palincsar, Brown y Campione, 1993; Davydov, 1969/1991).
La falta de herramientas tiene consecuencias a largo plazo en el aprendizaje, porque
influyen en el nivel de pensamiento abstracto que puede alcanzar un niño. Para
comprender conceptos abstractos en ciencia y matemáticas, los menores deben tener
herramientas de la mente; sin ellas podrán recitar muchos hechos científicos, pero no
aplicarán lo que saben a problemas abstractos o ligeramente distintos de los presentados
en la situación original de aprendizaje. Vygotsky atribuye esta imposibilidad a la falta
de herramientas. Si bien los problemas abstractos constituyen la preocupación de
los maestros de los últimos grados de primaria, las herramientas aprendidas durante
la infancia temprana influyen directamente en las habilidades ulteriores.
El pensamiento lógico abstracto es necesario no sólo en la escuela sino en la toma
de decisiones en muchos ámbitos de la vida adulta: cómo comprar un auto, cómo
manejar las finanzas personales, por quién votar, la participación en un jurado y la
crianza de los hijos. Todo ello exige herramientas para pensar con madurez.
Historia de la teoría de Vygotsky
La vida de Vygotsky
El psicólogo ruso Lev Vygotsky vivió de 1896 a 1934; enfermó muy joven de tuberculosis
y murió a los 38 años. Produjo más de 180 artículos, libros e informes de investigación.
A lo largo de su vida triunfó sobre la adversidad pues superó obstáculos
raciales para estudiar: era judío, oriundo de Gomel. En la Rusia prerrevolucionaria
pocos judíos podían ingresar a la universidad, pero Vygotsky se ganó un lugar y fue
un estudiante excepcional. Como era psicólogo, enfrentó una intensa presión para
modificar su teoría y adaptarla al dogma político prevaleciente. No cedió a la presión,
pero varios años después de su muerte sus ideas fueron repudiadas y censuradas.
El problema de la censura política
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