Psicopatología de la vida cotidiana

Alejandra Ivett Nuñez Hernandez

Psicología 2do. Cuatrimestre.

Opinión de lectura: Psicopatología de la vida cotidiana; S. Freud.

PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA.

Para comenzar con esta opinión acerca de lo que he leído (escuchado) sobre el libro que lleva por título el mismo nombre de este trabajo – que más que un libro es un compendio de artículos escritos y casos que tuvo el Psicoanalista Sigmund Freud (incluyendo experiencias propias) – debo de ser muy sincera; he intentado durante 4 días escribir algo coherente sobre la Psicopatología de la vida cotidiana, pero me ha resultado bastante difícil así que de antemano me disculpo si la presente opinión no es elocuente, objetiva e incluso si se considera como un texto aburrido y repetitivo.

Cuando comencé a leer libro francamente no sabía por donde empezar, no creí posible leer un libro en solamente 5 días para luego hacer una opinión sobre el mismo teniendo en consideración que solamente cuento con tiempo nocturno para realizar estas actividades debido a mis labores diarias.

Opté entonces por buscar el audiolibro, de esa manera me sería más sencillo digerir el contenido mientras pasaba las horas en mi oficina, fueron un total de casi 11 horas escuchando la Psicopatología de la vida cotidiana.

Ni bien pasados 5 minutos de estar escuchando, algo llamó mi atención, y es que desde el mismo comienzo de la obra el autor explicaba una experiencia propia: el olvido de los nombres propios. Fui escuchando la asociación que hizo sobre el nombre “Dora” y una pregunta se instaló en mi mente repetidamente: ¿Por qué tanta insistencia en asociar con algo complejo algo tan sencillo como olvidar un nombre?

Jamás había prestado atención a algo tan sencillo y ciertamente cotidiano, simplemente son cosas que la mayoría de las personas dejamos pasar, claro, a menos de que seas un estudiante de psicología.

Para mi no representa en todas y cada una de las ocasiones (para Freud sí) que este acto fallido como lo es el olvido de un nombre o sustitución por otro sea consecuencia de una represión o que signifique asociación precisamente con un episodio desagradable en la historia de nuestras vidas.

Considero, por lo que también he experimentado, que, en la mayoría de las veces, el olvido de un nombre se relaciona únicamente con un fallo momentáneo de la memoria. En muchas ocasiones he olvidado nombres de personas que realmente han representado una experiencia grata en mi vida, aunque para los psicoanalistas freudianos estoy muy segura de que representaría una represión porque ese nombre me causa displacer, cosa con la que totalmente estaría en desacuerdo.

Continué escuchando el audio hasta llegar al siguiente acto fallido, la sustitución de palabras, equivocaciones en la pronunciación, en este punto se enfoca en las palabras extranjeras, de igual manera que en el acto anterior, Freud supone (y digo supone porque hasta la fecha no ha sido comprobado) que estas equivocaciones inintencionadas obedecen a deseos internos, deseos de lo inconsciente, dejando de manifiesto que ninguna equivocación realmente es equivocación, sino que de alguna manera lo inconsciente logra romper la barrera de la represión y sale al exterior.

Freud aseguraba que “nuestra torpeza no es más que el manto bajo el cual se disimulan nuestras intenciones secretas”. Siguiendo esta línea entonces vino a mi mente un pensamiento que me causo bastante gracia: si al estar hablando sustituyo la palabra “comida” con “bebida” entonces mi intensión secreta, obscura y reprimida no es la de ingerir alimento sino la de beber algún líquido, quisiera saber si ese pensamiento que llegó a mi mente corresponde a algún hecho realmente significativo a mi parte inconsciente, por cierto, sí, ese pensamiento fue solamente una ironía, que como dije anteriormente, me causo gracia por la trivialidad del planteamiento.

Seguí escuchando el audio, con cada uno de sus capítulos y ciertamente en mi se iba generando cada vez más una sensación de descontento, inclusive debo de decir que, de enfado y enojo, no digo que en todos los casos, pero sí en la mayoría me resultaba cómico como de alguna forma Freud intentaba darle sentido a cada uno de los actos fallidos con la misma – y muy a mi gusto aferrada explicación – de que prácticamente (o en su mayoría) todo tiene que ver con la represión y los deseos internos.

No había uno solo de sus capítulos que no me hicieran llegar siempre a la misma conclusión: entonces absolutamente todo tiene que ver con lo inconsciente, desde la pérdida de un objeto - que para Freud era una pérdida deliberada inconsciente – hasta la simple pronunciación de un número cualquiera – que nuevamente, se plantea que ni siquiera un número es dicho al azar, sino que representa un conflicto en la psique.

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