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Walden II


Enviado por   •  28 de Julio de 2014  •  3.301 Palabras (14 Páginas)  •  418 Visitas

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ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO DE LOCKE.

En los años de confusión política, Locke continuó trabajando en su ensayo sobre el entendimiento humano. Su trabajo, marco el inicio formal del empirismo británico. Locke se dio cuenta de que antes de intentar resolver cualquier diferencia, se debían descubrir las características del conocimiento y del entendimiento humano, y se debían establecer los criterios que permitieran que el conocimiento cierto y el incierto fueran separados. En 1690, a la edad de 57 años publicó la primera edición de Ensayo sobre el entendimiento humano. El sistema de Locke, al igual que el de Newton, es atomista y reduccionista. Para él, los elementos básicos de la mente son las ideas, las cuales provienen de una sola fuente, la experiencia. Contrario a Descartes, él rechazaba la noción de las ideas innatas. En nuestra experiencia existen, de acuerdo con Locke, dos surtidores de ideas: las sensaciones, provenientes del contacto con objetos externos "sensibles", y la reflexión, una operación interna de la mente. Estas dos fuentes de conocimiento nos dan información sobre el mundo externo (sensaciones) y conocimiento de las operaciones de nuestra propia mente. Para Locke, la sensación y la reflexión son las únicas fuentes de ideas de la mente. Toda idea en la mente fue alguna vez una sensación o una reflexión.

El sucesor inmediato de Locke en el empirismo británico fue George Berkeley.

George Berkeley (1685-1753).

Berkeley era un escritor formidable y contundente. Publicó sus tres trabajos más im-

portantes en un periodo de cuatro años: Ensayo hacia una nueva teoría de la visión en 1709,

Tratado sobre los principios del conocimiento humano en 1710, y Tres diálogos entre Hylas y Filanio en 1713. En El Tratado, Berkeley presentaba una extensión radical de la filosofía de Locke que se conoce como idealismo subjetivo o inmaterialismo. En acuerdo con Locke, argumentaba que todo el conocimiento del mundo externo proviene de una sola fuente: la experiencia; pero Berkeley avanzó un paso más y afirmó que la existencia del mundo externo depende por completo de la percepción. La materia, de acuerdo con Berkeley no existe en sí ni en sí misma; existe porque es percibida. Cuando se publicó el Tratado en Dublín (1709) y en Londres (1711), Berkeley fue acusado de insensatez, de solipsismo (la postura filosófica de que sólo se puede probar que existe el yo), y de haber perpetrado un reductio ad absurdum, Gottfried Wilhelm von Leibniz lo acusó de buscar notoriedad con sus paradojas, mientras que el filósofo estadounidense Samuel Johnson refutó la afirmación de Berkeley de que la materia no existe.

La teoría que Berkeley perfiló en el Ensayo hacia una nueva teoría de la visión es un argumento destacado en el debate clásico entre el nativismo y el empirismo. La preocupación de Berkeley en el ensayo fue la percepción visual, de forma especial el problema de la consideración de la percepción de profundidad. Dado que nosotros obviamente percibimos la profundidad, ¿cómo lo hacemos? La respuesta de Berkeley fue que mediante la experiencia aprendemos a utilizar ciertas indicaciones de profundidad. Él describió un gran número de esas indicaciones: interposición, juzgamos que los objetos que esconden parcial o completamente a otros están más cerca; tamaño relativo: juzgamos que los objetos más grandes están más cerca; claroscuro: las gradaciones de luz y sombra con frecuencia son utilizadas por los artistas para sugerir profundidad en sus pinturas; y finalmente, movimiento de los ojos conforme los objetos se acercan o se alejan de nosotros.

Si Berkeley hubiera realizado pruebas experimentales de su teoría de la visión, como los psicólogos contemporáneos lo hacen, hubiera encontrado apoyo empírico para su teoría y también hubiera sido el primer psicólogo experimental, pero dirigió su interés hacia otras preocupaciones. En 1720 se involucró en la fundación de una universidad, en donde su objetivo era "convertir a los americanos salvajes al cristianismo mediante el establecimiento de una universidad en las Islas Summer, conocidas tambien como Islas de Bermuda, pero Su proyecto visionario falló.

El trabajo más exitoso de Berkeley fue un libro publicado en 1744 sobre agua alquitranada y varios temas filosóficos que aportaban pruebas de la existencia de Dios. Siris, como se llamó el libro, describía cómo la exudación resinosa del pino y de los abetos podía curar una amplia variedad de afecciones corporales. Al utilizarla para tratar sus propios malestares Berkeley se convenció de que era benéfica. A diferencia de muchas de sus otras publicaciones, este libro fue ampliamente leído y alcanzó las seis ediciones.

Nativistas contestatarios del siglo XVII.

Las voces de Locke y Berkeley tuvieron gran influencia en la filosofía de los siglos XVII y XVIII, pero ellos tuvieron críticos y oponentes. Uno de esos hombres fue Gottfried Wilhelm von Leibniz.

Gottfried Wilhelm Von Leibniz (1646-1716).

Leibniz fue contemporáneo de Locke, Leibniz, conocido por sus escritos políticos, fue también un matemático líder de Alemania, renombrado por haber inventado el cálculo en forma paralela a Newton.

Leibniz consideraba el Ensayo sobre el entendimiento humano uno de los trabajos más bellos y valiosos del periodo, pero también creía que las consideraciones de Locke sobre la mente humana estaban equivocadas. Leibniz se negaba a aceptar las consideraciones empiristas de Locke sobre los contenidos de la mente, admitió que los humanos pueden actuar de acuerdo con los resultados de la experiencia, o sea, de forma empírica, en tres cuartas partes de sus actos, pero no en todos. De acuerdo con Leibniz, el intelecto hace posible la razón y la ciencia; nos provee del conocimiento sobre nosotros mismos y sobre Dios, y es la esencia del espíritu humano. Un psicólogo contemporáneo, Robert Ornstein, al escribir acerca de la evolución de la conciencia, capta de manera brillante la esencia de las dudas de Leibniz respecto a las consideraciones de la tabula rasa acerca de la mente humana.

En su libro La monadología, Leibniz describió un sistema de mónadas, un número infinito de elementos componentes de todo ser y de toda actividad. Las mónadas son indestructibles, no se pueden crear y son inmutables. Las mónadas mentales tienen diferentes niveles de actividad, por tanto, existe un continuo de consciencia e inconsciencia desde eventos mentales que son totalmente conscientes,

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