Tendencias Mundiales En La Educación Superior

Tendencias Mundiales en la Educación Superior: el papel de los Organismos Multilaterales.

Autor: Alcántara, Armando

En el contexto mundial de la globalización, la Educación se ha convertido en un producto comercial. De allí que, en el ámbito educativo como en los demás ámbitos de la economía mundial, se hayan producido cambios acelerados para adecuarlo a las exigencias de la llamada sociedad del conocimiento. En el artículo que se analiza, el autor plantea específicamente el caso de México, país en el que, como en otros países de América Latina, se discute si las decisiones que está tomando la educación superior como resultado de las políticas públicas y las sugerencias de los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Tecnología (UNESCO), el Banco Mundial (BM), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) son las adecuadas para los distintos sistemas educativos.

En este sentido, citando a Brunner (1999), se plantean tres grandes problemas que requieren ser superados para estar en condiciones de responder a los desafíos que se les presentan a las universidades de la región.

El primero de los problemas se refiere al financiamiento estatal, que resulta insuficiente en casi todas las universidades públicas. Como acción para superarlo plantea la necesidad de que las universidades diversifiquen sus fuentes de ingresos dejando la dependencia del Estado. Igualmente, el Estado deberá cambiar las formas de asignación de recursos.

El segundo de los problemas es la gestión universitaria, aspecto en que las grandes universidades en América Latina presentan enormes deficiencias, pues las actuales formas de gobierno universitario no son adecuadas para la generación de liderazgo de cambio.

Un tercer problema lo constituye la competencia global. Cuestión en la que se requiere que las universidades amplíen la formación haciéndola más globalizada de modo que llene los requisitos exigidos por la competencia global. Para ello es importante que las universidades encuentren la forma y los mecanismos para adaptar sus funciones a los nuevos modos de producción y difusión del conocimiento.

Se destaca así el papel de las fundaciones internacionales y las instituciones financieras en la política de educación superior como elemento clave para entender la dirección que están siguiendo los sistemas universitarios, particularmente en los países en desarrollo. Estos organismos no sólo establecen condiciones para acceder a sus créditos sino también a través del establecimiento de agendas y políticas a seguir. Entre estos organismos se menciona a la UNESCO, Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La UNESCO, reconoce la situación crítica en que se encuentra la educación universitaria, y su desventaja respecto de los países desarrollados en niveles de aprovechamiento escolar e investigación. Este organismo señala tres principales tendencia para la educación en el ámbito mundial: 1) expansión cuantitativa, considerando las constantes desigualdades en el acceso a la educación postsecundaria; 2) diversificación de las estructuras institucionales, programas y formas de estudio; y 3) restricciones financieras, producto del ajuste estructural y políticas estabilizadoras en varios países en desarrollo. Según la UNESCO, las respuestas de la educación superior a los cambios deben estar guiadas por tres principios básicos: relevancia, calidad e internacionalización.

La relevancia se relaciona con la función que desempeña la educación superior en la sociedad en cuanto a la docencia, la investigación y los servicios, así como sus vínculos con el sector productivo, de sus relaciones con el Estado y el financiamiento público, motivo de grandes limitaciones al desarrollo de la educación superior. De ahí la importancia de que las instituciones de nivel superior hagan uso eficiente de sus recursos. Sobre la calidad, afirma que ésta puede obtenerse mediante el fortalecimiento del personal docente y de la investigación, la calidad de los estudiantes, ante el crecimiento de la matrícula, la diversificación de programas de estudio y los niveles de financiamiento, la infraestructura académica y administrativa para el cumplimiento oportuno de las labores del personal docente en el aula y en la investigación.

Por último, en el rubro de la internacionalización, recomienda que las universidades trabajen en el intercambio académico con universidades del país y del mundo, tanto de estudiantes como de profesores, ya que esto beneficia la difusión del conocimiento (UNESCO, 1995). Otro escrito promovido por la UNESCO no menos importante titulado la Educación Superior en el siglo XXI: visión y acción, adoptado por la Conferencia Mundial sobre la educación superior en el siglo XXI, celebrada en París en 1998 precisa con mayor claridad algunas consideraciones para el cambio y desarrollo de la educación superior como pertinencia, calidad, administración, financiamiento y cooperación.

La pertinencia la relaciona con el mundo de trabajo, con el Estado y el financiamiento público, con los procesos y los productos. La calidad, con elementos del sistema tales como: personal académico, programa, estudiantes, infraestructura, el entorno y la evaluación. Desde el punto de vista administrativo considera a las Instituciones de Educación Superior como sistemas globales compuestos en su interior por subsistemas y múltiples interacciones con su entorno social. El financiamiento, señala la responsabilidad que tienen los gobiernos de seguir apoyando económicamente a estas instituciones, pues éstas deben manejar eficaz y eficientemente sus recursos. Por último, la cooperación, señala que las mismas no podrán hacer frente a los desafíos sin la elaboración de políticas de cooperación (Alcántara, s/f).

Por otra parte, las propuestas del BM se han

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