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La Escuela Y La Computadora


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  2.481 Palabras (10 Páginas)  •  127 Visitas

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INNOVACIONES TECNOLÓGICAS, SOCIEDAD Y ESCUELA

LAS INNOVACIONES TECNOLÓGICAS Y EL MUNDO DEL TRABAJO

Los últimos años de este siglo están enmarcados en una continua producción de saberes en los países “de primer mundo” que gracias a la así llamada transnacionalización de la economía, es difundida a las demás naciones. Sin embargo, esta impresionante reproducción de conocimiento en forma de innovaciones tecnológicas, no impactaron ni se distribuyeron de manera homogénea en el conjunto de los trabajadores.

Luego de los ’70, y por la expansión de las tecnologías basadas en la microelectrónica, se inician y expanden profundos cambios productivos en la sociedad. Las nuevas tecnologías- en general con bajos costos, ofertan casi ilimitada y potencialidad universal de usos- pasan a construirse en núcleo generador de cambios masivos en el comportamiento de los agentes económicos.

Este fenómeno comprometido fuertemente, y en múltiples aspectos, la organización y la calidad del trabajo de las unidades económicas. Se advierten cambios en la seguridad, en los tiempos y en la mano de obra requerida y un incremento de responsabilidades sobre la producción por parte de los asalariados.

Actualmente, la introducción en la oficina de procesadores de palabras, módems y otros equipos automáticos de procesamiento y transmisión de información, requiere de un reentrenamiento masivo del personal y de la redefinición del espacio y de las funciones. La automatización que se incorpora en los procesos productivos modifican sustancialmente los requisitos para el desempeño laboral. La elevación del nivel de complejidad de las actividades genera la creación de nuevos o distintos puestos de trabajo. Estos requieren mayor capacitación para realizar operaciones con un nuevo tipo de tecnologías sofisticadas, y tiende a disminuir los puestos que tradicionalmente se cualificaban con la experiencia laboral.

La ola de innovación tecnológica conlleva a un fenómeno característico que podríamos llamar de “obsolescencia tecnológica permanente”. Consiste en la aparición casi continua y muchas veces inclusive a un precio menor de nuevas versiones de hardware y software superadoras de las potencialidades de las anteriores, que rápidamente pasan a ser viejas u obsoletas.

LA «SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO» Y LAS POSIBILIDADES DE LA ESCUELA

Del análisis de los diferentes textos referidos en este punto, surgen paralelismos que se pueden trazar tanto en nivel oficial – entre la letra de los proyectos y leyes de nuestro país con los que enmarcaron la incorporación de las computadoras en la mayoría de los países desarrollados- , como con las propuestas sugeridas en el marco de la educación privada.

En todos los caso aparecen claramente la fascinación tecnológica y la confianza de que la sola provisión de computadoras motivara a los alumnos, los acercara “al futuro”, hará una educación de mejor calidad, y acercara a la escuela a las demandas del Mundo del Trabajo.

Si bien, como vimos en los primeros puntos de este capítulo, las esperanzas de grandes cambios precedieron o acompañaron a distintos recursos anteriores a la computadora en su ingreso a la escuela, la presencia que esta nueva tecnología tiene y probablemente tendrá en los distintos espacios de la vida cotidiana acentúa este sesgo mítico.

Estas expectativas son compartidas por los distintos actores escolares y, mas allá de la ingenuidad de algunos, que pretenden la mayor parte de los presupuestos se agote en la compra de computadoras, tienen un beneficiario primario tan definido como poderoso; el mercado de productos informáticos.

La resultante escasa disponibilidad de recursos para facilitar el ingreso del nuevo recurso en la institución implica de hecho la prácticamente nula participación docente en este proceso.

En este contexto, las capacitaciones son visualizadas como instancias necesarias y acotadas para, como vimos, “concientizar” y “adaptar” a os maestros a la nueva realidad y “proteger” la inversión realizada.

LOS DOCENTES FRENTE A LA COMPUTADORA

Según tratamos en el capitulo anterior, los docentes sostienen que, en las puertas del siglo XXI, la presencia de la computadora en la escuela forma ya parte del sentido común y tiene efectos concretos fundamentalmente en relación con la entrada de los alumnos al mundo del trabajo.

Veremos como, por un lado, se sienten presionados para utilizar las computadoras por el «sentido común» y, específicamente, por las autoridades escolares, por los colegas especializados en informática y por sus propios alumnos; y, por el otro lado, no encuentran un contexto institucional que les facilite real y concretamente el uso del nuevo instrumento (por ejemplo, por las rigideces en los horarios y las planificaciones; o por la falta de reconocimiento a los tiempos que tanto la capacitación como la implementación requieren).

DOCENTES: ¿SOLO ESPECTADORES PASIVOS?

Los docentes remarcan el hecho de que la iniciativa de esta incorporación vino desde los dueños de los colegios, del estado o desde las cooperadoras, no desde los equipos directivos y menos desde ellos mismos.

Como ocurrió con muchos directores, los docentes nunca fueron consultados sobre el ingreso de la computadora a la escuela, ni sobre las estrategias para incorporarla. Las encontraron ya instaladas, en salones especialmente acondicionados y con nuevos compañeros de trabajo, los docentes de computación que tenían escasa o nula formación docente.

Otras veces se enteraron de la «buena nueva» (o sea, de la llegada de las computadoras a la escuela) porque las vieron todavía embaladas en el hall de entrada o porque prestaron atención a alguna reforma edilicia que se realizaba para adecuar el «aula de informática».

Esta situación les pareció natural, o por lo menos no les molesto, porque, según ellos no se sentían experto en el tema. La aparente pasividad, o por lo menos prescindencia, parecía surgir, en principio de una auto-descalificación para opinar.

- Será (que no me consultaron) porque yo no sabía computación...

- Nunca fui consultado, pero no me siento excluido porque no es mi metier.

Sin embargo, este «no saber» resultaba tan relevante como problemático:

- Quedarte afuera es como quedarte afuera de la historia. Es como si hace cuarenta años no hubiese s incorporado la máquina de escribir.

- Es

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