Las matrices de aprendizaje

MATRICES DE APRENDIZAJE. ANA QUIROGA

Las matrices de aprendizaje son las formas en las cuales está estructurado el conocimiento de cada sujeto. Que no depende solamente de propiedades del aparato perceptual, biológicas, o de lo real. Sino que las representaciones del mundo por el medio del cual se conoce la realidad es efecto de una construcción que nos enseña aprendiendo a aprender. Son huellas que se inscriben en nosotros de determinada manera.

Construimos una actitud de aprendizaje en un estilo de sensibilidad, de acción, de pensamiento, de contacto con el mundo con carácter fundante que se reedita y reproduce.

Son las modalidades con la que cada sujeto organiza y significa el universo de su experiencia, su universo de conocimiento.

Son estructuras internas, complejas y contradictorias y se sustentan en una infraestructura biológica. Están socialmente determinadas e incluyen no sólo aspectos conceptuales sino también afectivos, emocionales y esquemas de acción. Sintetizan y contienen en cada aquí y ahora nuestras potencialidades y nuestros obstáculos. Estas matrices no constituyen una cerrada sino una gestalt-gestaltung, una estructura en movimiento, susceptible de modificación salvo en los casos de extrema patología.

Se dice que están multideterminadas, porque surgen por la interacción de varios factores. En primer lugar, las relaciones sociales que operan desde las distintas instituciones, desde los medios de comunicación masiva, desde la organización familiar, laboral, las instituciones del tiempo libre, las instituciones educativas sistemáticas y no formales, las organizaciones religiosas. Los modelos de aprendizaje se constituyen en los distintos ámbitos en los que se desarrolla nuestra experiencia del aprender resultan también en la modalidad particular con que esas experiencias se inscriben en nosotros.

El aprendizaje explicito es el que se genera en cada experiencia que se objetiva y condensa en un contenido o una habilidad. Por ejemplo que los animales se reproducen en forma vivípara u ovípara. Pero la experiencia en la que se realiza ese aprendizaje es a la vez fuente de otro aprendizaje, el cual es el implícito, deja una huella y se inscribe de determinada manera, afianzando o inaugurando una modalidad de ser en el mundo y de ser el mundo para nosotros.

Aprendemos a organizar y darle significado a nuestras experiencias, a registrar estímulos, a recoger cierta información, a la vez que desechamos el carácter informativo de otros hechos y procesos que están potencialmente en nuestro campo de experiencia. Desde el comienzo de la vida se empiezan a elaborar ordenadores, organizadores de la experiencia. Nos incluimos en esa multiplicidad, en ese acontecer multiforme que

es lo real y nos orientamos en el mundo de nuestra

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