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Desarrollo Local


Enviado por   •  21 de Octubre de 2012  •  3.612 Palabras (15 Páginas)  •  661 Visitas

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El tema del desarrollo regional y local adquirió una mayor importancia en Venezuela a raíz de las reformas acerca de la descentralización iniciadas en 1989. El PNUD inició en 1999 la validación de una estrategia para el Desarrollo Humano Sostenible Local (DHSL) que se extendió por cuatro años a 22 municipios de Venezuela. Esta estrategia dio como resultado la producción de un conjunto de orientaciones conceptuales y de herramientas metodológicas dirigidas a facilitar la puesta en marcha del DHSL.

La estrategia del Desarrollo Humano Local constituye una forma sistemática de intervenir en las comunidades pobres ampliando las oportunidades de las personas mediante la capacitación y la organización para el desarrollo local, fomentando simultáneamente la concertación de los diversos agentes de desarrollo para el aprovechamiento de las fortalezas de las condiciones sociales, culturales, económicas, ambientales y políticas de los territorios.

La orientación de esta estrategia la proporciona el concepto de Desarrollo Humano, definido como el proceso de ampliación de las opciones de las personas con el fin de que la gente lleve la vida que considera valiosa.

En Venezuela, el PNUD se ha planteado construir alianzas para asesorar y capacitar en la estrategia de DHSL. El objetivo es fortalecer las capacidades de hombres y mujeres, organizaciones e instituciones, y promover oportunidades de desarrollo social, económico, político, institucional, territorial, ambiental y cultural.

En la actualidad, el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha establecido una estrategia nacional de desarrollo que se encuentra contemplada en los "Lineamientos del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007", que aborda cinco áreas de equilibrio (incluyendo el territorial); es decir, que este plan de desarrollo está dirigido a la ejecución de proyectos orientados a ocupar y consolidar el territorio venezolano mediante un desarrollo más equilibrado y una ocupación racional y eficiente.

El objetivo principal del proyecto de DHSL es la elaboración de Agendas de Impacto Rápido. Éstas se producen mediante un diagnóstico participativo, propuestas de ideas de proyectos y acuerdos realizados entre las organizaciones comunitarias y el gobierno local con la participación de organismos gubernamentales, no gubernamentales y el sector privado. Son Agendas dirigidas a dar respuesta a los problemas locales, fundamentalmente a los de pobreza, discriminación de género y desarrollo sostenible.

La asistencia técnica del PNUD-Venezuela en Desarrollo Humano Sostenible Local se centra en tres objetivos específicos:

1. Asesorar en el diseño y la promoción de proyectos de DHSL a instituciones nacionales, regionales y municipales.

2. Formar capacidades técnicas e institucionales.

3. Implementar la estrategia de DHSL en diferentes zonas del país para confrontar la metodología con cada realidad específica y de esta manera producir una propuesta validada en Venezuela, contribuyendo con las instancias que tienen responsabilidades e interés en el desarrollo local.

Entre los resultados de este proyecto puede mencionarse:

• Capacitación, mediante seminarios, de recursos humanos técnicos de instituciones gubernamentales nacionales, gobernaciones, alcaldías, ONG, universidades y centros académicos.

• Elaboración de propuestas de DHSL en el ámbito nacional con la Fundación para el Desarrollo de la Comunidad y Fomento Municipal (FUNDACOMUN), la Fundación de Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agraria (CIARA) y el Ministerio del Poder Popular para la Producción y el Comercio.

• Desarrollo de proyectos de asistencia técnica con las gobernaciones de los estados Trujillo, Guárico, Miranda y Vargas.

• Inicio de un proyecto de ejecución directa en el municipio Valdez (estado Sucre) y en la parroquia Jusepín (Municipio Maturín, estado Monagas), ejecutado entre 2003 y 2006. En estos municipios se ha trabajado en alianza con las empresas Statoil, Conoco, Shell y Total.

• Desde 2003 se desarrolla con BANMUJER un proyecto de ejecución nacional en 13 municipios de 12 estados del país, denominado Desarrollo Humano Local, Gobernabilidad y Equidad de Género, el cual consiste en la elaboración de Agendas de Equidad de Género con la participación activa de las integrantes de la red de usuarias de BANMUJER y representantes de organizaciones de mujeres de instituciones gubernamentales y no gubernamentales que operan en la localidad. Entre los logros alcanzados a través de este producto están el fortalecimiento del tejido social mediante la capacitación de mujeres pertenecientes a la Red Popular de Usuarias de BANMUJER y otras organizaciones comunitarias que funcionan en cada uno de estos municipios; el fortalecimiento del capital social mediante la construcción de un marco confiable de acuerdos en 13 municipios; el fortalecimiento de la Gobernabilidad Democrática mediante la construcción de espacios para la participación ciudadana y para acordar acciones colectivas entre las organizaciones comunitarias y los múltiples actores políticos, económicos, sociales y culturales, entre otros.

• Con la Fundación Escuela de Gerencia Social, se inició en 2006 el Proyecto de apoyo al fortalecimiento institucional de seis alcaldías del eje norte llanero, la parroquia El Valle (Caracas) y Güiria.

INTRODUCCION

Este trabajo corresponde a la unidad curricular DD. HH, y Modelo de Desarrollo, corresponde a los puntos tres y cuatro del Modulo II del programa; Cuyos puntos estudiados son: El Desarrollo Sostenible: Dialogo de discurso, Discurso Liberal, Discurso Culturalista, Discurso Ecosocialista, Desarrollo endógeno, Desarrollo Endógeno Sustentable y Desarrollo Endógeno: Aprendizaje Comunitario.

Ahora bien, aspiramos a que las reflexiones aquí contenidas, junto a la razón productiva y otros documentos que están comenzando a circular, doten del aliento social necesario a la economía solidaria, para que de una vez por todas se convierta en la plataforma pública para la transformación integral de la sociedad venezolana.

La economía social se procura avanzar en la revisión de estos determinismos, a partir de la critica a los conceptos de pobreza y riqueza que orientan el discurso político y las temáticas de gestión desde los referentes gubernamentales.

En cuanto a la tarea del Desarrollo Endógeno Sustentable es, hoy: armonizar la necesidad del Desarrollo con las limitaciones que la Naturaleza nos impone, de modo que nos dotemos a nosotros mismos y a nuestros descendientes de las razones suficientes para seguir participando, con entusiasmo, en la aventura de vivir.

Fortalecimiento de las Instituciones Populares y Gubernamentales capaces de apoyar y ejecutar estas acciones.

En fin, el desarrollo de la capacidad humana y especialmente la reafirmación del papel de la mujer, para la promoción del uso sostenible de los recursos, y finalmente el aprovechamiento de la Biodiversidad.

1.- El Desarrollo sostenible: Dialogo de discurso

Desarrollo sostenible en Venezuela. Es concebido como el proceso de capacitación colectiva, para mejorar la calidad de vida, lo que se necesita es una educación sólida y que llegue a cualquier sociedad. Un Estado inteligente que proporcione todas las herramientas necesarias para poder lograr tal calidad de vida y una sociedad libre.

El concepto de desarrollo sostenible procura integrar y asociar las dimensiones económica y social con la dimensión ecológica, se origina en los años sesenta, como resultado de la conciencia de los crecientes problemas ambientales y de los límites impuestos por la naturaleza a la explotación y crecimiento económico descontrolado.

Esta preocupación por el medio ambiente se agrega a un debate mucho más antiguo y siempre actual referente a la forma excluyente y concentrada, social y espacialmente, de la acumulación del capital a nivel mundial.

En Venezuela, el PNUD ha orientado su asistencia hacia el fortalecimiento institucional de la gestión ambiental y del uso de energías alternativas a las provenientes de fuentes fósiles; haciendo hincapié en el desarrollo local de zonas remotas. Adicionalmente se brinda soporte a actividades de información pública y de diálogo sobre políticas relacionadas con los Acuerdos Ambientales Multilaterales, en especial los de Cambio Climático (CMNUCC), Diversidad Biológica (CDB) y Lucha contra la Desertificación y la Sequía (CCD).

El Índice de Desarrollo Humano (IDH), calculado sobre la base del progreso sostenido en los ámbitos de salud, educación y poder adquisitivo de la población, ha evolucionado progresivamente en Venezuela, ubicándola con un promedio de 0,834 puntos para el cierre de este año, en el puesto 61 de 179 países.

De acuerdo con un adelanto del informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Venezuela supera a 118 países del mundo en condición de progreso, calculado como IDH.

2.- Discurso Liberal

El discurso liberal (cuyo adjetivo se toma no en el sentido político sino filosófico y antropológico), considera a occidente como el padre de la humanidad y como su salvador. Y ese occidente es fácilmente identificable en el mapamundi: se trata de los Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Canadá, y en menor escala, los otros países desarrollados de Europa.

Desde el poder de la ciencia y la tecnología y el dominio de los mercados mundiales, occidente expresa su hegemonía política y su poder, que alcanza la esfera de los discursos científicos, La ideología desde el poder, tiempo moderno.

Como puede verse, la identificabilidad del planteamiento depende de unos códigos muy específicos y de definiciones muy precisas frente a las categorías fundamentales de la economía, psicología, e historia. Esa identificabilidad está en el convencimiento indudable de que el conocimiento científico objetivo es del todo posible. Ese conocimiento objetivo se dirige a un mundo posible, externo al observador, que lo capta en una visión ocular, macroscópica, del todo válida y el cual se deja aprender, conocer y manipular.

Ese discurso liberal mantiene la posición cartesiana de la división de sujeto -objeto.

El optimismo de este discurso lo lleva a mantener la posibilidad de gestionar la realidad social, de creer en que se puede planificar el cambio social y a predicar una cultura económica dada bajo los grandes caracteres de la democracia liberal y del capitalismo como expresión, no sólo ideológica, sino totalitarista y final del proceso histórico.

Semejante construcción histórica de esa cultura económica occidental descansa en estrategias, expresiones funcionales de la ciencia de la oferta y la demanda, tales como la expansión del mercado, la mercantilización de la tierra y el trabajo; se apoya igualmente en categorías de la psicología social positivista y de la psicología industrial, que hablan de nuevas formas de disciplina en las fábricas, escuelas, hospitales, entre otros, sigue su tejido

interdisciplinario con las doctrinas filosóficas basadas en el individualismo y utilitarismo y finalmente logra declarar, no sólo en el concierto científico sino en el de las praxis histórico-políticas, la constitución de la economía como una esfera real, autónoma, con sus propias leyes e independiente de lo político, lo social, lo cultural.

El discurso liberal sobre el medio ambiente de esa ciencia -la económica- afirma que la naturaleza está compuesta de recursos, que se agotan y son limitados, que poseen un valor monetario y que están sujetos a ser poseídos. En un sentido positivista y materialista, ese discurso económico expresa que los deseos del hombre son ilimitados.

Hoy se sabe que las verdades se tejen en una red interdisciplinaria y que toca muchas esferas de la realidad haciéndolas multidependientes y concomitantes.

Para la coherencia del marco teórico del discurso de la economía, en la dimensión liberal en que se ubica, es lógico y del todo necesario pensar en la economización de los recursos naturales, en proceder a que todos los recursos

tengan títulos, y extender el sistema de precios a todos los aspectos de la naturaleza, incluyendo el agua, el aire, los genes, entre otros.

Ese discurso liberal sobre el desarrollo sostenible, elaborado desde occidente, obliga a los economistas del tercer mundo, cuya concepción del mundo es liberal a buscar una trinchera contestataria, que sin atacar el basamento teórico de la ciencia económica liberal, pueda generar una respuesta beneficiosa para el tercer mundo. Por eso se aboca a una conceptualización de la ecología como sujeto político.

Desde la óptica tercer mundista se requiere diferenciar los problemas ecológicos por regiones, para no caer en la homogeneización del ambientalismo global y poder expresar objetivamente la deuda ambiental histórica de los países del norte, y la protección del patrimonio natural y genético de la región.

Este discurso del Desarrollo Sostenible, nacido en la conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano, de la conciencia del deterioro global del ambiente por culpa de la industrialización, el mercado y el consumismo, finalmente fue elaborado en 1980, por un grupo de agencias de las Naciones Unidas y ha sido recogido y explicado en 1987 por la Comisión Mundial Del Medio Ambiente y Desarrollo. La comisión reflexiona que "para hacer que el Desarrollo sea Sustentable es necesario que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias". El concepto de desarrollo sostenible implica límites, no límites absolutos, sino limitaciones que imponen a los recursos del Medio Ambiente el estado actual de la tecnología y de la organización social y la capacidad de la biosfera de absorber los efectos de las actividades humanas. Un mundo donde la pobreza es endémica será siempre propenso a sufrir una catástrofe ecológica de uno u otro tipo. El intento narrativo incide en la realidad histórica y produce efectos de verdad. No es ni verdadero ni falso en si mismo, pero, dependiendo de quien lo predique y del para qué se predica, conduce a cambios determinantes en las estrategias políticas macrosociales, nacionales, regionales y mundiales. En suma: El liberalismo económico, en consecuencia, favorece una economía de mercado donde se reduzca a lo indispensable la intervención estatal. El liberalismo moderno no niega por completo, sin embargo, el papel del Estado en la economía: la acción pública puede ser conveniente para la provisión de ciertos bienes y servicios públicos y para ayudar de diversos modos al proceso productivo, y es realmente indispensable para proveer el marco jurídico y normativo dentro del cual puede desarrollarse una economía libre de mercado.

3.- Discurso Culturalista

El argumento culturalista tiene las trazas del discurso contestatario. Es la postura ideacional de los que no ostentan el poder. Es por lo tanto una teoría sin el respaldo institucional de la historia y menos de quienes le marcan el rumbo: occidente. La ideología desde el no-poder

El fenómeno del poder invade todas las dimensiones del hombre, aún las más objetivas y neutrales como son las esferas de las ciencias y sus conceptualización científica.

Hoy se sabe que las verdades se tejen en una red interdisciplinaria y que toca muchas esferas de la realidad haciéndolas multidependientes y concomitantes. Incluso los discursos contestatarios entran a jugar su juego en ese complejo tejido de realidad para hacer mas objetivo y creíble la semiótica del discurso que tiene el soporte del poder.

Miremos como plantea el asunto de la naturaleza y el ambiente la teoría culturalista.

Este discurso parte de que la cultura es la instancia fundamental de la relación del hombre con la naturaleza. Y afirma que la crisis ambiental es debido a la objetivación de la naturaleza, y a su explotación como recurso por las economías de mercado, instigado por el postulado de la escasez, y la explotación de los no occidentales por los occidentales son la causa mayor de los estragos al medio ambiente.

Desde su marco teórico prueba que desarrollo y sustentabilidad ambiental son irreconciliables, incompatibles y definitivamente imposibles de armonizar.

Lógicamente, se oponen al desarrollo, tal y como lo define el discurso liberal y se resisten rotundamente a que la naturaleza sea tratada como una mercancía.

Son unos convencidos de que es imposible racionalizar la naturaleza en términos económicos. Y en una crítica, desde el humanismo, afirman que la economía termina tendiendo una sombra sobre la vida y sobre la historia de la humanidad. Una y otra vez dicen que no es posible reconciliar el crecimiento económico y el ambiente; que es imposible esa armonía porque el individualismo y cortoplacismo no permiten acomodar las demandas ambientalistas sin modificar sustancialmente su cultura.

En cuanto al círculo vicioso de la pobreza causa y efecto de los deterioros ambientales, lo consideran una falacia. Es de verdad un sofisma para respaldar el crecimiento económico y considerarlo la solución a los problemas generados por la pobreza.

Tan difícil son de encubrir los daños ambientales que causa el crecimiento económico, que el discurso liberal se ve abocado a profetizar soluciones -siempre por venir- a cargo del crecimiento económico.

La confusión de la noción de pobreza con formas de vida en comunión con la naturaleza, como la indígena y la campesina, es aprovechada para construir el sofisma.

Pero, en definitiva, el simplismo del argumento liberal no soporta ningún juicio y se cae por su propio peso.

La posición de los culturalistas es radical frente a la noción de crecimiento. El crecimiento económico no es bueno para el desarrollo, por el contrario, lo degrada y agrava la situación. El crecimiento económico lleva al agotamiento de recursos y termina advirtiendo sus propios límites.

Para ellos la naturaleza es un ente autónomo, fuente de vida, no sólo material sino espiritual. Y el hombre, refiriéndose a las poblaciones indígenas y campesinas del tercer mundo, no es un ser aparte ni algo externo a la naturaleza, sino que son una y la misma cosa natural y espiritual. Critican duramente las diferencias que han ido ganando las nociones de naturaleza y ambiente. Para el discurso liberal el ambiente es una visión de la naturaleza de acuerdo con el sistema urbano -industrial. La noción de la naturaleza ha ido languideciendo y su muerte simbólica marcha paralela con su degradación física.

Protegida por el discurso y por el poder, en el saber occidental está la idea fija de que la solución es el desarrollo sostenible, cuya significación compleja se le debe al entramado de la concepción liberal del mundo y de que la implantación del desarrollo sostenible en las políticas de Estado que imitan a los padres de occidente, es el único camino que le queda a los dos mundos (el desarrollado y el tercero) para salir de la crisis ambiental.

El poder, los paradigmas estereotipados, elaborados desde occidente por el discurso liberal, afectan la realidad, e inducen a la historia y al hombre a conducirse de manera condicionada por aquellos y a leer la realidad con unos lentes construidos en los laboratorios del pensamiento de occidente.

Sin embargo, desde la actitud mental contestataria de los culturalistas, se elaboran discursos de una sutileza y de una inteligencia tal, que pasan la prueba de fuego del poder y del condicionamiento occidental.

Lamentablemente, son extraordinarios y su poder en la incidencia histórica es mínima.

4.- Discurso Ecosocialista

El discurso ecosocialista también es contestatario. Tiene una matrícula ideológica mucho más definida y precisa que la de los culturalistas, cuyo espectro ideológico puede ser más amplio. Los ecosocialistas son Marxólogos mas no marxistas; es decir, se acercan filosóficamente al discurso marxista y toman algunos de sus fundamentos para luego incursionar en la esfera de la economía política. La réplica.

En el marco conceptual del discurso marxista, estos ecosocialistas descubren o recrean una segunda contradicción del capitalismo; son los elementos tratados como mercancías, aunque no se produzcan de acuerdo con las leyes del valor y el mercado. Tales elementos son: la fuerza de trabajo, la naturaleza, el espacio urbano; que considerados en su conjunto se les denomina condiciones de producción. Y el capitalismo se reestructura y oxigena gracias a estas condiciones de producción.

Ahora bien, la capitalización progresiva de estas condiciones de producción lleva en sí misma el germen de su propia destrucción. El carácter social de las condiciones de producción constituyen una barrera para el capital y una contradicción irresoluta para el desarrollo sustentable. Esta es la suerte de los sistemas que mercantilizan todos los elementos y los someten a la oferta, la demanda y la privatización.

Y si hasta la vida humana y la naturaleza son tratadas como mercancías (ficticias según Karl Polanyi) la suerte de la especie humana está echada.

=> Los ecosocialistas y la biodiversidad.

Para Los ecosocíalistas la biodiversidad es una reserva de valor en si misma. Valor que terminará por ser liberado por el capital por medio del conocimiento científico y la biotecnología.

Dentro de este contexto de pensamiento las comunidades locales son consideradas guardianes de esos capitales diversos.

Muy a su pesar, los ecosocialistas aceptan que todo, tarde o temprano cae en la dictadura del código de la producción, de la visión económica y de la ley del valor. En una palabra, que todo esta economizado.

No hay naturaleza que no termine estando mediatizada por el signo del dinero y del valor.

A pesar de todo, aunque el discurso liberal de occidente se presente con el poder de la verdad (y la verdad del poder), tanto este discurso como el ecosocialista están de acuerdo en que los conocimientos tradicionales son también muy útiles en la conquista científica de la biodiversidad.

No cabe la menor duda que los conocimientos populares son complejas construcciones culturales que involucran procesos profundamente históricos y relaciónales, que van más allá del dominio de la razón, pero que respetarlos como procesos intrincados que comportan una alta dosis de incidencia y determinación en la relación del hombre con la naturaleza y con el ambiente, es lo más inteligente para la suerte del pensamiento y de la misma historia.

Los ecosocialistas argumentan no la sustentabilidad del desarrollo sino de la naturaleza, la cual se consigue en la creación de espacios autónomos a nivel local, en donde se desarrollen formas de democracia ambiental y esquemas participativos de planificación y gestión ambiental, que requieran como principios: la descentralización económica, la autogestión productiva, la diversidad étnica, la autonomía cultural y la calidad de la vida.

Y el triunfo sobre la crisis ambiental se dará si es real la posibilidad de articular las economías autogestionarias locales y las economías nacionales y mundiales.

Hemos visto los argumentos y críticas de los tres discursos, que tratan de agotar el tema del ambiente y la naturaleza. En la práctica histórica,

los tres se tocan, se entrelazan, se mezclan y a veces consiguen hibridarse sin perder su esencia, ni atomizarse.

Pero, de cualquier manera que sea, cada uno de ellos mantiene unos soportes ideológicos, y político-económicos, que mantendrán a los tres en sus respectivos espacios históricos de expresión de poder; si uno se abre a los otros es para apropiarse de ciertas categorías, pero nunca para las alianzas mentales que lleven hasta las fusiones de identidad. Es una cuestión de poder que va más allá de las posibilidades racionales de la inteligencia y de la ciencia.

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