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Presentación del caso clínico


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  Ensayos  •  988 Palabras (4 Páginas)  •  638 Visitas

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Presentación del caso clínico

Se trata de una niña que llamaremos Rosa, de 5 años diagnosticada de Trastorno Mixto del Lenguaje Receptivo Expresivo por el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica Específico de Alteraciones Graves del Desarrollo.

Atribuyen el trastorno a haber presentado otitis frecuentes a los dos años que le causaron una sordera que le impidió el aprendizaje del lenguaje. La demanda de derivación a Salud Mental la realiza la profesora, debido a que la niña, a pesar de recibir desde los 3 años el tratamiento de fonoaudiología y apoyo pedagógico indicado por dicho equipo, presenta conductas destructivas en el medio escolar (definidas como rabietas) y conductas de aislamiento social que hacen imposible su aprendizaje y que dificultan el de los demás niños de su clase.

Exploración clínica

Durante la entrevista de evaluación, la paciente Rosa está muy inquieta, como metida en su mundo. Tiene un lenguaje ininteligible (emite sonidos, gritos...). La madre, María, nos dice que cuando juega repite las películas y que si habla por los personajes habla bien. Presenta mirada periférica y no establece contacto visual con la terapeuta. Se observan estereotipias motoras. Según refiere la madre, no se relaciona con personas que no sean de su familia, e incluso con sus familiares directos sólo lo hace en ocasiones, permaneciendo la mayor parte del tiempo aislada. La madre dice a propósito de esto: “cuando le hablas no te hace caso, por eso pensábamos que era sorda”.

Historia de la enfermedad y desarrollo evolutivo

Embarazo complicado por diabetes gestacional. Parto eutócico. Exploración al nacer normal. Caminó a los 15 meses.

Control de esfínteres a los tres años. La madre refiere que tuvo un desarrollo evolutivo adecuado hasta los dos años en que comenzó a tener otitis frecuentes, y a raíz de esto dificultades en el lenguaje. Pero posteriormente dice que comenzó pronto a decir alguna palabra, pero al año se paró y pedía las cosas por señas. A pesar de atribuir el problema a una enfermedad física, en otro momento la madre nos dice que tuvo a su hija descuidada ya que su otra hija tenía molestias frecuentes de estómago (que precisaron tratamiento hospitalario) y tuvo que dedicarle más tiempo. Además en ese momento se encontraba deprimida anímicamente por razones personales.

Posteriormente culpa al colegio y a la profesora de lo que le sucede a su hija, “porque desde que empezó a ir al colegio está peor”, “a veces se pone horrible, yo en casa procuro que cumpla las cosas pero en el colegio la tienen como retrasada”.

Tras la primera entrevista, la madre comentó a la profesora que la terapeuta pensaba que su hija era más sensible que los demás niños por las otitis que había padecido.

Historia familiar materna

Esta historia fue relatada por la madre por primera vez, nueve meses después de comenzar el tratamiento de la hija.

Pese a que se realizó algún intento, no pudo conseguirse antes debido a la actitud de defensa que mostraba la madre ante cualquier pregunta que hacíamos respecto a la familia. Esta actitud nos hizo esperar un momento más adecuado para obtener más información. Nueve meses más tarde, una vez ganada su confianza en el tratamiento de su hija, se le propuso que comenzara un tratamiento ella misma que le ayudara a enfrentarse a los problemas emocionales que le causaba la enfermedad de su hija. Aceptó, y entonces relató esta historia de su familia a su propia terapeuta.

Nunca ha hablado de esto con las terapeutas de la hija. María, la madre de Rosa, fue criada por su tía paterna y el marido de ésta (que no podían tener hijos), como si fuera su hija, sin que ella supiera la verdad (ver genograma).

Los padres biológicos de María tomaron esta decisión cuando ella tenía 2 años, porque no podían cuidarla ya que nació con un problema de raquitismo y de anemia y requería tratamientos especiales que no podían pagar. Además tenían otros dos hijos, una niña recién nacida y un niño de 3 años. Un par de veces al mes le llevaban a verlos. Supo quiénes eran sus verdaderos padres a los 8 años, aunque ya lo sospechaba antes por ver apellidos diferentes en el buzón. Le cambiaron sus apellidos por los de los “padres adoptivos” a los 18 años, ya que antes sus verdaderos padres no lo permitieron. El “padre adoptivo” le ha dicho en alguna ocasión que en realidad es hija suya y de la verdadera madre de ella. La “madre adoptiva” no le perdonó que lo comentara a sus amigas, le pegaba sin que se enterase el “padre adoptivo”.

Cuando María empezó a salir con su actual marido, “los padres adoptivos” le llamaban a él para insultarlo, a ella le decían que salía con ese hombre porque no los quería a ellos al no ser sus verdaderos padres. Intentó irse a casa de sus suegros, pero le decían que estaba loca y que era una mala hija.

Nunca aceptaron que se casara, les quisieron separar desde el principio, “a él le ven como a un intruso”. (Esta historia se repite con la madre biológica, que tampoco aceptó el matrimonio del hijo, “no se casó con quien ellos querían”).

A su hija mayor, la hermana de Rosa, “los padres adoptivos” le decían que era hija suya, en vez de nieta, y le compraban cosas para que creyera que ellos le querían más. Cuando se quedó embarazada de la paciente le preguntaron qué porqué se había quedado en estado si ellos ya no querían más hijos.

María, la madre de Rosa, dice que nunca le han hecho caso a la paciente (Rosa) y que ahora lo hacen para dar celos a la mayor, que últimamente se está empezando a distanciarse de ellos.

María refiere que nunca se ha podido enfrentar a estos “padres”, le hacen sentirse culpable si intenta algún tipo de separación.

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