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NEUROFISIOLOGÍA DEL LENGUAJE Y RITMOS CIRCADIANOS


Enviado por   •  28 de Marzo de 2017  •  Trabajos  •  5.471 Palabras (22 Páginas)  •  255 Visitas

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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Facultad de Psicología Industrial

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                                         Neurofisiología del lenguaje y

                                      Ritmos o Ciclos circadianos

  1. Capítulo I
  1. Objetivo General
  2. Objetivo Especifico
  3. Introducción Tema I
  4. Introducción Tema II
  1. Capítulo II
  1. Desarrollo del Tema I
  2. Desarrollo del Tema II
  1. Capítulo III
  1. Conclusión Tema I
  2. Conclusión Tema II
  3.  Referencias Bibliográficas

Tema:

 Neurofisiología del lenguaje y ritmos o ciclos circadianos

Capítulo I

  1. Objetivos
  1. Objetivos Generales:
  •  Determinar los elementos de la comunicación y así entender también los componentes que permiten el lenguaje desde un punto neurológico.
  • Comprender los ritmos biológicos y la actividad de los organismos en especial los ritmos circadianos del hombre.

1.2     Objetivos Específicos:

  • Realizar una investigación en diferentes fuentes y libros, comparando también con el lenguaje en los animales y la relación que tiene con los sentidos.

  • Realizar una investigación en distintas fuentes y libros, comparando los ciclos circadianos en todas las especies y según edades.

1.3 Introducción I

El presente trabajo trata los siguientes temas: Neurofisiología del lenguaje que se define como el funcionamiento desde el punto neurológico del lenguaje, Los elementos de la comunicación: Cualquier cambio que se produzca en el ambiente, recogido por un órgano sensorial, origina una reacción. De esta manera, al darse cuenta de la conducta de otro siempre producirá cambios en el comportamiento. Cuando una persona habla, el oyente no toma el lenguaje del hablante como una pura serie de sonidos, sino como sonidos que se refieren a otra cosa. Por eso se dice que el lenguaje es referencial pues señala, indica, significa, una cosa diferente, Indicios, señales y signos: Cuando una persona habla, el oyente no toma el lenguaje del hablante como una pura serie de sonidos, sino como sonidos que se refieren a otra cosa. Por eso se dice que el lenguaje es referencial pues señala, indica, significa, una cosa diferente. Conviene distinguir los términos de indicio, señal, símbolo y signo para comprender mejor los mecanismos que están a la base de la conducta comunicativa. También se hace la comparación con la Comunicación animal: De esta manera se observa que se fijan comportamientos interactivos particulares con base en la distinta morfología de los cuerpos de los animales de una misma especie. Hembras y machos tienen formas corporales distintas. La morfología es un indicio que conduce a que se asuman conductas diferentes; sexuales para los individuos del sexo opuesto, agresivas para los del mismo sexo. Por cierto, las diferencias morfológicas llegan incluso a cambiar en los momentos en los que se va a producir la conducta reproductiva. Llamadas vocálicas como señales: Las llamadas vocálicas no se dan en todas las especies. Más que indicios son señales, pues no son parte de un mismo comportamiento sino que anuncian comportamientos de una clase muy distinta a la emisión vocálica. Dicho de otra manera, las señales vocálicas se distinguen de los indicios morfológicos y fisiológicos porque estos últimos son componentes de un todo, constituyen un elemento dentro de un complejo que puede ser una parte del cuerpo o una serie de respuestas dentro de un complejo que puede ser una parte del cuerpo o una serie de respuestas dentro de un mismo sistema. Componentes neurofisiológicos: En el lenguaje actúan, toda una serie de componentes neurofisiológicos que permiten la descodificación y elaboración del mismo. Entre los principales, a grandes rasgos, podemos destacar: - el sentido de la audición que permite escuchar lo que se nos dice. - el cerebro y la corteza cerebral que permiten por una parte decodificar lo oído y mandar órdenes a los órganos fonatorios para producir el lenguaje.

1.4 Introducción II

A la sucesión cotidiana de los días de los días y las noches (o ritmo nictemeral) corresponden los ritmos biológicos y los de la actividad de todos los organismos, sin excluir al hombre. Hoy en día se les llama ritmos circadianos porque su período puede ser un poco superior o algo inferior a las 24 h cuando los sincronizadores del ambiente (luz, humedad, temperatura, etcétera) quedan suprimidos Esta constante diferencia que se observa entre el ritmo de un organismo y el ritmo nictemeral de 24 h es, actualmente, el argumento más sólido para poder suponer que esos ritmos circadianos son adquiridos. Los ritmos biológicos se han clasificado de acuerdo con su frecuencia y su periodo. Los ciclos circadianos han sido los más estudiados y su valor de periodo les permite sincronizar a los ritmos ambientales que posean un valor de periodo entre 20 y 28 horas, como son los ciclos de luz y de temperatura. Los ritmos de muchas funciones tiene primeramente, como el sueño, períodos inferiores a las 24 h y el desarrollo de su carácter de circadianos se estableces poco a poco. Algunos parecen desarrollarse independientemente; otros, por el contrario, como el pulso, la temperatura central, la excreción urinaria, la eliminación del potasio y del sodio, se establecen casi al mismo tiempo a partir del segundo mes. Los ritmos circadianos son regulados por relojes circadianos, estructuras cuya complejidad varía según el organismo que corresponda.

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