La Escuela Inteligente

Al comenzar la narración del Capítulo 1 titulado “La Escuela Inteligente” el autor hace una analogía entre la Escuela y algunas obras acogidas por la humanidad como “maravillas del mundo”; y ¿es la Escuela una maravilla? La respuesta es clara “por supuesto” ya que en ésta el hombre adquiere los conocimientos más básicos y sublimes que le ayudaran a confrontar las adversidades de la vida cotidiana.

Cabe resaltar que en la actualidad muchos alumnos ven en ella reflejado su hogar, pues pasan la mayor parte del día en ésta; y es el profesor la figura paterna o materna mas próxima a su realidad; dado que en la mayoría de los casos las necesidades económicas familiares, orillan a los padres a trabajar, por lo que carecen de convivencia con sus hijos.

Como en todo hogar, existen diversidad de opiniones, personalidades, rasgos físicos e ideológicos; la Escuela no es la excepción; por lo que surgen diversas problemáticas para poder hacer eficiente el proceso de enseñanza aprendizaje. Dichas problemáticas las podemos resumir a que el docente NO aplica sus conocimientos, y ¿cómo podemos dar solución a dicha problemática? A través de poner en práctica lo que entendemos por “Educar Bien”, esto es: la creación de Escuelas Inteligentes; las que deberán poseer un funcionamiento óptimo de la estructura y cooperación escolar (estar informada), generar energía positiva y una sinergia entre alumno y maestro (ser dinámica), e incorporar sensibilidad en el individuo ante las necesidades del otro, siendo tratados con cortesía y respeto (ser reflexiva).

Con lo anterior pudiera pensarse que queremos hacer todas las diligencias y que en ocasiones no se tiene el tiempo suficiente para realizarlas medianamente; entonces ¿qué es lo que se prefiere abarcar?

En primer término se abordará la retención del conocimiento; esto es que las enseñanzas trasciendan en el alumno, a fin de que los conocimientos sean empleados por éste cuando los necesite en el futuro.

En segundo lugar, la comprensión del conocimiento; ello se cristalizará cuando el alumno entienda el cúmulo de conocimientos impartidos en el aula, pues no sirve de mucho los conocimientos que no se entienden.

Por último el uso activo del conocimiento, que se refiere a la utilización de las enseñanzas en la vida cotidiana del alumno.

Consecuentemente requerimos un aprendizaje reflexivo en el que predomine el pensamiento y no solo la memoria; en el que los alumnos aprendan reflexionando sobre lo que aprenden. Esto que se afirma es válido incluso para la memorización, ya que se a demostrado que se aprende mejor cuando se analiza lo que se esta aprendiendo, se encuentran pautas y se relaciona lo aprendido con el conocimiento que se posee.

Por otro lado la educación adaptada a la vida fue el lema utilizado durante la época de los 40´s y materias como inglés y aritméticas se convirtieron en paradigmas de la actualidad docente; sin embargo durante 1957 al ser cuestionada la reputación de Estados Unidos de Norteamérica como potencia tecnológica, se reavivo una enseñanza centrada en el pensamiento, por lo que durante los 60´s y 70´s se puso en práctica la nueva matemática que obligo a los alumnos a estudiar fundamentos de los matemáticos; tomando en cuanta lo anterior se llego a la conclusión de que dichos programas no eran viables para la vida practica por lo que a finales de los 70´s se volvió a las materias básicas, es decir, reducir el número de materias

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