La manera natural del desarrollo del lenguaje
jmarinTrabajo8 de Mayo de 2012
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Lenguaje total: la manera
natural del desarrollo del lenguaje
*
Ken Goodman**
El siguiente enigma ha perturbado largo tiempo a padres, maestros y escolares: algunas veces
el aprendizaje del lenguaje parece ridículamente fácil y otras imposiblemente difícil. Y las veces fáciles transcurren fuera de la escuela, las difíciles en ella.
Virtualmente, todos los bebés humanos aprenden a hablar su lenguaje hogareño (el lenguaje de su hogar) extraordinariamente bien en muy corto tiempo y sin alguna enseñanza
formal. Pero cuando van a la escuela, muchos niños parecen tener dificultades, particularmente con el lenguaje escrito, aun si son enseñados por maestros diligentes que usan materiales
costosos y cuidadosamente seleccionados para ello.
Estamos comenzando a trabajar saliéndonos de esta aparente paradoja. La observación cuidadosa nos está ayudando a entender mejor qué es lo que hace que el lenguaje sea más fácil
o difícil de aprender. Muchas de las tradiciones escolares parecen actualmente obstaculizar el
desarrollo del lenguaje. En nuestro celo por hacerlo fácil, lo hemos hecho difícil. ¿Cómo? Primeramente rompiendo todo el lenguaje total (natural) en pequeños fragmentos abstractos.
Parece tan lógico pensar que los niños pequeños pueden aprender mejor las cosas pequeñas y
simples, de ahí que tomamos separadamente el lenguaje y lo transformamos en palabras,
sílabas y sonidos aislados. Desafortunadamente, también postergamos su propósito natural –la
comunicación de significados– y la transformamos en una serie de abstracciones sin relación
con las necesidades y experiencias de los niños que ansiosamente buscamos ayudar.
En sus hogares, los niños aprenden el lenguaje oral sin haberlo roto en fragmentos simples
y pequeños. Son asombrosamente buenos para aprender el lenguaje cuando lo necesitan,
para expresarse y entender a los otros mientras están rodeados de gente que usa el lenguaje
con un sentido y un propósito determinado.
Esto es lo que muchos maestros están aprendiendo nuevamente de los niños: mantener el
lenguaje total potenciando en los niños la capacidad de usarlo funcional e intencionadamente
* En Cero en conducta, año VII, núm. 29-30, enero-abril, México, Educación y Cambio, 1999, pp. 17-26.
** What’s whole in whole?, EU, Heinemann Educational Books, 1986. Traducción: Rosa María Zúñiga.146
para satisfacer sus propias necesidades. Este simple, pero fundamental descubrimiento, es
guía de algunos dramáticos y estimulantes cambios en las escuelas, tales como hacer a un
lado las lecturas básicas cuidadosamente secuenciadas, los programas de ortografía y los
paquetes de escritura; dejar que los montones de materiales preparados, los libros de trabajo
y los modelos de copiado se empolven a un lado del estante, o –mejor aún– donarlos a la
colectividad para su venta. En lugar de eso, se invita a los alumnos a usar el lenguaje, se les
incita a hablar de las cosas que necesitan para entender; se les muestra que es correcto hacer
preguntas y escuchar respuestas, y en tal caso reaccionar o hacer más preguntas. Se les
sugiere escribir sobre lo que les sucede y puedan aprender así de sus experiencias al compartirlas con los demás. Se les alienta a leer para informarse, para hacerle frente a lo impreso que
los rodea por todos lados, para gozar de una buena historia.
De esta manera, los maestros pueden trabajar con los niños en la dirección natural de su
desarrollo. El aprendizaje del lenguaje llega entonces a ser tan fácil en la escuela como fuera
de ella. Además, es más interesante, estimulante y más divertido para los niños y sus maestros. Lo que acontece en la escuela soporta y enriquece lo que sucede fuera de ella. Los
programas de lenguaje total comprenden todo junto: el lenguaje, la cultura, la comunidad, el
aprendiz y el maestro.
¿Qué hace que el lenguaje sea muy fácil o muy difícil de aprender? (véase el cuadro).
Es fácil cuando:
Es real y natural.
Es total.
Es sensato.
Es interesante.
Es importante.
Atañe al que aprende.
Es parte de un suceso real.
Tiene utilidad social.
Tiene un fin para el aprendiz.
El aprendiz elige usarlo.
Es accesible para el aprendiz.
El aprendiz tiene el poder de usarlo.
Es difícil cuando:
Es artificial.
Es fragmentado.
Es absurdo.
Es insípido y aburrido.
Es irrelevante.
Atañe a algún otro.
Está fuera de contexto.
Carece de valor social.
Carece de propósito definido.
Es impuesto por algún otro.
Es inaccesible.
El aprendiz es impotente para usarlo.
¿Qué hace que el lenguaje sea muy fácil o muy difícil de aprender?147
Estas listas muestran que un programa de lenguaje total es más placentero y divertido para
ambos: alumnos y maestros. ¿También es más efectivo? Sí, lo es. Con el lenguaje que tienen
ya aprendido, los niños traen a la escuela su tendencia natural a hacer inteligible el mundo.
Cuando la escuela fragmenta el lenguaje en pedacitos, el sentido se convierte en sin sentido, y
siempre es difícil para los niños proporcionarle sentido a lo que carece de él. Cada unidad
abstracta, cada pieza que es aprendida pronto es olvidada tan luego como a los niños se les
incrementa la fragmentación. Al final, ellos comienzan a pensar la escuela como un lugar donde nada parece tener sentido.
Es decir, porque el aprendizaje del lenguaje en el mundo real es fácil, en la escuela debería
serlo, pero frecuentemente no lo es.
¿Qué hace difícil el aprendizaje del lenguaje?
Una perspectiva de aprendizaje al revés
El movimiento de las unidades pequeñas a las grandes es un elemento de la lógica adulta: el
total está compuesto de partes, aprenda las partes y usted habrá aprendido el total. Pero la psicología del aprendizaje nos enseña que aprendemos del total a las partes.
Por esto los maestros sólo tratan con partes del lenguaje –letras, sonidos, frases, oraciones– en el contexto del lenguaje real total.
Secuencias artificiales de destrezas. Muchas de las llamadas “destrezas” fueron escogidas arbitrariamente. Cualquiera de estas investigaciones están basadas en las que fueron hechas con ratas y palomas o con niños que fueron tratados en ellas como ratas y palomas. Las ratas
no son niños, las ratas no desarrollan lenguaje ni tienen pensamientos humanos. Las secuencias artificiales de destrezas transforman a las escuelas en laberintos para niños donde éstos
tropiezan de un extremo a otro.
Un enfoque fuera de foco: lenguaje por sí mismo. Cuando el propósito de instrucción es
enseñar el lenguaje por el lenguaje mismo, o hacer que los niños discutan el lenguaje como lo
hacen los lingüistas, entonces el aprendiz es desviado de lo que él o ella están tratando de
decir o comprender a través del lenguaje.
Lecciones sin significado, irrelevantes y aburridas. Los ejercicios aburridos e irrelevantes
son particularmente penosos para los niños más pequeños, para quienes son un constante
recordatorio de la distancia existente entre su mundo y el mundo escolar. Es difícil motivar a los
niños cuando la paja que se les pide leer y escribir, escuchar y decir, no tiene relación con lo que
ellos son, con lo que ellos piensan, con lo que ellos hacen.148
¿Qué hace fácil el aprendizaje del lenguaje?
Relevancia. El lenguaje debe ser total, significativo y relevante para quien lo aprende.
Propósito. Los alumnos deben usar el lenguaje para sus propios propósitos. Fuera de la
escuela el lenguaje funciona porque lo usan cuando quieren decir o comprender algo. En el
lenguaje total del salón de clases, los alumnos y maestros deben usar su propio lenguaje en este
contexto.
Significado. El lenguaje es aprendido mejor cuando el enfoque no está en el lenguaje, sino
en los significados que comunica. Aprendemos del lenguaje al mismo tiempo que desarrollamos el lenguaje. No aprendemos a leer por leer signos, aprendemos a leer por leer lecturas,
paquetes, historias, revistas, periódicos, guías de televisión, carteleras, etcétera.
Respeto. Las escuelas deberían formar tomando como base el desarrollo del lenguaje que
los chicos han alcanzado antes de comenzar la escuela. Los programas del lenguaje total
respetan a los estudiantes: quiénes son, de dónde vienen, cómo hablan, cómo escriben y qué
experiencias han tenido antes de llegar a la escuela. De esta manera no hay niños en desventaja en lo que a la escuela concierne. Sólo hay niños que tienen antecedentes y experiencias
únicas de lenguaje, que han aprendido a aprender de sus propias experiencias y quienes
continuarán haciéndolo si las escuelas reconocen quiénes son y dónde están.
Poder. Los programas escolares deberían ser vistos como parte del proceso de fortalecer el
poder de los niños.
La escuela debe afrontar el hecho de que los niños tienden a ser alfabetos exitosos en
proporción al monto de su capacidad en el ejercicio de la lectura y escritura que poseen.
Ayudar a los alumnos a llegar a leer y escribir no les dará poder por sí mismo
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