Individuo Y Procesos De Individuación
luchoact3 de Abril de 2013
3.406 Palabras (14 Páginas)693 Visitas
Individuo y procesos de individuación
Luis Ramón Marino
1. La concepción de individuo en la “Modernidad Sólida” y la “Modernidad Líquida”. El planteo de Zygmunt Bauman.
Zygmunt Bauman En Vida líquida , analiza desde la perspectiva de lo líquido diversos aspectos de la vida contemporánea. Define a la primera modernidad como aquella que hizo estallar las instituciones, los valores, los pensamientos premodernos. El ataque a la tradición, el culto de lo nuevo, el resquebrajamiento de la idea de autoridad permitieron a quienes vivieron ese proceso experimentar que "todo lo sólido se desvanece en el aire", según la expresión de Karl Marx, Según Bauman, la pretensión última de los impulsores de esa primera modernidad era poner en marcha un proceso de creación de instituciones, normas, valores que fueran más sólidos aún que sus antecedentes premodernos. Es la época de la invención del individuo (que rompe el vínculo que unía al hombre premoderno con la comunidad),
Los referentes de ese individuo, los mártires premodernos eran capaces de sacrificarse por una causa, aún a riesgo de ser incomprendidos por sus propios congéneres. Los héroes modernos (versiones secularizadas de los mártires), podían inmolarse por una utopía política o por un futuro mejor para los suyos
En la actualidad seguimos siendo modernos, pero hemos perdido esa aspiración a la solidez. Hoy impera lo flexible, lo fluctuante. Es el tiempo de los fluidos. El individuo se encuentra asediado desde distintos frentes. Por un lado, vive su individualidad como una obligación de ser absolutamente diferente a los otros pero, al mismo tiempo, todos los otros tienen la misma presión que él, de modo que su anhelo de diferencia vuelve a colocarlo en el lugar de la identidad. El afán por la singularidad está hoy profundamente ligado al mercado y su lógica consumista, por lo cual, sostiene Z. Bauman, "la lucha por la singularidad se ha convertido actualmente en el principal motor tanto de la producción en masa como del consumo de masas". Ser un individuo cuesta mucho dinero. Por ello, no todos están en condiciones de pasar de ser un individuo de derecho a un individuo de hecho. El temor a no alcanzar el nivel económico que permita ejercer la libertad de consumir y el temor hacia aquellos que han quedado fuera de las posibilidades de esa libertad amenazan a quienes tienen hoy la pretensión de enarbolar su individualidad. Esto último tiene, además, consecuencias muy severas en cuanto a la vida ciudadana, ya que, afirma Bauman, "la tendencia a retirarse de los espacios públicos hacia islas de uniformidad se convierte, con el tiempo, en el mayor obstáculo a la convivencia con la diferencia" Cuanto mayor es el temor, y más grande la distancia que se impone a aquellos a los que se teme, menores son las probabilidades de que se logre comprenderlos, aceptarlos.
El perfil consumista del individuo de la modernidad líquida no concierne únicamente a su trato con los objetos. El mensaje de la sociedad de consumidores es que "todo es o podría ser una mercancía, o, si todavía no lo es, debería ser tratado como tal"
La precarización de las relaciones personales, que fluctúan al ritmo vertiginoso que el "síndrome consumista", caracterizado por la exaltación de "la rapidez, el exceso y el desperdicio", le impone. Nada es para siempre ni siquiera para un largo tiempo.
El modelo del individuo líquido lo constituyen las celebridades mediáticas, cuyo reinado -efímero, por cierto, pero permanentemente sustituible- se autoalimenta en "la abundancia de imágenes suyas y la frecuencia con la que se mencionan sus nombres en los programas de radio y televisión".
Trabajo, capital e individuo
En la visión preindustrial, la tierra era una totalidad completada por los que la cultivaban y recogían su cosecha. El nuevo orden consistió en la destrucción del campesinado y con él, el vínculo natural entre la tierra, el esfuerzo humano y la riqueza. “Ruptura de los viejos lazos locales/comunales, declaración de guerra a los modos de vida habituales y a las leyes consuetudinarias, trituración de los poderes intermediarios: la consecuencia general de todo aquello fue el delirio embriagador del “nuevo comienzo”. Este nuevo orden tenía que ser sólido, macizo y destinado a durar “. La modernidad pesada fue indudablemente la época del compromiso entre capital y trabajo fortalecido por el carácter mutuo de su dependencia .Los trabajadores dependían, para su subsistencia, de ser contratados; y el capital dependía para su reproducción y crecimiento, de contratarlos. De allí la preocupación de la política y del estado en generar el estado de bienestar para que todos estuvieran en este circuito aun los que no tenían trabajo bajo al figura del desempleado como ejercito de reservas para entrar en servicio en cualquier momento. Los horizontes temporales de esta modernidad eran “a largo plazo” sostenida por la idea de que la relación de los que venden trabajo y los que lo compraban, estaba estrechamente enlazada y lo estaría por mucho tiempo. En esa estrecha relación se constituía el individuo.
La nueva mentalidad del “a corto plazo” ha cambiado ahora esta situación. Flexibilidad es el lema del día y la frase “hasta nuevo aviso” marca la precariedad de toda situación laboral. La incertidumbre del presente es “una poderosa fuerza individualizadora” En este escenario el empleo se ha convertido en episódico, y casi todas las reglas de promociones y despidos se han abolido y la lealtad y el compromiso tiene pocas oportunidades de echar raíces. “El lugar del empleo se percibe como un lugar de acampada “ dice Z.Bauman. Y agrega “ la actual versión licuada, fluyente” dispersa, diseminada y desregulada de la modernidad no presagia el divorcio ni una ruptura definitiva en al comunicación, pero sí que augura una desconexión entre capital y trabajo”
2.- Dimensiones del proceso de individualización en las sociedades contemporáneas, Sociedades centrales y sociedades periféricas.
Giddens y Beck acuñaron el concepto de modernización reflexiva y propusieron una radical revisión de la dialéctica individuo – sociedad, acuñando el concepto de individualización que “presupone al individuo como actor, diseñador, malabarista, y director de escena de su propia biografía, identidad, redes sociales, compromisos y convicciones”. Dicho llanamente, “individualización” significa la desintegración de las certezas de la sociedad industrial y de la compulsión de encontrar y buscar nuevas certezas para uno mismo y para quienes carecen de ellas. Pero también significa nuevas interdependencias, incluso interdependencias globales. La individualización y la globalización, son de hecho, dos caras del mismo proceso de “modernización reflexiva”. En clara aproximación a Simmel y su concepción del individuo en la modernidad como esencialmente ambivalente, Beck sostiene que los individuos de la contemporaneidad son liberados de los esquemas de enlace a las estructuras de la sociedad industrial (clase, capa social, extracción, lugar de nacimiento) para ingresar a la sociedad mundial del riesgo. La construcción de la individualidad postradicional se convierte en el imperativo más poderoso de la sociedad actual, respecto del cual, además, no hay alternativas.
Este concepto teóricamente totalizante y abarcador de la modernidad reflexiva y por lo tanto también de la individualización, han sido pensados y diseñados para las sociedades del capitalismo tardío y considera como central la existencia del estado de bienestar y no es, por lo tanto posible de ajustar a las realidades de la periferia globalizada. Los modelos de construcción de la individualidad, no pueden ser idénticos en sociedades de capitalismo desarrollado y en las sociedades de la periferia. No sólo porque la estructura de las sociedades de riesgo del capitalismo periférico es notablemente diferente a la de los países desarrollados, sino también porque las formas prácticas de ejecución cotidiana de la individualidad son diversas. Por individuación podemos entender la forma históricamente específica que asume la construcción de la individualidad como principio axial de las sociedades de riesgo en el capitalismo periférico, caracterizado por la masificación y generalización de la exclusión: “tal posibilidad significa que una parte de la población queda totalmente privada de las prestaciones de los sistemas funcionales, así como que , en el ámbito de enfrente (el de la inclusión), se introducen formas no previstas de estabilización, las cuales, crean mecanismos de inclusión y exclusión para mantener este entramado”
La individuación es un concepto emparentado con el de individualización, pero no idéntico. La dinámica de las sociedades periféricas si bien genera relaciones de interdependencia y asimetría con el resto de las naciones desarrolladas en el mundo contemporáneo y globalizado, significa además relocalización y deslocalización simultáneamente. Deslocalización en la medida en que la globalización afecta singularmente desde afuera a los países de la periferia, y relocalización porque para que la globalización funcione efectivamente, debe convertir lo que proviene desde afuera, en un componente de la cultura local. Por lo tanto el capitalismo periférico no es la imagen trasera del
...