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La psicología educacional como instrumento de análisis y de intervención: De formas y formatos


Enviado por   •  6 de Junio de 2017  •  Resúmenes  •  5.046 Palabras (21 Páginas)  •  442 Visitas

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La psicología educacional como instrumento de análisis y de intervención: De formas y formatos.

Este texto se centra principalmente en revisar algunos conceptos y miradas para poder avanzar y reflexionar sobre las formas y formatos que mejor permiten alojar la singularidad y abordar el todo que conforma cada grupo en las escuelas.

En primer lugar es importante diferenciar los conceptos de integración, inclusión y diversidad.

A principios del siglo XX surge aquel modelo que si bien planteaba una escuela para todos deja muchos alumnos por fuera del sistema, alegando el no aprendizaje de algunos. Surge entonces la repitencia como una posible solución. Comienza a segregarse al repetidor bajo supuestos de normalidad y anormalidad.

En los años 50 ve la luz el modelo integrador que procura solucionar esta problemática por medio de ayudas y apoyos en la escuela común y en los años 70 se traslada la mirada del sujeto al medio y se comienza a hablar de Necesidades Educativas Especiales como alternativas a definiciones como deficiente, etc.

Asistir a la escuela común, estar presente no implica necesariamente integración; por el contrario muchas veces cuando no se trabaja sobre los formatos de actividad y las condiciones de posibilidad se observan verdaderas prácticas de exclusión.

En relación a la igualdad, se podría decir que cualquier diferencia resulta un peligro para este proyecto de construcción colectiva. Se trata de una concepción de igualdad como sinónimo de homogeneidad. La diversidad es leída por muchos docentes como indicador de pobreza o discapacidad. La diversidad es el problema de los otros de los “otros no iguales” dando lugar a una pedagogía que no abre cuestionamientos a las políticas de normalización y exclusión de las diferencias. Ya no se trata de igualar sino de reconocer la desigualdad.

Percibir la desigualdad no implica desconocer las diferencias sino reconocer en cada uno su posibilidad. Se trata de considerar las diferencias como aquello que se inscribe entre las personas.

No se trata de negar las dificultades, se trata de no reconocerlas desde categorías a priori que poco dicen de la singularidad, y dejan a los alumnos desamparados, aceptando casi naturalmente algunos destinos de fracaso y exclusión. Este texto propone revisar las maneras de mirar,. Apartarnos de los diagnosticos clasificatorios que de la mano de un modelo hegemonico plantea como déficit todo aquello que se aparte de la norma.

En este sentido, comprender no se trata solo de evaluar las condiciones del alumno para aprender, sino de considerar las posibilidades de escolarización que ofrecemos y las condiciones de enseñanza.

Tal vez la clave este en modificar las formas de organizar la clase y los modos de enseñar en ella.

No se trata de incluir otro que trabaje de forma paralela a la actividad del aula, sin revisar los formatos de actividad de la clase, centrándose exclusivamente ene l trayecto individual que supuestamente tiene que hacer el alumno para estar incluido bajo las mismas condiciones que otros en el grupo. Sino que se trata de un conjunto de docentes y otros adultos que se suman y trabajan en conjunto organizando soportes y formatos de intervención, procurando flexibilizar formas para sostener inclusiones.

El psicólogo Educacional: estrategias de intervención en contextos escolares. Valdez; D (2001):

Necesitamos adoptar otro enfoque que suponga una ruptura del modelo médico hegemónico que está vigente aun en muchos contextos escolares: un modelo que supone tratar con un individuo portador de un problema.

La intervención sobre el “alumno problema” presupone la ilusión de un tratamiento posible con un actor que es el alumno cuya dinámica de participación en la institución le confiere su razón de ser (alumno), el desarrollo de sus actividades, etc. Fuera de su contexto no es posible comprender la lógica del funcionamiento. Es decir, sea por los llamados problemas de conducta o de aprendizaje, no pueden comprenderse los fenómenos señalados si no es en el propio seno de los dispositivos que los generan. Por lo tanto para abordar un problema se debe considerar al alumno en contexto. Una mirada que intente comprender los fenómenos que ocurren en el contexto educativo es necesaria para crear condiciones de intervención que favorezcan las prácticas de cada uno de los actores (docentes, directivos, psicólogos, alumnos).

Un piano en el puente: Arrue

En Argentina si bien la pobreza a disminuido desde la crisis del 2001, el 41 % de la población se encuentra bajo la línea de pobreza. En relación a la educación las tasas de repitencia y sobreedad siguen siendo elevadas. El 71% de los jóvenes de 15 a 24 años del país están en situación educativa en riesgo. Entonces podemos metaforizar y decir que hace falta tender puentes. Entre las familias devastadas y las escuelas desbordadas. Entre los adultos y los niños. Entre las diferentes organizaciones e instituciones de la Sociedad.

No es tarea fácil, tal vez porque a veces las orillas que se intenta comunicar parecieran hablar idiomas diferentes, tener materiales totalmente dispares que no van juntos para construir. Frente a tan difícil realidad hace falta poner un piano en el puente. Algo creativo, inesperado. Son intentos de facilitar la inclusión educativa de formas inesperadas, distintas en muchos casos a las lógicas tradicionales desde las que funciona la institución escolar.  Tal ve antes de pensar en los pianos sea bueno dar una mirada a los “puentes de siempre” que están ahí desde el surgimiento de la escuela pública y obligatoria. La escuela y la familia han elaborado dispositivos de relación que siguen en vigencia. Sin embargo, en tiempos de crisis de las instituciones modernas se pudo observar que estos dispositivos operan como formalismos.

El cuaderno de clase, la tarea escolar, el boletín, las reuniones, son cada vez menos eficaces como puentes que permitan producir un encuentro. “no trae el cuaderno” ya la cite tres veces y no viene” “no trae la tarea”. Poniéndoles un piano arriba a estos puentes (familia - escuela), ya no desde el sentido que tradicionalmente la escuela les ha atribuido sino desde otros posibles construidos con la comunidad. Cambiar los sentidos que la escuela atribuye a la tarea escolar, podría contribuir a entablar un diálogo real con estas familias, y, en ese diálogo, contribuir a la inclusión real de sus chicos/as.

Para garantizar la inclusión real según Cazden, es necesario que la escuela asuma la responsabilidad de generar condiciones en las que pueda darse ese entramado entre los conocimientos cotidianos de los chicos y aquellos que se popone enseñarles.

Rockwell propone que los chicos realizan diferentes actividades para poder aprender en las escuelas. Una de ellas denominada “Subversión”. Con este concepto se intenta escuchar los acordes que tocan los chicos en los pianos que los adultos ponemos en los puentes. Lo más interesante es lo que los chicos hacen con aquellas experiencias “transformadoras”. La melodía que tocan.

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