CLÁSICOS DEL PENSAMIENTOS PEDAGÓGICO MEXICANO
mainocEnsayo11 de Octubre de 2021
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CLÁSICOS DEL PENSAMIENTOS PEDAGÓGICO MEXICANO – Antología Histórica
“¿Qué es la pedagogía? ”
Gilberto Guevara Niebla / Luis E. Ruíz
E N S A Y O
- INTRODUCCIÓN
Para comenzar a hablar de la pedagogía, es necesario hablar de ciencia y arte porque aunque para algunos no es así, la pedagogía es de esas ramas de estudio que complementan de manea casi perfecta estas dos vertientes: la ciencia y el arte. El arte de formar, de amar lo que forjas. La ciencia de cuestionar, indagar, y comprobar “causas” que provocan las acciones a ciertos individuos.
Los romanos magistralmente nos enseñaron que educar se refería a la capacidad para conducir a otros. ¿De qué sirve enseñar algo, si la otra persona no lo aprende o la hace suya?
Cuando una persona aprende, se transforma y puede casi inmediatamente generar una diferencia hacia otros; percibe las cosas de diferente forma, se vuelve un agente de cambio. Así que; ya sea con formalismos o por puro corazón la pedagogía ciertamente es una ciencia y un arte a la vez.
- DESARROLLO
Se dice que la pedagogía es un arte porque está constituida por un conjunto de reglas que señalan lo que debe hacerse para alcanzar su objetivo: dar un conocimiento. A su vez este proceso de enseñar es científico porque lleva una metodología, unos pasos a seguir para señalar si verdadero carácter. Enseñar es sólo una parte del proceso, la segunda fase ( el proceso de adquirir el conocimiento), necesariamente provoca en quien está recibiendo éste; una “obligación”, un “pago”; se vuelve “agente de cambio” que impulsa nuevamente el proceso, volviéndolo un ciclo intermitente e inter-dinámico. Pero diferenciemos, entre educación e instrucción. Mientras la primera se refiere fundamentalmente a la “perfección de las facultades, realizado artificial y deliberadamente”, mientras la instrucción es sólo un cúmulo de conocimientos. Llegando a concluir que, la pedagogía “es el arte científico de enseñar”
Los conocimientos pedagógicos son en realidad dobles, por un lado por las reglas que emplea para enseñar y, por el otro los principios científicos que le sirve de base para hacer esa regla. Es necesario el uso de los dos, poseer sólo una de ellas no garantiza la plena aplicación de la pedagogía, por eso es arte científico. Podría decirse que una cantidad mesurable de ciencias ayudan a la pedagogía para lograr su pleno desarrollo pero, son la Fisiología y la Psicología quienes tienen una mayor impacto en ella; una dirigida al aspecto físico, corporal, material y la segunda con miras al conocimiento de la parte espiritual del individuo.
Satisfacer las dos necesidades básicas humanas: de conservación y de progreso, entendiendo que es obligatorio satisfacer las primeras para cumplir con las siguientes pero, hablar de la pedagogía, rompe con esta regla en algunas ocasiones, al saber que el arte implica creatividad y estratos mayores de la mente para ser puros y lograrlos, es posible –a veces-, que la pedagogía se vuelva un aspecto de mayor importancia, tal vez convirtiéndose en una tercera necesidad, que nos lleva a situaciones tan plausibles como el sacrificio, la compasión, el compromiso, la responsabilidad excelsa bajo el sello de: “enseñar”; tal ves podremos entender su importancia.
Todas las artes aspiran a realizar dos fines: uno inmediato y otro mediato. Así, la pedagogía también posee esta dualidad: por un lado aspira a fundar lo relativo a la educación y en segundo término, a la instrucción. La primera dirigida a la parte teórica , esencialmente científica , destinada a establecer los principios, así como a las leyes que se refieren al medio que nos rodea y los recursos necesarios para perfeccionar al ser humano. Las segundas; prácticas, preceptivas que se dirige a encontrar la fórmula para establecer los preceptos que deben practicarse para realizar el fin de la pedagogía. Lo anterior sin olvidar que deben integrarse, no es posible pensar en tratarlas de manera independiente porque, ellas se necesitan, interactúan, son una consecuencia una de la otra. Añadiendo también, la necesidad de contar en todo instante de lógica y moral que serán los reguladores que aseguren la veracidad y formalidad del acto.
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