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PROYECTO INTERNACIONAL DE DESARROLLO CIVICO RURAL Y COOPERATIVO


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  8.615 Palabras (35 Páginas)  •  425 Visitas

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PROYECTO INTERNACIONAL DE DESARROLLO

CIVICO RURAL Y COOPERATIVO

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DIAGNOSTICO Y DESARROLLO:

El desarrollo de las comunidades rurales a partir de sus propias potencialidades y actores

Diosmel Rodríguez, Houston, T X Noviembre-2008

Introducción:

El desarrollo social Rural ha sido tratado desde diferentes perspectivas y estudiado por disimiles de académicos e intelectuales. Incluso se ha enfocado como una necesidad o condición política e ideológica. Sin embargo, lo menos tratado ha sido la potencialidad el individuo. Su en conjunción con el medio que lo rodea, en una sumatoria de recursos y posibilidades.

El Ingeniero Agrónomo y extensionista brasileño, Polan Lacki, junto a Jorge Gaitán Arciniegas han hecho un minucioso estudio de las principales causas que afectan directamente al pequeño productor agrícola latinoamericano. Poniendo énfasis en las potencialidades internas del productor agrícola, como prioridad ante las llamadas causas externas, aunque reconocen las incidencias de las mismas en el desempeño de los pequeños agricultores. Y aunque en los trabajos de referencia no se hace una definición exacta de los pequeños productores agrícolas o pequeños agricultores, es preciso aclarar que estos se definen como “pequeños” por su bajo volumen de producción y no por la extensión de sus tierras o instalaciones.

El desarrollo Integral Rural, es la única estrategia que puede llevar un desarrollo armónico a la sociedad civil rural, donde se involucren, interactúen y se complementen todos los factores necesarios para lograr tales propósitos, donde al individuo no solo se les dé el pescado o se les enseñe a pescar, sino que con objetividad se les ponga a pescar, por su propia voluntad, como única alternativa para resolver sus problemas. El desarrollo rural progresivo, no solo contempla al productor agrícola, sino todas las fuerzas vivas del tejido social rural, a partir de sus potencialidades individuales.

La profundidad del estudio de Polan Lacki y Jorge Gaitán nos permite tomarlo como base o guía para la fundamentación de nuestro trabajo. El desarrollo de sus percepciones las iremos analizando en su propio orden y contexto. Esto nos permite evaluarlas y dejar abiertas las puertas para ser complementadas con las propuestas del Proyecto de Desarrollo Cívico Rural, que además de entender su validez teórica, asume la responsabilidad histórica de ponerlas en práctica, sumando voluntades para su implementación.

Sin embargo, el productor agrícola es el ente económico con mayores posibilidades de impacto en las comunidades rurales. Por tanto merece la prioridad de análisis, ya que de él, parten o se desencadenan un sinnúmero de condicionales que repercuten en los demás miembros de la comunidad.

Por tal razón, se hace imprescindible que los agricultores de los países de América Latina realicen una agricultura rentable y competitiva; no sólo por imperativos de su propio bien, de su comunidad o de justicia social, sino porque la agricultura es parte importante en la solución de los grandes problemas nacionales.

No obstante, no tendrá ese rol, mientras la gran mayoría de los agricultores de nuestra región sigan practicando una agricultura arcaica y rudimentaria y cometiendo algunas, varias o todas las distorsiones que recogeremos en este documento.

Lo primero que hay que reconocer es que en la ineficiencia en la producción, gestión y comercialización estriban las principales causas del subdesarrollo agrícola, que a su vez, repercute en el subdesarrollo en el medio rural y contribuye al subdesarrollo nacional de nuestros países.

La tarea para que los agricultores puedan introducir innovaciones, eliminar estas ineficiencias, aumentar sus rendimientos y se vuelvan rentables y competitivos es una responsabilidad de todos. No basta con diagnosticar académicamente los problemas y deficiencias de los pequeños agricultores, sino ayudarlos a identificarlas y compulsarlos a resolverlas, para que no se vean compelidos a vivir en el campo bajo condiciones de miseria, en una economía de subsistencia.

Deficiencias y recomendaciones:

Es evidente que el sector agropecuario debe realizar cambios e innovaciones tecnológicas profundas en los sistemas y métodos empleados en la producción, incluso en la mentalidad del propio agricultor, con la finalidad de obtener mayor productividad y rentabilidad. Las innovaciones necesarias, no son solamente tecnológicas y en la etapa de producción propiamente. Las innovaciones tienen que ser además gerenciales y organizativas y hacerlo en todos los eslabones de la cadena agroalimentaria: en los insumos, en la producción, en la gestión administrativa, en la transformación de las cosechas y en la comercialización de los excedentes; porque éstos son los principales requisitos para que ellos se transformen en eficientes (aunque sean pequeños) empresarios, capaces de obtener insumos a precios más bajos, reducir costos de producción, mejorar la calidad de sus excedentes, incrementar sus precios de venta; y, como consecuencia de la adopción de estas medidas realistas, mejorar sus ingresos.

La necesidad de que los agricultores sean eficientes está fuera de discusión; el problema es cómo y con qué hacerlo. Los intentos hechos con tal propósito en los últimos 45 años en los países de América Latina y el Caribe, han demostrado que es prácticamente imposible a través del modelo convencional de desarrollo agropecuario. A pesar de la promulgación de leyes de Reforma Agraria en varios países y fuertes créditos en ciertas ocasiones, lo que quiere decir que con estas medidas por si solas no se resuelve el problema.

El problema central es la profunda contradicción entre: a) la necesidad de tecnificar y modernizar la agricultura para aumentar la producción y la productividad; y b) la no disponibilidad de recursos para hacerlo por la vía convencional, fuertemente dependiente de los factores clásicos ya conocidos. Insistir en ello significaría seguir desperdiciando tiempo y recursos cada vez más escasos, creando falsas expectativas a los agricultores y postergando la solución de los angustiantes problemas de ellos y de los países en general.

Sin embargo, por imperativos económicos, sociales, políticos y especialmente éticos, los gobiernos no pueden renunciar al objetivo de la equidad, lo que significa que el Estado

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