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PRIMER PARCIAL DOMICILIARIO DE PSICOLOGÍA EDUCACIONAL.


Enviado por   •  15 de Junio de 2020  •  Exámen  •  3.622 Palabras (15 Páginas)  •  1.090 Visitas

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PRIMER PARCIAL DOMICILIARIO DE PSICOLOGÍA EDUCACIONAL.

Docente: Natalia A. Gómez.

Estudiante: Juan I. Gaspar

CONSIGNA: De acuerdo a los materiales otorgados para las unidades I y II de la Asignatura (Bibliografía obligatoria, audios, videos) desarrolle de manera única e individual los puntos que a continuación se detallan.

  1. ¿Por qué se considera que la escuela no es natural? ¿Qué particularidades tiene?

Escuela no natural.

En primer lugar, considero necesario partir de la palabra “natural” para poder comprender a qué nos referimos cuando hablamos de “desnaturalizar” la mirada sobre la escuela. Con esto se puede hacer referencia a dos cuestiones:

  • En primer lugar, la característica natural se adjudica a aquello que no ha sido intervenido o modificado por el hombre. Si regresamos a la consigna, pensar que la escuela “no es natural” sería equivalente a pensar que nada tiene de puro o inmutable.
  • En segundo lugar, cuando hablamos de que algo es “natural” lo estamos pensando como algo común, como algo que siempre fue como lo conocemos. Y es que hemos pasado tantos años por la escuela y por distintas instituciones educativas que hasta forma parte de nuestra esencia. En este sentido, si nosotros logramos “desnaturalizar” nuestra mirada acerca de la escuela estaríamos comenzando a mirarla como algo extraño, con una postura objetiva que la observa y analiza desde la vereda de enfrente.

Dicho esto, es preciso aclarar que una escuela (o todas las escuelas del mundo) no son naturales porque a lo largo de la historia han sido objeto de innumerables intervenciones, cambios, rupturas y continuidades que la han convertido en un fenómeno con características históricas y sociales. Varias veces hemos escuchado o leído la frase “la escuela es una construcción histórica y social”, justamente es la expresión que debemos comenzar a familiarizar.

Desnaturalizar nuestra mirada sobre la institución escolar requiere que abandonemos esa mirada que nos hace pensar que siempre ha habido escuelas y que siempre han sido de la misma manera. Tenemos la imagen incorporada en nuestro pensamiento desde que éramos niños y comenzamos la escolaridad primaria, y hemos sabido internalizar cada una de las formas y discursos que giran alrededor de la misma. Por ejemplo, hemos naturalizado la distribución de los espacios físicos en las instituciones escolares, en este sentido es válido preguntarnos, ¿Es natural que haya puertas vidriadas en nuestro instituto, y en las escuelas? ¿Por qué el docente cuenta con un escritorio más grande y confortable que el nuestro? ¿Por qué existen baños para mujeres y baños para varones? ¿Siempre hubo recreos? ¿Siempre hubo sillas para sentarse? Son algunas de las tantas preguntas que deberíamos hacernos para ejercitar la desnaturalización del dispositivo escolar.

En mi paso por el profesorado de nivel primario en este mismo I.F.D.C.  he tenido la posibilidad de conocer los aportes de diversos autores que abrieron mi mente para pensar a la escuela como una construcción social e histórica, que nace como proyecto político para acompañar al país que se estaba formando o consolidando. Baquero (1996) enriquece ésta mirada ofreciendo un análisis sobre la infancia, y añade que junto con el nacimiento de la escuela moderna también cambia la concepción sobre los infantes. A los niños se los comienza a concebir como seres carentes de conocimientos y amor, y que por lo tanto necesitan de la protección y del cuidado de los adultos. A partir de ese momento la escolarización es vista como un complemento al desarrollo social de los niños.

Según Baquero (1996) el proyecto escolar es un “proyecto atribuido a los niños pero impuesto a ellos por la cultura adulta” (s/d). Con esto el autor señala que los niños no son naturalmente estudiantes. Su naturaleza no dicta que tengan que escolarizarse, más bien la escuela o la construcción del dispositivo escolar ha sido creado para contribuir al proceso de nacionalización del Estado que comentaba anteriormente (unificar la cultura de todos los niños y niñas del país, en nuestro país identificamos ese momento de la historia como el proyecto homogeneizador o nacionalizador).  El proyecto escolar visto como proyecto social y político (obligatorio y masivo) refiere también a que el dispositivo escolar produce formas particulares de desarrollo infantil, formas que no existirían si los niños no se escolarizaran. “El proyecto escolar involucra decisiones sobre la vida de los sujetos, sobre los márgenes de acción, sobre la manera en que forjaremos su identidad”. (Baquero, 1996, p. s/d)

Particularidades de la escuela.

Los autores Baquero (1996) y Trilla (1985) comparten con nosotros una serie de características que podrían identificarse en todas las escuelas del mundo. Si bien sabemos que cada escuela tiene su idiosincrasia, los autores mencionan que estos “determinantes duros” (según la denominación conceptual de Baquero) no se negocian, es decir, son iguales para todas las instituciones escolares de todos los tiempos y territorios.

Según Baquero, los determinantes duros o características comunes a todas las escuelas son:

  • Organización gradual: organización de grupos de alumnos según niveles o grados, que responden a criterios específicos de organización. Por ejemplo, la existencia de primer grado, segundo grado, etc. según la edad de los estudiantes.
  •  Simultaneidad: se enseña de manera simultánea a una cantidad determinada de alumnos. Por ejemplo, en las escuelas urbanas del Valle Medio el promedio de alumnos por aula es de veintidós o veintitrés estudiantes.
  • Obligatoriedad: ir a la escuela no es opción para nadie. Ir a la escuela es obligatorio y a su vez un derecho de todos los niños y niñas.
  • Organización espacio-temporal: las escuelas son edificios que se ubican en un lugar geográfico determinado. A su vez, las escuelas organizan cuestiones que tienen que ver con la temporalidad. Por ejemplo, la época del ciclo lectivo, la división del ciclo en bimestres, cuatrimestres, etc., la cantidad de horas de asistencia obligatoria, etc.
  •  Aprendizaje descontextualizado: los conocimientos que imparte la escuela no fueron construidos en ese lugar ni es la escuela el espacio de aplicación de los mismos.

Las características que acabo de explicar, se complementan con los aportes de Trilla (1985) quien hace referencia a las siguientes características:

  • Realidad colectiva: la escuela es el lugar que permite enseñar a muchos niños a la vez. El hecho de designar un único docente a un grupo de veinte a treinta alumnos, se relaciona con la simultaneidad: una característica de la enseñanza que nace a partir de la metodología moderna de Comenio en el siglo XVIII. El autor hace referencia a que no es económico el modelo de enseñanza preceptoral o domiciliaria (como sucedía con los príncipes a finales del siglo XV), sino que esta metodología moderna pretende colectivizar la situación de aprendizaje, logrando una enseñanza universal e igualitaria para todos. Aunque esto no quiere decir de ninguna manera que todos los niños aprendan en el mismo tiempo y de la misma manera: no se puede obtener logros homogéneos sobre grupos que por lo general son heterogéneos: bases cognitivas distintas, culturas diferentes, etc.
  • Determinación del tiempo: las escuelas otorgan un tratamiento al tiempo que hacen que todo su personal docente o no docente no puedan decidir al libre albedrío en qué horario asistir u otras cuestiones relacionadas con la temporalidad. La mayoría de estas cuestiones son definidas por el gobierno educativo de turno: por ejemplo, se definen cuestiones relacionadas con la gradualidad, los ritmos de enseñanza, horarios, y épocas del ciclo lectivo, como así también divisiones temporales del mismo (períodos bimestrales, cuatrimestrales, etc.). Asimismo, se proyecta el alcance de ciertos logros de estudio en determinados tiempos y una cantidad determinada de recursos.
  • Determinación del espacio: una escuela es un edificio (una construcción edilicia) que se ubica en un determinado territorio de una región geográfica determinada. Es en ese lugar delimitado donde tiene el lugar el proceso de enseñanza y aprendizaje escolarizado. Según Trilla (1985) “todas las pedagogías escolares crean un espacio funcional al cometido que pretenden” (p. 23).
  • Rol docente y discente: los roles de los docentes y de los discentes (o alumnos) si bien son inseparables y se “definen mutuamente” (Trilla, 1985, p. 26), son roles bien diferenciados. Si bien sabemos que un docente también puede aprender de los alumnos, se encuentra bien delimitado quien tiene la tarea de enseñar y quién la tarea de aprender.
  • Predeterminación y sistematización de los contenidos: en este punto me parece interesante relacionar los aportes de Trilla (1985) con lo aprendido en otros espacios de formación. En nuestro país las escuelas tienen un marco legal que orienta su práctica pedagógica que no es más ni menos que el Diseño Curricular. Si bien se define un DC y política educativa a nivel nacional, cada provincia cuenta con cierta autonomía para realizar las adecuaciones correspondientes según la realidad o contexto social de su territorio. Del mismo modo, las escuelas definen en su Proyecto Educativo Institucional o PEI qué es lo que pretende enseñar, como lo sistematizará, secuenciará, entre otras decisiones institucionales (como por ejemplo cómo será la relación con la comunidad, qué proyectos les gustaría elaborar, etc.) Para elaborar la currícola escolar es raro que se tengan en cuenta los intereses y perspectivas del alumno: se crea antes del inicio del ciclo lectivo.
  • Forma de aprendizaje descontextualizado: la escuela no es el lugar donde se producen los saberes o conocimientos, sino que en ella se realizan ciertas adaptaciones o contextualizaciones desde el currículum para que esos contenidos puedan ser enseñados a los alumnos. “La escuela genera, pues, un aprendizaje descontextualizado; transmite un saber desconectado del ámbito donde éste se produce y se aplica. La escuela no crea conocimientos ni es el lugar para su aplicación” (Trilla, 1985, p. 32)

Según los autores, las características antes mencionadas (las cuales son comunes a todas las escuelas) influyen o modifican nuestras estructuras mentales. A partir de nuestro paso por la escuela nos transformamos en sujetos colectivos o seres sociales que no seríamos si no hubiéramos transitado por esos espacios escolarizados.

  1. ¿Cuál es, según Baquero, la unidad de análisis pertinente para estudiar el proceso de enseñanza/aprendizaje escolar? ¿Por qué?

Durante gran parte de la historia de la escuela, el fracaso escolar se adjudicaba únicamente a los estudiantes. Es decir que, si un alumno no aprendía o desaprobaba los exámenes o tareas, se lo concebía como el único culpable o responsable por lo sucedido. Tenía que ver con un “enfoque diádico: la relación maestro/alumno, la díada docente/discente, son versiones de esta mirada que identifica dos sujetos con posiciones diferenciadas” (Baquero, 1996, p. s/d)

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