ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ateneo.


Enviado por   •  26 de Marzo de 2014  •  Tesinas  •  1.872 Palabras (8 Páginas)  •  166 Visitas

Página 1 de 8

Los movimientos militares que sufrió México desde su independencia de España y en busca de su formación como nación independiente hasta la Revolución de 1910, generaron inconformidad entre los diversos grupos por las condiciones sociales y económicas que padecía el país. Los esforzados patriotas, críticos, incipientes periodistas, libelistas y editores, eran la luz en las tinieblas de la ignorancia. Una generación de intelectuales que luchaba incesantemente por sobresalir e influir en la vida cultural del naciente México.

Sus orígenes los encontramos con la creación de la Academia de Letrán en 1836. A partir de entonces, las influencias intelectuales literarias clásicas, grecolatinas e hispanas que dominaban fueron criticadas y confrontadas con las corrientes modernas (Goethe, Schiller, Ossian, Milton, Byron, entre otros) y con los contemporáneos, en función de los problemas nacionales. De la Academia salieron nuevas tendencias nacionalistas.

La nueva generación buscaba la forma de llegar a las clases populares; así "en las novelas, poemas y pinturas fueron apareciendo paisajes, personajes, costumbres y mentalidades autóctonos. La intelectualidad descubría su país, su historia y su gente. Se intercomunicaban de modo indirecto el mundo de las élites y el pueblo trabajador. La huella de éste se estampaba con imágenes costumbristas, cuentos, poemas de origen popular".1 La gente se sentía identificada con las obras intelectuales, sabía que no estaba sola y que contaba con alguien que conocía sus necesidades y las revelaba a través de ellas.

Se pretendía la unificación cultural y social, así como contar con una identidad histórica de la nación, consolidar una unidad en torno a una sola lengua, se fomentaba la conciencia de soberanía, inviolabilidad del territorio y un proyecto político liberal burgués. Ya que la burguesía es la única clase históricamente capaz de dotar de un proyecto de autonomía nacional al pueblo en lucha.

Se preocuparon por revalorar las manifestaciones de la cultura mexicana de todos los tiempos, incluyendo la prehispánica y por extender los beneficios de la educación al mayor número posible de personas, como lo manifiesta Margarita Carbó al citar "Justo Sierra y Baranda fomentaron la publicación de libros y revistas especializadas en la materia y realizaron esfuerzos importantes movidos por la idea de convertir a México en un país de ciudadanos conscientes, cultos y llenos de virtudes cívicas".2 Los ideales de los intelectuales no se llevaron a cabo en su totalidad, pero sirvieron de pauta para otras generaciones posteriores. Lo que es lamentable es que no sean vigentes en la actualidad en lo que respecta a que seamos cultos y llenos de virtudes cívicas.

Las influencias que recibieron los intelectuales de México, provenían de Europa y de América Latina. La mayor influencia y que dio forma al grupo de intelectuales nombrándolo "El Ateneo de la Juventud" es el dominicano Pedro Henríquez Ureña

Pedro Henríquez Ureña y

El Ateneo de la Juventud

Es maestro de la Escuela de Altos Estudios y oficial mayor de la Secretaría de la Universidad Nacional, abogado y escritor. Cuenta con una Maestría en Artes y un Doctorado en filosofía. Hombre incansable, de gran visión, brindó grandes aportes a la cultura de México. Incursionó en variados temas y su obra escrita es extensa.

Vive en México durante dos periodos, en el primero, de 1906 a 1914. Es periodista, redactor del El Imparcial y de El Diario, se relaciona con el grupo modernista y colabora en la Revista Moderna de México. Al mismo tiempo se identifica con los jóvenes que publicaban la revista Savia Moderna que empezaban a abrirse paso en la sociedad mexicana.

En el segundo, de 1921 a 1924, "Vasconcelos lo designa catedrático en la Preparatoria y en la Escuela de Altos Estudios y director de la Escuela de Verano y de su departamento de Intercambio Universitario".3

En 1923 se casa, adquiere el cargo de Director de Educación del Estado de Puebla. Por razones políticas le es imposible permanecer en México, así que viaja a Argentina donde reanuda su labor pedagógica y su trabajo intelectual, de 1924 hasta su muerte el 11 de mayo de 1946.

Con la relación que sostiene con el grupo modernista y con el de los jóvenes de la revista Savia Moderna, Pedro descubre su vocación de maestro y promotor de la cultura. Con el apoyo de Antonio Caso, constituyen un núcleo que trabaja activamente en su formación intelectual. En 1906 se inician las reuniones del grupo de intelectuales para leer a los clásicos. Pedro Henríquez Ureña "Los incita a estudios y lecturas más amplios y exigentes, guía sus vocaciones, corrige sus trabajos, abre sus horizontes y les infunde una norma de rigor, precisión y claridad en sus trabajos y austeridad en sus vidas. Los persuade de los beneficios del trabajo en equipo..."4

En 1907 constituyen la Sociedad de Conferencias, la cual en su primer ciclo ofrece seis y en el segundo, en 1908, cuatro conferencias. Este año es de gran importancia, así lo apunta Pedro Henríquez "El año fue decisivo, durante él se acabó de desaparecer todo resto de positivismo en el grupo central de la juventud...".5 También se dieron cambios en la orientación filosófica y la aparición de las grandes aspiraciones humanistas del mismo grupo.

Para darle más fuerza y formalidad al trabajo que vienen realizando, en octubre de 1909 se constituye el grupo denominado �El Ateneo de la Juventud�, con 32 socios numerarios y 8 correspondientes. Antonio Caso es el presidente y Pedro Henríquez Ureña el secretario. Esta asociación se distinguió por su oposición al positivismo, que daba justificación filosófica al porfiriato, así lo manifestó Pedro Henríquez Ureña cuando señala "sentíamos la opresión intelectual, junto con la opresión política y económica del país. Veíamos que la filosofía oficial era demasiado sistemática, demasiado definitiva para no equivocarse". 6 Eran discípulos de los viejos maestros positivistas, pero se apartaron de la doctrina y la criticaron, "... el idealismo y racionalismo de Antonio Caso, y el antiintelectualismo y voluntarismo de José Vasconcelos constituyeron los arietes que se usaron para el ataque".7

Para poder incidir en la cultura del país y difundirla en los barrios y centros de trabajo, los ateneístas fundan la Universidad Popular Mexicana el 13 de diciembre de 1912. Con esto logran prolongar sus actividades una década más. En 1913 fundan la Escuela de Altos Estudios. El trabajo de los ateneístas se puede resumir en los siguientes puntos:

� Es una generación con propósitos claros, convencidos de su encomienda, rebelde e inconforme ante la cultura porfiriana.

� Destruyen las bases sociales y educativas del positivismo y propician el retorno al humanismo y a los

clásicos.

� Recuperan, descubren y hacen circular a autores como Platón, Schopenhauer, Kant, Boutroux, Bergson, Poincaré, William James, Wundt, Nietzsche, Schiller, Lessing, Winckelmann, Taine, Ruskin, Oscar Wilde, Croce y Hegel.

� Representan la aparición del rigor en un país de improvisados. Son los primeros que le imprimen seriedad a lo que hacen.

� Es el primer centro libre de cultura bien organizado para dar forma social a una nueva era del pensamiento.

� Impugnan frontalmente el criterio moral del porfirismo; son una revolución moral.

� Renuevan el sentido cultural y científico de México.

� Son precursores directos de la Revolución, critican al porfirismo por considerarlo carente de valores humanistas, rigidez excesiva en lo educativo, desentendido de la miseria. A su vez le imprimen nuevos valores: rebeldía creadora, sentimiento de responsabilidad ante las injusticias y afán de búsqueda de alternativas ante los obstáculos.

Pedro Henríquez Ureña es un ejemplo de tenacidad, de lucha, como cita el dicho popular "querer es poder", si se quiere, se puede; no se necesita mucho dinero para acceder a la cultura. Ya que existen diversos centros que ofrecen eventos culturales gratuitos y a bajo costo, como son las bibliotecas públicas o los museos por citar algunos. Lo que falta es el compromiso de imprimirle seriedad a lo que hacemos y, eso es lo que más trabajo cuesta, como estudiantes de Maestría, debemos considerar a este autor un guía. Es un hombre incansable, comprometido con su trabajo, exigente consigo mismo y con los demás. Se podría decir que es perfeccionista.

El trabajo de los ateneístas en las diversas conferencias que expusieron fue arduo, sin embargo no fue tan numerosa la concurrencia a la que podían llegar. Los unía la inconformidad hacia el régimen existente, aunque no manifestaron puntos de vista uniformes frente a la política debido a las diferencias particulares entre las formas de pensamiento, aspiraciones e ideales de cada uno de sus miembros. Por ejemplo Antonio Caso era reeleccionista, Alfonso Reyes siguió la causa de Bernardo Reyes, José Vasconcelos es abiertamente antirreeleccionista además de católico que se opone al liberalismo de Martín Luis Guzmán. Es innegable el gran trabajo intelectual y cultural de este grupo, que casi se vuelve una leyenda. Sin embargo, sus integrantes, seres mortales, muestran fallas, no cuentan con un fin común entre sus miembros, les falta tomar acuerdos sobre el destino del país, se hacen patentes las contradicciones que se dan entre generaciones, esto los orilla a desintegrarse y cada uno de los integrantes sigue su propio camino.

Ciertamente que se oponen al positivismo y a la política del Porfiriato, pero no significan una ruptura total frente al positivismo. Así lo muestran al realizar un homenaje a Gabino Barreda en 1908. Quieren un cambio, sí pero sin violencia, en el fondo siguen siendo conservadores, quieren libertad, orden y progreso. Los aportes culturales del Ateneo de la Juventud son más individuales que colectivas, destacan Alfonso Reyes, Julio Torri, Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso, José Vasconcelos, entre otros. Con lo que respecta a su obra colectiva, son una renovación voluntariosa y temporal que no prosigue, se disuelve rápidamente, los ateneístas se dispersan, se aíslan y salen del país. Lo más significativo de su trabajo se refleja en su proyecto educativo que se prolonga en las acciones de Vasconcelos como Secretario de Educación. El mayor de sus logros es que tuvieron el valor de poner en práctica sus ideas, de escribirlas y más que nada darle y tomarle seriedad a su trabajo.

El grupo de los ateneístas se constituyó antes de que estallara el movimiento revolucionario, sin embargo sus ideas no tuvieron mayor influencia. Es en la etapa de reconstrucción, cuando germinan, florecen y se consolidan sus ideas filosóficas y pueden determinar los caminos educativos. Tienen influencia nacional y ven reflejados con satisfacción sus anhelos en generaciones posteriores como la llamada de 1915 y la de 1929.

El periodo de transición

Después del caos, surge la imperiosa exigencia de una conciencia de integración nacional. El grupo del Ateneo sirvió de ruptura y a la vez de unión entre una etapa y otra. De ruptura porque se opone al positivismo y a la cultura europea que predominaba en el porfiriato. Y de unión para la fase de reconstrucción con las generaciones posteriores que buscan una cultura netamente nacionalista.

La generación del 15, es un grupo que sigue los pasos del Ateneo de la Juventud, está integrado por jóvenes de 20 años o menos de edad. En lo individual y en conjunto, es vasta la actividad que este grupo desempeñará en los años sucesivos. En este grupo son notorias sus diferencias, está conformado por un antropólogo y codificador, un crítico de arte, teóricos de jurisprudencia, a un historiador y a tres políticos. Su mayor productividad la tuvieron en las cuestiones administrativas del país. La generación de 1915 ha de actuar plenamente a partir de 1921 cuando se acepta a Vasconcelos como figura guiadora, ya que su labor es más pedagógica que crítica.

Notas

...

Descargar como  txt (11.9 Kb)  
Leer 7 páginas más »
txt